Localizacion del Convento
Campo de Castromocho
Ruinas de iglesia
Carre-Capillas
Construcción de piedra y tapial
Camino hacia el Convento. Castromocho al fondo
San Miguel Arcángel
Santa Indulgencia de la Porciuncula
Escena de la vida de San Francisco
Don Juan Pimentel
José I Bonaparte,
Ensayo  sobre La Reina de los Ángeles
Medina de Rioseco. Vista aérea
Altar bajorelieve de Las Ánimas
Tienda de antigüedades
Lugar donde estuvo el Convento
Ubicación del Convento
Ubicación del Convento
Castromocho visto desde el Convento
Iglesias de Castromocho

La fundación del Convento parece que corresponde al último tercio del S. XVI en que los franciscanos observantes transforman en convento la ermita campestre de San Miguel y en un santuario dedicado a Nuestra Sra. de los Ángeles. La iniciativa vino de San Pedro Regalado,franciscano, cuya hermana mayor estaba casada con el bachiller Orejón vecino de Castromocho.

Según los papeles del AHN (Archivo de Historia Nacional) el convento de franciscanos estaba situado en una llanada. Se tardó en construir más de un siglo. Las obras comenzaron a mediados del siglo XV y su inauguración fue en 1575. La fundación se hace a la Virgen Santísima con el nombre de Santa María de Los Ángeles de la Porciúncula por los franciscanos Recoletos, con limosnas de las villas circunvecinas y especialmente de Castromocho que también cedió el suelo, tierras de trigo, viñas y guindaleras, sin ningún patronato, siendo superintendente principal el Padre Fray Andrés de Mercado quien después fuera elegido Provincial.

Según Gonzaga, se acabó de edificar y comenzó a habitar en 1575 año en que se colocó en la Iglesia el Santísimo Sacramento, asistiendo todo el Cabildo de la Villa, a media legua de distancia y dijo la primera misa el Dr. Villordón, Cura de Santa María. En la 1ª parte de la Crónica de la Provincia de la Purísima Concepción, libro 1º, capítulo 39 se habla de la fundación del Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de la Porciúncula, 7ª casa de la Santa Recolección. Gonzaga 3ª Parte Provincia Conceptionis. Convento 22.

Para su construcción se empleó mucha piedra sillar del puente Carre-Pozuelos allí cercano y de las ruinas de la ermita de San Pedro el Derrocado también cercana.

Se dice que la villa de Castromocho dio a los Padres Franciscanos licencia para escoger el sitio que más les gustase y pensaron primero situarse en Tordemalladas (suponemos que sería el término que actualmente llamamos Torremazo), pero desecharon la idea por parecerles que ese sitio estaba demasiado cerca del pueblo y del mundanal ruido. Por la misma razón desistieron de edificarle junto a la fuente de Carre-Capillas. También pensaron en el término inmediato a la fuente de Ontanillas, y les pareció que estaba demasiado cerca del camino de Palencia, muy pasajero y poco propio para el retiro y soledad de la vida monástica; y por último en el citado término de San Miguel, que si era sano y despejado tenía el gran inconveniente de carecer de aguas potables, así es que para cebar la noria de la huerta tuvieron que construir una valla en el río, y por un conducto la llevaban allí hasta que se llenaba.

Construyeron también dos magníficos aljibes de piedra de sillería en forma de cuba, los cuales se conservaron hasta la exclaustración, para llenarlos de agua de lluvia. Al tiempo de su fundación había tres olmos en el terreno, de los cuales se conservaba uno solo en el siglo pasado (cuando escribía esto nuestro historiador) con el nido de la cigüeña.

Aún los más viejos del pueblo, han conocido un gran pino junto a los aljibes.  Los frailes tenían jardín, huerta, palomar  y cementerio con cipreses. Su construcción era de tapial de tierra casi todo el edificio, menos en los cimientos que eran de piedra y ladrillo.

El convento pertenecía a la Provincia de la Purísima Concepción. En él habitaban unos 25 frailes que se sostenían de limosnas que anualmente recogían de los pueblos inmediatos, señaladamente en Baquerín y Castromocho. Después las misas y sermones que les encargaban completaban los ingresos de la Comunidad.

Los libros de cuentas eran revisados periódicamente por un visitador que era el Ministro Provincial que debía dar el visto bueno de que no había errores.

La villa de Castromocho les visitaba todos los años en Procesión con sus dos comunidades, eclesiástica y secular, el 29 de Septiembre, día de la aparición del glorioso arcángel San Miguel, por haber sido anteriormente ermita de San Miguel, en cuya memoria había su efigie en lo alto del Altar Mayor.

Y el 2 de Agosto, festividad de la Reina de los Ángeles, su patrona. La Iglesia era buena, con la más bella imagen de la Reina de los Ángeles, que había salido de las manos de la artista sevillana La Roldana que con gran acierto supo plasmar la belleza física de una reina con la expresión celestial de una Virgen. Esta imagen se venera hoy en la Iglesia de Santa María y es la patrona de Castromocho.

Adornaba su Altar Mayor un curioso retablo del Milagro de la Santa Indulgencia de la Porciúncula y reliquias del Lignum Crucis y de la Compañía de las Once mil Vírgenes, con otras menores.

Estaban sepultados en su Capilla Mayor varones grandes en virtud y los venerables padres Fray Andrés de la Iglesia (confesor de las infantas de España, hijas de Felipe III), Fray Miguel Pastor de los Ángeles, Fray Tomás Cantarín y María Martín de la Orden tercera.

En ese convento tomó el hábito el padre Fr. José López de Cisneros, que posteriormente sería elegido Comisario General de la Provincia.

Fr. José López de Cisneros, hijo de Bernardino López de Cisneros y María García de Argüello, fue procurador de la Curia Romana, definidor general de la orden franciscana en la provincia de la Concepción, calificador de la Suprema Inquisición. Participó activamente en el Capítulo General en Roma y predicó ante el Papa. Fue también Comisario General del Perú y por último Vicario General de la familia ultramontana. Murió en Valladolid y fue sepultado en el Convento de San Francisco. El rey gustaba de su consejo y él acudía a la Corte que estaba en Valladolid. Pide que se confirme su filiación en 1637.

Tenía el convento la historia de San Francisco pintada en cuadros, adornando el claustro bajo, cuyo paradero ignoramos los que conocimos la exclaustración, dice Lorenzo González de Arenillas.

Según la tradición el convento de los padres descalzos de Ampudia fue fundado después y por ello este les cede el pedir limosna allí siempre que éstos no pidiesen en La Torre de Mormojón, Baquerín ni Castromocho. Hay una carta solicitando que tampoco prediquen los religiosos de Ampudia en Boada y Capillas pero Fray Juan de la Trinidad contesta que no hay papeles que lo impidan.

También en el AHN hay unos papeles que hablan de que el Convento da una escritura de donación de Capilla y Patronazgo de aquella casa a Don Juan Pimentel, Conde de Benavente y sus sucesores. El hermano Manuel del Bal del Convento de Nuestra Señora de los Ángeles dice que el 19 de octubre de 1595 ante Antonio Ruíz, escribano, se otorga esta escritura.

Fray Bartolomé de la Peña se reúne con los demás religiosos en tres ocasiones para que todos queden conformes con la entrega de la Capilla Mayor y casa a Juan Pimentel, no enterrando a nadie en esta capilla sin su licencia si no fuesen los religiosos del dicho Convento a la forma que en el convento de Valdescopezo, en cuya capilla se entierran como fundadores y patrones de él los Almirantes y también los religiosos, o como en Domus Dei de la Aguilera, donde se entierran los Condes de Miranda y los religiosos, o como en el Convento de San Francisco de Valladolid se entierran los Condes de Castro y los religiosos. Firmado y sellado en Valladolid el 2 de octubre de 1595 por Fray Bartolomé de la Peña, Ministro General, y Fray Luís Velásquez, definidor, Fray Francisco Ramírez, Fray Antonio de Carbonera, Fray Alonso Flórez, Fray Martín de Cepeda, custodio. Y confirmado el 17 de octubre por Fray Matheo de Burgos, Comisario General.

Desamortización. El 19 de Agosto de 1809 sale a la luz el Edicto Real para la realización de inventarios en los templos. El 18 de Septiembre los delegados de la Desamortización se presentan en el Convento y tras leer el Decreto Real de la supresión de los conventos se procedió a examinar el templo. Confiscados los bienes conventuales, los frailes abandonan el Convento en 1817.  Sus bienes fueron vendidos a particulares o esparcidos por diferentes lugares propiedad de la Iglesia. En el ADP. Desamortización, leg. 28 se conservan inventarios de los años 1821 y 1822 de los objetos litúrgicos del convento de Castromocho.

Ederne Frontela en su libro Del Azahar a las Amapolas nos cuenta que el retablo del altar mayor del Convento se encuentra actualmente en una nave lateral de la Iglesia Parroquial de Capillas. Otros dos retablos, procedentes de capillas del Convento, se llevaron al Monasterio de Nuestra Señora de la Esperanza de Valdescopezo (Medina de Rioseco) y desde aquí a la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de la Mudarra pero entre 1974 y 1975  fueron vendidos por 91.000 pesetas con el fin de recaudar dinero para acabar con la plaga de ratas que asediaba el templo suprimiéndose los retablos y adornos de las paredes.  Ahora se desconoce su paradero.

Este hecho nos lo confirma Justino Rodríguez Poncela, erudito de la historia de La Mudarra, quien en una carta a Gema Andrés le cuenta que  la noticia de que alguno de los antiguos retablos de La Mudarra provenía del antiguo Convento de Castromocho la sacó de libros sobre el patrimonio provincial de la provincia de Valladolid publicados por autores de reconocido prestigio. Para constatar su veracidad, visitó el órgano de la iglesia de San Esteban y un altar de la iglesia de Capillas, ambos provenían del antiguo Convento, con la intención de comprobar las similitudes con los retablos de La Mudarra, y sí los estilos eran en parte similares pero debido a las  sucesivas restauraciones los vivos colores de los visitados no se parecían a los que  recordaba de su juventud en el pueblo. Me fío, dice Justino, de lo dicho por los historiadores y más porque esos retablos no llegaron directamente a La Mudarra desde Castromocho sino que su primer destino fue el ya extinto convento franciscano de Valdescopezo que estuvo ubicado casi a unos escasos tres kilómetros de Medina de Rioseco en el camino real a Valladolid que pasaba por La Mudarra.

Hasta 1856 el pueblo de La Mudarra era un barrio de Medina de Rioseco y hasta 1792 su iglesia dependía de la Iglesia de Santa María de esa ciudad. Mientras duró esa  dependencia, Medina de Rioseco dotó de recursos e imágenes a la iglesia de su jurisdicción, incluidos retablos. Tras convertirse en pueblo independiente siguió solicitando y consiguiendo ayuda material y económica de Medina de Rioseco. Los primeros datos de que dispongo, dice Justino, indican que había tres retablos al final del siglo XVIII. Uno ya existía en el pueblo, los otros dos llegaron al pueblo a finales del primer tercio del siglo XIX, y esos dos retablos son los que considero provienen del convento de Castromocho previo paso por el monasterio de Valdescopezo.

Los retablos estaban inventariados en el Catálogo Monumental de Medina de Rioseco de Jesús María Parrado del Olmo de 1971 y reeditado por la Diputación de Valladolid en 2002. En él se hace mención a su origen, aunque no se detalla cuáles son. Esos dos retablos venían descritos de la siguiente manera:

  • Altar rococó de columnas barrocas con relieve de un Santo Franciscano con las Ánimas del purgatorio, dedicado a la Dolorosa.
  • Altar dedicado a San Antonio, renacentista, con imagen del Santo, del siglo XVIII, rematado con un medallón representando a San Juan Bautista.

Con el paso del tiempo los retablos cambian las imágenes y en el siglo XX quedaron como:

  • Retablo rococó del siglo XVIII, con relieve de un Santo Franciscano con las Ánimas del purgatorio, con las imágenes de San José, San Ignacio de Loyola y San Roque.
  • Retablo barroco, del siglo XVIII, con las imágenes de San Miguel, La Inmaculada, Santa Bárbara, San Antón y el Niño Jesús.

Cuando en 1974 se emprende el remozado de la iglesia, los altares y retablos desaparecen. Tengo testimonios orales del conductor del camión que los llevó a Valladolid por orden del sacerdote de entonces. Por supuesto que fueron vendidos o cedidos, no sabemos a quién y por orden de quién, imaginamos que del arzobispado.

Uno de ellos, me comentan, fue a parar a una iglesia de Aguilar de Campoo (no lo he encontrado allí) y alguien me dijo haber visto alguno despiezado en la tienda de un renombrado anticuario, concluye Justino Rodríguez en su escrito.

El órgano del convento junto con la imagen de Reina de los Ángeles fueron trasladados a lugar seguro antes de que llegaron los Comisionados y así fueron salvados del espolio. El órgano se encuentra ahora en la Iglesia de San Esteban junto con algunas ropas y objetos y la Reina de los Ángeles en la iglesia de Santa María.

El edificio se vendió como bien nacional a un particular en 1841 por 107.400 reales. AHPP, lib. 15982 (232) fol 86 dice: “El 22-9-1841 se remató a favor de D. Martín Delgado, vecino de Palencia, un edificio convento titulado de los Ángeles de Castromocho por la cantidad de 107.400 reales”

Qué uso le dio D. Martín Delgado a este inmueble lo desconocemos pero lo que si es cierto es que entre 1842 y 1850 desaparecieron hasta sus cimientos.

No obstante siempre se podrá precisar el sitio donde estuvo, no por las señales que han quedado sino por su fácil deslinde. Ocupó la tierra que limita al norte con la traviesa de Capillas a Baquerín, al Oriente con el camino que va a Pedraza, al sur con tierras de los vecinos y al Poniente el camino que de aquí sale a buscar el de Castromocho a Torre Mormojón.

Este Convento floreció en espiritualidad durante cerca de tres siglos y en él profesaron muchos hijos del pueblo.

Para terminar todo lo relativo a este Monasterio, diremos lo que nos referían nuestros padres, que conocieron la Comunidad en todo su apogeo, y es que la festividad de nuestra Señora la Reina de los Ángeles que allí se celebraba, atraía tanta gente de los pueblos comarcanos, que era una verdadera romería donde se vendía de todo, y que solamente de las sandías y melones que se consumían en aquellas tierras, nacían entre los trigos al año siguiente estas plantas y se cogían sus frutos con alguna frecuencia, criados espontáneamente.

Litografía del Convento
Localizacion del Convento. Vista aerea
Camino hacia el Convento. Castromocho al fondo
Fuente de Ontanillas
Noria de campo
Aljibe de piedra sillar
Reina de los Ángeles
Lignum Crucis
Escena de la vida de San Francisco
Domus Dei de La Aguilera
Restos Monasterio de Valdescopezo
Rioseco desde el Monasterio de Valdescopezo
Retablo Mayor del Convento en Capillas
D. Justino Rodríguez Poncela
Iglesia Ntra. Sra. del Rosario (La Mudarra, Valladolid)
Catálogo Monumental de M.d.R.
Órgano del Convento ahora en la iglesia parroquial de San Esteban
Ubicación del Convento
Baquerín visto desde el Convento
Iglesia de Baquerín

 [Datos proporcionados por Lorenzo González Arenillas, Gema Mª Andrés Ramallo, y Roberto Velasco].

[Fotografías de Castromocho de Paco Gutiérrez]