El secretario de la gestora del Palencia Cristo reitera su deseo de continuar hasta verano de 2025 para culminar el proyecto del fallecido presidente.
El futuro del Palencia Cristo continúa con incógnitas. Las respuestas irán llegando con el paso de los días, la primera con las elecciones del club convocadas en la pasada asamblea extraordinaria. La junta gestora que dirige en estos momentos el club desea continuar lo que resta de curso y el que viene para cerrar el último ciclo de David Nieto, siendo esta la opción más probable de cara al futuro inmediato del club palentina. La ausencia de alternativas apunta a pensar que no habrá ningún candidato en este proceso electoral, que deberán presentarse antes del próximo lunes. La junta gestora formada por Jesús Guerra como presidente; Pahito, como secretario; Daniel Nieto, como tesorero y Saúl Nieto, como vocal, será la encargada de continuar al frente, si todo va según lo previsto, hasta verano de 2025.
En cuanto a lo deportivo, el equipo necesita dar con la tecla tras la llegada de Chuchi Macón. Los palentinos están a tres puntos de la zona de ‘play-off’, con todavía cuatro jornadas por delante. El Palencia Cristo está en pleno proceso electoral, aunque por el momento, todo hace indicar que no habrá ninguna candidatura. Los socios son los únicos que pueden presentarse y nadie ha dado síntomas de estar interesado en ponerse al mando. «A día de hoy nadie ha mostrado el más mínimo interés y nadie ha preguntado por nada. Entonces nuestra idea es cumplir el mandato de David y en función de si saliese o no, presentar nuestra candidatura o no. En este año y poco, intentar darle una viabilidad futura al club con otro modelo u otra fórmula», señala Pahito, secretario del Palencia Cristo.
Ningún candidato
La junta gestora quiere continuar al menos hasta 2025 para concluir el mandato que hubiese cumplido David Nieto, con las elecciones como una obligación por parte de los estatutos del club y sin descartar presentar su candidatura, pese a tener clara su fecha de caducidad (final de la próxima temporada). «Uno de los puntos que marcan los estatutos es que el fallecimiento del presidente obliga a convocar elecciones. Estamos convencidos de que no se va a presentar nadie, aunque vamos a apurar hasta el último día para decidir si presentamos una candidatura nuestra o seguimos como junta gestora. Lo estamos estudiando, sobre todo por la maniobrabilidad administrativa del club», reconoce Pahito.
Los miembros de la junta gestora tienen muy claros sus motivos para no continuar al frente del club más allá del verano de 2025, o al menos no con estas condiciones. «David Nieto era la persona que tenía el tiempo y el dinero. Hizo lo que nadie en Palencia, lo que le pedíamos a todo el mundo solo lo hizo él. Puso todo de su parte y eso es muy difícil de mantener en el tiempo si no tienes un sustituto directo, y no es el caso. No disponemos de tanto tiempo ninguno para estar ahí y tampoco es fácil encontrar ese perfil, que con David llegabas a cualquier sitio y tenías la puerta abierta», argumenta Pahito.
«Esto que hemos tenido hasta ahora no lo vamos a tener, al ser insustituible la figura de David. Debemos encontrar otra fórmula. Ya sea como una sociedad anónima deportiva y funcione como una empresa o creamos un club importante en donde se venga a ser profesional hasta donde lleguemos. Si no, es algo inviable y todo tiende a morir al no tener recursos suficientes los clubes para sostener proyectos de este calibre a largo plazo», afirma Pahito.
Los propios miembros de la junta gestora del Palencia Cristo no descartan continuar al mando del club. Eso sí, con un modelo diferente. La demanda de más manos para dirigir el club y encontrar esa fórmula abrirían la puerta a esa continuidad respaldada por los propios socios. «Está la posibilidad de continuar, pero parcelando todo mucho y con tareas equilibradas para que podamos llevarlo todo. De alguna manera que pueda funcionar sin tener que cargar toda la labor en las espaldas de cinco o seis personas, cuando realmente, para que el club sea sostenible, necesitamos por lo menos un grupo de trabajo de quince personas», apunta Pahito.
La decisión más controvertida esta temporada por parte del Palencia Cristo fue la destitución de Carlos Doyague. El club apostó por un cambio de rumbo en busca de un impulso tras una última mala dinámica con el técnico palentino al mando. «Ha sido la decisión más dolorosa que hemos tomado en todo el año. Carlos es como de la familia de David y con él habíamos trabajado un montón. Sobre todo, porque no le podíamos cuestionar su trabajo al dejarse muchas horas de trabajo en el club. Nosotros, al ver la tendencia del equipo, lo que queríamos era darle un impulso y al final solo puedes hacerlo de una manera al no poder cambiar a cinco o seis jugadores», analiza Pahito. La gran apuesta para relevar a Doyague por parte del Palencia Cristo fue Chuchi Macón. El vallisoletano no ha comenzado con el mejor pie posible, aunque espera darle la vuelta en estas últimas semanas de curso.
«Nosotros elegimos a Chuchi Macón por dos motivos. Por un tema de proximidad, que al final supone dinero y Palencia-Valladolid hace que no tengamos que poner un piso a esa persona ni darle mayores retribuciones. Y segundo, porque conocíamos su estilo de su paso por Tordesillas y Chuchi tiene una filosofía de cantera del Real Valladolid con un buen trato de balón, entonces pensamos que era un perfil de entrenador que nos podía encajar», explica Pahito.
En cuanto al aspecto deportivo, el Palencia Cristo confía todavía en conseguir el objetivo de disputar el ‘play-off’ de ascenso. El equipo morado está a tres puntos de la quinta plaza con doce puntos todavía en juego en las últimas cuatro jornadas.
«Tenemos que hacer las cosas bien para competir hasta el último día, ya sea para bien o para mal. Es muy difícil porque hay que hacer muchos números y son muchos puntos, pero si hay una mínima posibilidad de llegar al ‘play-off’, hay que apurarla», añade Pahito. El encuentro de este fin de semana en La Balastera es clave para las opciones del conjunto palentino, ante un Burgos B sin prácticamente nada en juego.
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