Fachada de San Esteban
Cuesta del reloj
Tramo de ampliación. Ladrillo más claro
Campana de la Inmaculada Concepción
Jesús, encargado de darle cuerda.
Castromocho tuvo reloj de la villa al menos desde el siglo XVI como lo atestigua un documento titulado “Provisión para instalar un reloj en Castromocho (Palencia)”, que se encuentra en el Archivo de los Duques de Osuna. Esta provisión se hizo en Villalón y fue dada por Antonio Alfonso Pimentel de Herrera, III Conde-Duque de Benavente el 8-10-1554 para que a través de los alcaldes de la villa de Castromocho se pudiera escoger el lugar donde poner un reloj.
Desconocemos dónde pudo estar colocado el reloj de la villa al principio pero todo hace indicar que por algún tiempo estuvo en la fachada de poniente de la iglesia de San Esteban, donde aún se puede apreciar el agujero donde estuvo colocada la esfera. En la torre sur se encontraba la maquinaria y las campanas que daban las horas.
Posteriormente este reloj fue trasladado al punto más alto del pueblo conocido como el “Castillo”, por considerarse el lugar más idóneo y hubo la necesidad de construir la torre de ladrillo en la cual ahora se hospeda.
Al principio, no era tan alta como lo es ahora, sino que llegaba hasta la cornisa que está por encima de la segunda ventana, pero cuando se cambió la maquinaria vieja y se hizo el reloj nuevo que ahora vemos, obra de Moisés Díez de finales del siglo XIX, fue necesario ampliar la altura de la torre otros ocho metros más para que las pesas pudieran dar el recorrido de las 24 horas. Es fácil apreciar el tramo ampliado pues los ladrillos son de distinto color.
Para indicar las horas el reloj tiene una espadaña metálica con tres campanas en línea; las dos más pequeñas dan los cuartos y las medias horas y están situados a los extremos justo por debajo de la campana grande ubicada en el centro y que es la que marca las horas. Una de estas campanas procede de la ermita del poblado de Revenga que estando en estado ruinoso se desprendió la espadaña y trajeron la campana al reloj hacia el año 1844, nos cuenta Manuel León.
De las dos campanas pequeñas una tiene la inscripción “Moisés Díez, Palencia Año 1929 con la numeración de catálogo 3115″, la del otro extremo, tiene la inscripción Inmaculada Concepción y tiene grabada una “Cruz protectora”. La campana más grande, situada en el centro por encima de las otras dos, tiene la inscripción: “SE FUNDIO HAISPENSAS DE LABILLA SIENDO ALCALDE D. LINO RAMOS DIEZ”
Actualmente no es que tenga gran utilidad este reloj pues todo el mundo ya tiene uno o varios relojes en sus casas pero si la tuvo hasta no hace mucho cuando los relojes eran un artículo de lujo y muy pocos gozaban de ellos; a pesar de ello todos los días se le da cuerda el alguacil de pueblo y cada año un relojero le hace una minuciosa revisión.
El Reloj de la Villa de Castromocho da los cuartos, las medias y las horas en punto. Hay que darle cuerda todos los días para que no se pare. En estos momentos el encargado de esta tarea es el alguacil del pueblo, el Sr. Jesús Prieto Plaza.
El día de Nochevieja los más osados del pueblo, principalmente los jóvenes, se acercan a este lugar a despedir el año viejo y dar la bienvenida al nuevo no faltando la tradicional costumbre de comerse la doce uvas y tomarse una copita de champán.
El reloj de la villa si en la actualidad carece de sentido práctico se ha convertido ya en un distintivo del pueblo y forma parte del skyline (horizonte) de Castromocho, sería una pena dejarlo perder.
Fotografía: Paco Guitiérrez