Cientos de personas asisten a la escenificación 5 siglos después de la visita que marcó para siempre a la localidad cerrateña con la reina en avanzado estado de gestación de su hija Catalina de Austria
La noche torquemadense del sábado se iluminó dos años después sin poderlo hacer por la pandemia, con las antorchas que cientos de vecinos portaban en el trayecto del cortejo fúnebre de Felipe el Hermoso desde el puente de 25 ojos, emblema de la localidad y restaurado, en dirección a la iglesia de Santa Eulalia. Corría el año 1506 cuando la reina Juana I de Castilla y su séquito llegaban, en la noche del 24 de diciembre, a Torquemada. Lo que se previó en un principio como una parada más en el largo camino hacia Granada, con los restos de su esposo, el rey Felipe El Hermoso, se prolongó durante cuatro meses.
En ese tiempo vino al mundo su hija Catalina de Austria, quien se convertiría años después en reina de Portugal. Cinco siglos más tarde de aquella visita real que marcaría para siempre a la localidad cerrateña tiene lugar la escenificación de la llegada de la reina Juana en avanzado estado de gestación. Ya en la iglesia tuvo lugar la representación teatral que recreó el nacimiento y bautizo de Catalina de Austria, acaecido el 14 de enero de 1507, y su posterior bautizo, uno de los momento más importantes de la historia del municipio cerrateño.
«Había ganas de volver a disfrutar de la celebración y la asistencia de público fue masiva, un poco más que en ediciones anteriores, y por la noche el calor descendió mucho, resultando una actividad histórica atractiva al aire libre. La representación teatral la llevó a cabo el grupo Zocolotropo de Valladolid. Coincidió con la octava edición de la fiesta de la cerveza artesanal que había empezado poco antes. Vino mucha gente de la comarca del Cerrato y también de la capital», señaló a DP el alcalde de Torquemada, Jorge Martínez.
El regidor cerrateño comentó que la escenificación en la iglesia es un componente añadido al recorrido del cortejo fúnebre. «El ataúd de Felipe el Hermoso se veló durante cuatro meses y, de hecho, situada en la parte izquierda hay una zona que se ve aún cinco siglos después, donde se percibe que las paredes están un poco ennegrecidas.Parece ser, según se dice, que esas manchas son los restos del humo que dejaron las antorchas que tenían y la lumbre que se encendía cerca del cadáver del rey», añadió.
Posteriormente, y como acto de culminación de la escenificación de la visita real a Torquemada, tuvo lugar la despedida de la reina y su hija en dirección al Castillo de Tordesillas, en Valladolid, donde fue criada, con un breve relato de la vida de Catalina de Austria.
libro de juan manuel olcese. Como punto final de los actos de la recreación del cortejo fúnebre de Felipe el Hermoso, en la tarde de ayer el historiador vallisoletano Juan Manuel Olcese acercó la vida de Juana desde su educación católica por parte de sus padres hasta su estancia en Flandes, pasando por el calvario de la muerte de su marido, el nacimiento en Torquemada de su hija Catalina y su cautiverio en Tordesillas.
En opinión del experto, la reina Juana de Castilla es una de las figuras que más interés ha suscitado en la historia de España, dado su apasionado carácter y su desventurada vida. Sin duda, una mujer rescatada en la que, como apunta la periodista Lucía Rodil en el prólogo del libro de Olcese, «la reina Juana no reinó por una sola razón: ellos no la dejaron».
La plaza de España de Torquemada fue el escenario elegido para que el historiador Juan Manuel Olcese recuperará la vida de la reina de Castilla y su paso por el pueblo cerrateño durante cuatro meses a través del libro Juana, la reina que dormía bajo el mármol. El acto estuvo presidido por el alcalde, Jorge Domingo Martínez.
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