Panorámica de la villa de Castromocho
Colegiata de San Salvador de Cantamuda. Palencia
Antiguo hospital de San Juan
Capilla Mayor de la iglesia de San Esteban
Campo de Castromocho
Cabildo de la catedral de Palencia
Bula papal de Alejandro VI

Don Juan Sánchez de Castro nació en de la villa Castromocho. Fue bachiller en Decretos y canónigo de la Catedral de Palencia, en la que desempeñó el cargo de provisor de los obispos don Diego Hurtado de Mendoza y Alonso de Burgos, su sucesor. Posteriormente fue nombrado abad de San Salvador de Cantamuda y arcipreste de Castromocho.

Fue el fundador del Hospital de San Juan de Castromocho, ubicado donde se hicieron las casas de los maestros de las Escuelas nuevas, cuya finalidad era cubrir las necesidades de los más necesitados así como atender y curar a los enfermos carentes de medios económicos.

A su costa se construyó también todo el lienzo norte de la capilla mayor de San Esteban, con la condición de hacer para él un enterramiento en la parte interior del arco y levantar una estatua en su memoria pero la Santa Inquisición averiguó que su abuela, Clara Sánchez, había muerto judía relajada y el pobre abad pagó el delito de su abuela quedando hecho un tizón.

A su muerte, en 1496, aún vivían en Castromocho sus hermanos Lope, Rodrigo y Diego, a quienes cita en su testamento. También habla de sus sobrinos Rodrigo de Herrera, a quien declara heredero universal y Diego Sánchez, también clérigo, a quien manda seis cargas de trigo y dos mil maravedíes. Cita además a una sobrina llamada Isabel, por entonces ya viuda de Pedro Alfonso.

Llegada la hora de su muerte, enfermo de dolencia natural, dicta su testamento ante Diego Sedeño, en Palencia el día 8 de marzo de 1496, siguiendo la costumbre de la época.

Las primeras cláusulas recogen recomendaciones de tipo espiritual, lugar de sepultura, ceremonial de su entierro y sufragios que se han de decir por su alma.

Siguen después las diferentes mandas. Las que aquí nos interesan son aquellas relativas al hospital de San Juan que había fundado en la villa de Castromocho. En ellas establece como patrón de dicho hospital a su sobrino y heredero Rodrigo de Herrera, para que lo gobierne, rija y administre. La sucesión de este patronazgo habrá de ser siempre en el pariente más próximo y de mayor edad.

Para sostenimiento del hospital manda “ochenta iguadas de tierras”, sitas en el término de Castromocho y en otros términos, que ya tiene señalados, pero añadiendo ahora “quince alancadas y media de viñas” en el término de la propia villa, y que sabe cuales son su sobrino Rodrigo de Herrera.

Encarga al que es o fuere su provisor del hospital de San Antolín de Palencia la obligación de tomar las cuentas al patrón de su hospital y recomienda se le trate con “toda honra que fuere menester, dándole de comer y de beber lo que fuere menester mientras se tomaren las cuentas”.

Su preocupación por la buena administración del hospital queda patente en los codicilos.

En el primero, del día 13 de septiembre, encarga que la visita sea competencia de los señores del cabildo de la Catedral de Palencia. Ordena que de sus bienes se tomen 10.000 maravedíes con los que se compre una heredad que rente 1.000 maravedíes para que con ellos se pague a los visitadores.

En el segundo codicilo, el otorgado el día 19 de septiembre, vuelve sobre el tema del patronazgo del hospital, estableciendo que una vez fallecido Rodrigo de Herrera, se prefiera como sucesor en el patronazgo a un “clérigo de misa pariente más propincuo”, de manera que nunca haya lego habiendo clérigo. Prohíbe expresamente que sea nombrada patrona del hospital a una mujer, y en caso de que no exista un pariente, que lo sea el que fuese abad de la cofradía de San Juan de la villa de Castromocho. Designa para aposento de su sobrino Rodrigo de Herrera, nombrado patrón, “el aposentamiento que él tiene al lado de dicho hospital”.

Ruega a los señores Deán y Cabildo de la Catedral de Palencia tomen bajo su protección y amparo a su hospital y cada año por el día de San Miguel de septiembre, el provisor del hospital de San Antolín vaya a Castromocho y tome la cuentas a los que fueran patrón y gobernador. Ordena también que las rentas y bienes que deja al hospital los gestione el administrador para comprar ropas y útiles que se necesiten o estén deteriorados así también como que se disponga de 3000 maravedíes con el fin de repartir un cuartillo de plata cada día, durante veinticinco días, entre cada uno de los pobres que vayan a albergarse al hospital con dolencia o enfermedad, además de asistirlos con las medicinas necesarias.

Finalmente establece que cada año se nombren dos personas de buena ciencia y fama, que sean cofrades del cabildo de San Juan de la villa de Castromocho, renovados el día de San Juan, para que, junto con el patrón del hospital, den las cuentas a los visitadores.

Las cuentas del hospital

En cumplimiento de las disposiciones testamentarias de don Juan Sánchez de Castro, el Deán y Cabildo de la Catedral de Palencia acudían cada año a la villa de Castromocho a tomar las cuentas al que fuera patrón del hospital de San Juan. Las primeras cuentas que aparecen en el libro de visitas pertenecen al año 1498.

Por la rendición de cuentas de los sucesivos años sabemos que Rodrigo de Herrera fue patrón del hospital hasta los años 1520-1521. En la toma de cuentas del año 1522 ya figura como sucesor Diego de la Torre, clérigo y beneficiado de las iglesias de Castromocho. El nuevo patrón no debió de ser tan diligente en la administración del hospital, ni tan cuidadoso a la hora de rendir cuentas y fueron frecuentes las discrepancias entre el patrón y los visitadores, quienes en diferentes ocasiones, le amonestaron y solicitaron que justificara, mediante recibos o declaraciones testificales, los gastos que presentaba.

Los enfrentamientos llegaron a tal extremo que Diego de la Torre intentó poner en duda el derecho del Cabildo de Palencia a visitar el hospital, apoyándose en una bula de Alejandro VI por la que el Papa encomendaba la recepción de las cuentas al rector o cura de la Iglesia de San Estaban de la villa de Castromocho y al que fuera alcalde del conde de Benavente, señor de la villa. Pero el testamento de don Juan Sánchez de Castro era posterior a esa bula y Diego de la Torre se vio obligado a firmar, en el año 1528, un documento por el que se comprometía a aceptar la visitación del hospital por parte del Deán y Cabildo conforme al testamento del fundador.

[Datos proporcionados para esta web por Manuel León]