Parroquia de San Esteban
Convento de Franciscanos
Supuesta casa donde estuvo el Cardenal Cisneros
Supuesta casa donde estuvo el Cardenal Cisneros
La época dorada de Castromocho podríamos situarla en el período que va desde finales del Renacimiento a principios del Barroco; un período que duró dos siglos: XVI y XVII.
Durante esta época de esplendor, Castromocho contó con tres iglesias, dos de ellas parroquias y más de treinta clérigos a su servicio; llegó a ser arciprestazgo; se fundó un Convento de frailes franciscanos; tuvo varios centros de asistencia a los más necesitados llamados hospitales y varias ermitas diseminadas en distintos puntos del casco urbano.
Según las notas históricas de Lorenzo González de Arenillas fue también en esta época cuando nació y fue bautizado en la parroquia de Santa María el padre de Lópe de Vega el 6 de septiembre de 1523. El registro de este nacimiento se anotó en el Primer Libro Folio 94. Tuvo por oficio platero, como data en una partida en la cuenta de fábarica de Santa María que dice: «Mas a Lope de Vega por limpiar y arreglar un incensario un ducado». También realizó trabajos como estofador (persona dedicada a raer con la punta de un grafio el color dado sobre el dorado de la madera para que el oro haga visos) en los altares de Santa María.
De ahí la hipótesis -según dicho autor- de que Lópe de Vega hubiera podido haber sido concebido e incluso hasta nacer en Castromocho. Por desgracia los libros bautismales de aquella época no han llegado a nuestros días debido a que desaparecieron en uno de aquellos incendios que tanto pululaban en tiempos pasados.
Digno de resaltar -si bien pertenece a una época anterior- es la visita que el ilustre Cardenal Cisneros hizo a una prima carnal suya que vivía en la calle Zorita, nº 2, hoy calle Padre Faustino Calvo, nº 4 (todavía se aprecia la doble numeración en la puerta de la casa).
Prueba de la nobleza de esta casa son en el exterior un rico alero con tallas de motivos florales y en el interior dos habitaciones con techo abovedado y las puertas de acceso a las habitaciones del piso inferior y superior, de noble traza en madera, que conservan los huecos de los escudos de la familia que algún antecesor cedió a un anticuario en fecha desconocida. También tenía esta casa unas pinturas realizadas por un pintor apellidado BUJ. Una de ellas representa a Santa Cecilia tocando el órgano mientras que las otras dos -unos rosetones- representan escenas de un jardín romántico y unos pájaros sobre una rama; todo ello se encuentra actualmente en Madrid en el domicilio del dueño de esta casa, Adelicio Caballero.