Iglesia de Santa María

Portada principal de Santa María

Figurillas externas

Retablo barroco

Portada de Septentrión

Artesonado portada de Septentrión

Capilla de la Reina de los  Ángeles

Atrio de entrada

Cristo de la Vera Cruz

Altar Cristo de los Perdones

Capilla de la Inmaculada

Altar Virgen del Rosario

Nave central y púlpito

Órgano del coro

Restauración del enchinarrado

Restauración del enchinarrado

Restauración del enchinarrado

Su nombre concreto es Santa María de Colaña. Según cuenta la tradición, la iglesia recibió este nombre en 1474, cuando en el baluarte de Colaña, se encontró una estatua de la Virgen, escondida en otro tiempo por los cristianos por temor a que fuera profanada por los moros.

Se dice que cuando esto sucedió se avisó al cura del pueblo y éste cogiéndola en brazos la llevó a la iglesia, pero al poco tiempo desapareció de allí y volvió a aparecer sobre el baluarte; entonces el pueblo determinó llevarla en procesión a la iglesia no volviendo ya nunca más a desaparecer y quedándose así como titular de esta iglesia.

La imagen de esta Virgen estuvo durante muchos años en el nicho que se encuentra encima de la portada principal. No se sabe por qué ni cuándo pero un día de los años setenta desapareció de aquí. Hay quien dice que fue robada por la noche; otros que fue vendida a un anticuario y que actualmente se encuentra en Galicia.

Una de las pruebas más evidentes a favor de la gran antigüedad de esta iglesia es su torre. Está reducida a un prisma de cuatro caras de tosca sillería. A todas luces parece una construcción romana, en la que apenas se distinguen argamasa y mortero para el asiento de las piedras.

Por otra parte, tenemos también que este prisma parece haber sido anteriormente un muro de tierra del espesor de la torre, en el cual se abrió la escalera para subir al campanario. Esto indica que en tiempos remotos -antes de ser torre de iglesia- pudiera haber servido de atalaya o baluarte.

Si a todo esto añadimos las extrañas figurillas que se encuentran en la parte externa de la capilla de la Soledad, todo nos hace pensar en la existencia de un templo pagano en este lugar, lo cual significa que Castromocho es un pueblo antiquísimo.

Sea como fuera, lo que parece cierto es que los cristianos adosaron una iglesia a la torre y la pirámide que sobre esta torre hicieron la recubrieron luego de azulejos.

Aquella primera iglesia, muy distinta a la actual, empezó a construirse en 1170 con ayuda de Raimundo II, obispo de Palencia. Tenía cuatro naves espaciosas, largas y altas, sostenidas por diez pilares y con un artesonado muy bello.

Gozaba de un hermoso retablo gótico con escenas de la vida de Jesús y María, restos del cual son las tablas que aparecieron en 1979 dentro de la caja del órgano de la iglesia y que fueron encontradas por D. Carlos Rodríguez, párroco del pueblo, Juan Robles y Dámaso Hierro mientras hacían labores de limpieza en el coro debido la la proximidad de las fiestas patronales.

Aquel retablo gótico, hecho en 1474 a juzgar por el rótulo inscrito en su pedestal, fue cambiado por el retablo actual, de estilo barroco. Esto acaeció en 1716 cuando el cura D. Manuel Almarza decidió hacer un retablo nuevo para el Altar Mayor, con limosnas y dinero de la iglesia. De estilo barroco, fue realizado en Valladolid por Diego y Pedro Carrera. Se terminó en 1720 y se colocó en el mismo lugar donde se encontraba el antiguo retablo gótico; es el que actualmente luce la iglesia.

El edificio de aquella primera iglesia, duró hasta 1518, año en que debido al mal estado en que se encontraba, se empezaron las obras de reconstrucción del templo actual, comenzando por rehacer el techo, idéntico al anterior. Las obras fueron dirigidas por el maestro Seruendo y fueron artífices del artesonado: Miguel de Mayorga y Fernando Flores.

Hacia 1522, se comienzan las obras de la Portada de Septentrión, hoy la principal. Labró la cantería y dio la idea Solórzano Maestro. Se hicieron también los muros de esta parte de la iglesia y el atrio de entrada, utilizando los despojos de la ermita de San Sebastián.

De este atrio merece destacar el artesonado de estilo mudéjar. No se sabe quién fue el autor ni tampoco el año en que se hizo. A pesar de su mala conservación aún se puede apreciar su gran belleza y trabajo artesanal.

Las obras de esta portada quedaron prácticamente terminadas en 1525, año en que se comenzaron las obras de la Portada Sur, conocida con el nombre de puerta de Bethlén, también otra de Solórzano. Se usó la piedra que se sacó de la ermita de San Pedro, situada en el término de los majuelos de San Julián. Se terminaron las obras en esta portada en 1527.

En 1528 se hizo el artesonado que hubo en la Capilla de la Reina de los Ángeles y se dieron los últimos retoques a las portadas, labrándose entonces, los dos leones que se encuentran en la entrada principal, obra de Delgadillo Cantero.

En 1544 se decidió hacer la gran capilla y camarín que hoy contiene el Altar Mayor. El proyecto original era muy ambicioso, pero debido a algún fallo en el proyecto, las obras, se mandaron parar en 1608. No cabe duda que el proyecto fue grande, pues actualmente aún se notan los arranques en los muros laterales de la capilla del Altar Mayor.

En 1711 se hizo el osario nuevo con la piedra sacada del molino que había en los Cascajares.

Con la reconstrucción de después de 1518 de la antigua iglesia, la iglesia de Santa María quedaba estructurada, más o menos, de la misma manera a como ahora la encontramos.

Si damos un breve recorrido por esta iglesia veremos lo poco que ha cambiado desde 1720 hasta nuestros días.

Colocándonos bajo el coro y mirando hacia el Altar Mayor

En la nave de mano derecha tenemos en primer lugar:

  • Altar del Cristo de la Vera Cruz:
    Altar laminado en oro impresiona la magestuosa escultura del Cristo Agonizante. Se trajo aquí cuando su ermita fue transformada en casa particular en 1850.
  • Capilla de la Reina de los Ángeles:
    Esta capilla no siempre se llamó así, en un principio se llamó Capilla del Cristo pues en ella se encontraba el Cristo de los Perdones. Fue fundada por Bartolomé de Castro en 1528. Posteriormente, en 1636, se quitó el Cristo y en su lugar se puso la imagen de Santiago, tomando así el nombre de Capilla de Santiago. Por último, en 1842, al traerse la imagen de la Reina de los Ángeles del convento de los Franciscanos, la capilla tomó el nombre de Capilla de la Reina de los Ángeles, tal como ahora se la conoce. La imagen que preside la capilla es una talla barroca obra de la escultura sevillana Luisa Roldán conocida como la Roldana. Unos años antes de traer aquí la imagen de la Reina de los Ángeles, se reformó la capilla y no con mucho acierto, pues el valioso artesonado, se cambió por yeso. Fue entonces, también, cuando se abrió la ventana que tiene la capilla y en la cual, recientemente, en 1968, se instaló la vidriera que ahora contemplamos, donación de Domingo Caballero y su esposa.
  • Capilla de la Soledad:
    Originariamente se llamó Capilla del Nacimiento de Nuestro Redentor, por encontrarse en ella las imágenes de la Sagrada Familia. Estas se quitaron en 1650 y en su lugar se puso la imagen de Nª. Sª. de la Soledad, por lo cual la capilla tomó este nombre. Fue fundada en 1525 por Fernando García Tintor y su mujer María Loba quienes reposan en este lugar.
    Esta imagen es la que sale todos los Viernes Santos en la procesión del Silencio.
  • Altar del Cristo de los Perdones:
    En un principio se llamó Altar de los Comisarios, pues fue fundado en 1636 por los comisarios Bernardino y Rodrigo López de Cisneros. Aquí se colocaron diversas reliquias traídas de Roma por Fr. José, procurador general de los franciscanos y hermano de los citados comisarios. La fundación de este altar fue el motivo por el cual se trajo el Cristo de la Capilla de la Reina de los Ángeles a este lugar.

 

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En la nave izquierda, en primer lugar tenemos:

  • Capilla de la Inmaculada y altar de San Vicente Ferrer:
    Antes se llamaba capilla de San Vicente Ferrer (ahora convertido en altar al lado de la Inmaculada), en honor del prestigioso predicador dominico que según la historia predicó en esta iglesia; su retablo es Rococó y contiene relicario.
    Al proclamarse el dogma de la Inmaculada el 8 de diciembre de 1854 se levantó su altar y la capilla pasó a llamarse Capilla de la Inmaculada.
  • Capilla de Nuestra Señora del Rosario:
    Como la mayoría de las capillas más antiguas de esta iglesia la de Nuestra Señora del Rosario también está panelada en oro y data de una gran antigüedad. La pequeña estatuilla de la Virgen con el Niño en los brazos es de estilo románico y posiblemente sea la talla con mayor valor artístico del pueblo.
  • Altar de San Antonio Abad:
    Al lado de la capilla de la Virgen del Rosario tenemos el altar de San Antonio Abad también panelado en oro y el altar de San Isidro Labrador cuya fiesta sigue celebrándose todos los 15 de mayo con precisión por el pueblo.
  • El Púlpito
    Digno también de resaltar, era el púlpito del siglo XV, que tenía cuatro evangelistas pintados, con pedestal y cadenas; fue en él donde predicó San Vicente Ferrer. Fue transformado antes de 1800 quedando tal como ahora lo vemos.

Hacia 1832, se hizo la escalera para subir al coro, cuya caja era una panera. En el mismo año, se construyo la Sala Capitular para las juntas del cabildo. Una de las ventanas de esta sala daba a la cuesta de San Antón y era desde donde se tiraban castañas y caramelos el día de la fiesta del Santo. Esta zona ya no existe. Se desmanteló hace unos años por encontrarse en deplorable estado. En no mejores condiciones se encuentra la escalera para subir al campanario. Sin pasamanos y los peldaños llenos de palomina no deja de ser un peligro cada vez que se quiere subir al campanario a tocar las campanas.

En el coro se encuentra el órgano barroco de tubos de la iglesia. Un enorme fuelle que se hinchaba girando una manivela situada en un habitáculo adyacente al coro abastecía de aire al instrumento para que sonara. Dos o más personas se necesitaban para mantener el nivel de aire necesario para que funcionara. Todos le hemos oído sonar, hasta no hace muchos años, durante la novena a la Reina de los Ángeles.

En 1995 se restauró el tejado de la pirámide que culmina la torre y cubre el campanario. Se cambiaron las antiguas tejas vidriadas de gran antigüedad por las que ahora pueden apreciarse. El tejado del chapitel de Santa María posiblemente recibiera influencia de la región de Borgoña (Francia) y del arte mudéjar. La teja borgoñona es una teja en forma de escama. Apareció en regiones del país galo hacia los siglos XII-XIII, y se normaliza en la zona de Borgoña, Alsacia y Franco Condado en el sigo XV. A España posiblemente hayan llegado en el XVI, momento en el que el nieto de los Reyes Católicos, Carlos V, llega a ser rey de Castilla. Otra posible influencia puede ser el arte mudéjar aragonés (XII-XVI), en el que se emplean las conocidas tejas de alfarería vidriadas (arcilla cocida). La España del Siglo XVII (barroco) se encuentra de nuevo en crisis y se emplea en diferentes construcciones de la península materiales “pobres” como el ladrillo, a excepción de Galicia, que se sigue empleando la piedra. Es por eso que la teja vidriada se emplea en diferentes construcciones porque son baratas de producir y llamativas, como los famosos azulejos portugueses, de la misma época también.

No faltó la polémica por parte de algún sector del pueblo al considerar que las antiguas tejas que cubrían la pirámide de la torre tenían un gran valor artístico y se deberían haber guardado.

Algunos ejemplos de este tipo de arte lo localizamos en la iglesia de Santa Eulalia (Sg. XVII) Paredes de Nava, el Hospices de Beaune (Sg.XV) (Francia)   o la Catedral de Santa María de Mediavilla de Teruel.
En el 2003 se reformó la espadaña del esquilín que se vino abajo después de un fuerte vendaval.

Lo último en restaurarse ha sido el atrio de la entrada de la puerta de  Septentrión en febrero de
2022. Había zonas bastante dañadas huella del paso de los años.  Se restauró (en lo que se pudo pues estaba demasiado deteriorado) el artesonado estrellado del atrio y se puso una red para protegerlo de las palomas. También se ha restaurado el enchinarrado que se encuentra exactamente bajo el cielo estrellado de madera del pórtico. Se trata de un mosaico litostrático o enchinarrado totalmente geométrico hecho con fragmentos de teja roja y ladrillos macizos. El que se emplease este material no es de extrañar, ya que por la zona no encontramos cantos de río para realizarlo como sucede en otros lugares. La influencia mudéjar también tuvo  que ver para que se emplee este material. El dibujo de este enchinarrado son una serie de círculos que se entremezclan formando un cuadrifolio geométrico estilizado en el centro. También se retejó el tejadillo y se pintaron los dinteles. En la foto de más arriba dondes se habla de la portada de Septentrión se puede ver el resultado final. (Fuente: Gonzalo González, Castromocho tente en pié)

Iglesia de Santa María

La torre es un pisma cuadrangular

 

Figurillas Capilla de la Soledad

Tabla del antiguo retablo gótico

Fachada Sur. Puerta Bethlén

Puerta de Bethlén

Bajorrelieve del atrio de entrada

Capilla del Altar Mayor

Capilla de la Reina de los Ángeles

Capilla de la Reina de los Ángeles

Capilla de la Soledad

Cristo de los Perdones y Soledad

Altar de San Vicente Ferrer

Altar de San Antón

Torre con placas policromadas

Restauración del enchinarrado

Restauración del enchinarrado

Pórtico restaurado en 2022

Pórtico y enchinarrado restaurado en 2022

Pórtico restaurado en 2022