David Montes diseña ‘Majoneko’, su cuarto juego, donde un gato tiene que escalar una torre lanzando bolas. «Yo recomiendo plasmar las primeras ideas en un papel y, poco a poco, irlas desarrollando», afirma David Montes
La creatividad e imaginación de los alumnos es un elemento que siempre trata de potenciarse en los centros educativos, conscientes de que eliminar las barreras establecidas alrededor de estas es clave para las ideas nuevas y el progreso. Palencia se enorgullece de haber dado nuevamente en la tecla en este asunto tras otro triunfo, cosechado en esta ocasión en el CIFP Camino de la Miranda. El alumno David Montes ha presentado su cuarto videojuego y su primer gran proyecto de cara a las plataformas más importantes.
Un juego que cuenta con la ayuda de otros alumnos, que han colaborado con el creador aportando algunas imágenes o la banda sonora. El videojuego que acaba de ver la luz lleva por título ‘Majoneko’ y ya se puede descargar tanto en Play Store para disfrutarlo en el móvil como en la plataforma Steam para hacerlo mediante ordenador. El protagonista de este cuarto proyecto de David Montes es un gato que tiene que escalar una torre lanzando bolas.
El palentino, que estudia Formación Profesional de Sistemas Microinformáticos y Redes, suma así un nuevo éxito a pesar de su juventud tras recibir hace unos meses el premio principal del concurso ’90 segundos de cine’ en la última edición de la Muestra de Cine Internacional de Palencia.
El alumno del CIFP Camino de la Miranda continúa demostrando que tiene un futuro prometedor en todo este campo y espera conseguir un primer ‘éxito’ con la salida al mercado de su primer gran proyecto. David Montes asegura que lo más complicado es que se encienda esa primera bombilla y, a partir de ahí, dedicarle tiempo para sacarlo adelante.
«Lo primero que tienes que tener es una idea para el juego. Así de primeras puede parecer algo complicado pensar en una idea que vaya a funcionar, que merezca la pena el dedicarle tiempo para desarrollarla y que vaya a vender. Mi consejo a los primerizos es participar en una ‘Game Jam’, que es un pequeño concurso en el que se crean juegos con una temática que se da al principio», explica.
El creador de videojuegos agrega que ningún comienzo es sencillo y que su primer videojuego no quedó tan bien como esperaba, pero mantuvo todo ese proceso de aprendizaje que le catapultó a seguir apostando por su pasión. «Aprendí muchísimo más desarrollando mi primer juego que si llego a estar haciendo cosas pequeñitas. Es jugable, aunque no es perfecto y no me arrepiento de haberlo hecho, a pesar de no ser el resultado perfecto. Fue la razón que me impulsó a seguir en ello y crear el siguiente», reconoce David Montes.
Estudio de programación
El mundo de los videojuegos ‘indie’ de creadores pequeños tiene aún poca exploración, ya que son las grandes empresas las que se han agenciado el mercado de las videoconsolas. Los jóvenes creadores con menos recursos sí que cuentan con muchas ideas que pueden valer mucho, donde la programación es uno de los estudios más atrayentes para ellos.
«Yo recomiendo plasmar las primeras ideas en un papel y, poco a poco, irlas desarrollando. Si tienes una que crees que puede llegar a tener éxito, necesitas un motor de videojuegos y ahí ya comenzar a crear», apunta, a la vez que aconseja seguir varios pasos antes de sentar las bases del futuro videojuego. «En un juego, lo primero que haces es poner al jugador en un sitio donde no puede caerse y aprenda las mecánicas. No tiene sentido que cuando el jugador esté en peligro nada más comenzar, se enfade y cierre el juego», remarca.
Los métodos de enseñanza siguen evolucionando y las barreras establecidas en el pasado no tienen cabida en el futuro, coartando la libertad de las mentes de los jóvenes. El director provincial de Educación, Sabino Herrero, hace especial hincapié en esta labor. Una vía que quieren seguir potenciando, ya que la consideran muy importante para el futuro.
«Interpreto que estas cuestiones son muy positivas para la educación en Palencia, la comunidad y toda España. Lo que quiero es que los alumnos vengan contentos a los centros para que desarrollen sus competencias y capacidades al máximo sin poner límites a la creatividad de nadie», resume Sabino Herrero.
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