Escudo de Juan de Castromocho
Pedro I de Castilla
Interior de la Catedral de Palencia
Enrique III de Castilla
D. Juan Rodríguez de Castromocho fue un ilustre castromochino descendiente de la casas de los Castros que vivió en el medievo y alcanzó las sedes episcopales de Jaén (1378-1381), Sigüenza (1381-1382) y Palencia (1382-1397). Murió en 1397 dejando su sede vacante por unos meses hasta que tomó posesión de la silla palentina D. Sancho de Rojas (1397-1415).
Aunque no disponemos de su partida de bautismo que nos acredite con total veracidad este hecho, su nombre nos hace pensar que fue natural de este pueblo pues era costumbre en la antigüedad, dentro de los clérigos, tomar el nombre del lugar de nacimiento; ejemplos de esta costumbre los encontramos en San Ignacio de Loyola, Santo Domingo de Silos, San Francisco de Asís, Santo Tomás de Aquino, etc. etc.
Fue capellán de Pedro I (“el Cruel” ó “Justiciero”) y confesor de su hija la Infanta Constanza con quien marchó a los dominios ingleses cuando el rey Pedro I fue asesinado por su hermano Enrique II en Montiel. Estuvo metido en todos los líos que tuvo Pedro I con Inés de Castro (la dama de compañía de su esposa).
Dice Gil González que en Inglaterra sirvió de capellán a la duquesa de Lancaster.
Regresó a España acompañando a la hija de Constanza, Catalina de Lancáster, que venía a contraer matrimonio con Enrique III (1388).
Fue en este viaje cuando se le otorgó el obispado de Jaén. Apoyó también a Enrique II en sus luchas contra Portugal. Tuvo gran influencia y poder en la Castilla de los Trastámara.
Se le atribuye la autoría de una crónica apologética de PedroI “El Cruel”. No lo pintó tan cruel como lo pinta la historia pues al haberlo conocido personalmente simplemente lo describió como era de verdad. Esta obra fue hecha desaparecer por su sucesor Enrique II para ser sustituida por la que escribió Pero López de Ayala, más crítica con el reinado del primero.
Fue un gran defensor de la libertad eclesiástica, por su favor e influencia, junto con la de D. Pedro Tenorio -arzobispo de Toledo-, dejó de pagar el clero de Castilla el tributo llamado “moneda forera”, por fuero y señorío reconocido.
Como reconocimiento de este hecho en la Catedral de Palencia, en la capilla de San José (2ª de la derecha, según se entra por la puerta llamada de los Novios, Nº 13 del esquema de la planta), hay una lápida conmemorativa en la pared de la izquierda escrita en latín tipo epitafio funerario -lo que nos hace pensar que está allí enterrado- que dice:
“Juan de Castromocho, obispo palentino que hizo al clero de Castilla libre de pagar el tributo monetario que se había establecido en tiempos de Enrique III, por los cuales se hace esta memoria de aniversario dentro de la octava de Pentecostés, en la cabeza de este Presbiterio de esta diócesis. Murio en Marzo, año de Nuestro Señor de 1397”.
En tiempos de Enrique III, estando éste en Monzón supervisando la reparación de las murallas para lo cual se había dado una orden real que obligaba a los hombre de los pueblos comarcales vecinos a realizar esta tarea, entre los cuales se encontraba Castromocho, el venerable Obispo bajó de Palencia a Monzón y al ir el Rey a ver las obras tomó una espuerta y se puso a llevar material al pie de la obra. Al verlo el rey le dijo: ¿qué hacéis obispo? Y respondió: Señor, estoy cumpliendo por mi lugar; y contestó el rey: dejadlo que yo hago libre a vuestro lugar.
Construyó algunas casas en Castromocho y fundó misas y aniversarios en la parroquia de San Esteban donde fue bautizado.
[Datos proporcionados para esta web por Herenio Pobes]