El periodista de guerra Jon Sistiaga, quien ha cubierto conflictos como la Guerra de Irak, será el pregonero en las fiestas de Vertavillo, su pueblo.
Desde su detención en Serbia hasta cubrir la Guerra de Irak, la trayectoria profesional del periodista Jon Sistiaga es todo un ejemplo dentro de la profesión periodística. Ahora, a sus 55 años, regresa a su pueblo de procedencia, Vertavillo, a unos 35 kilómetros de la capital, para ser mañana el pregonero de sus fiestas en las mismas calles que tantos veranos le vieron crecer.
¿Cómo definiría su vínculo con Vertavillo?
Es un vínculo familiar pero, sobre todo, emocional. Es el territorio de mi infancia, el lugar donde pasé mis años más jóvenes, que es cuando te formas, te empiezas a hacer mayor y a descubrir la vida. Todo ese proceso se produjo en las calles, los campos y los páramos del pueblo.
¿Cuántos veranos pasó allí?
Entre los tres y los catorce años. Allí pasaba los veranos enteros, desde comienzos de julio hasta mediados de septiembre, que era cuando terminaban las fiestas. De hecho, los chavales de mi edad ya habían empezado las clases y les acompañaba a la salida del colegio.
¿Cómo lo recuerda?
Al final, aquellos veranos, sin padres, constituían la forma más libertaria de crecer y hacerse mayor. Ellos estaban en Irún trabajando y yo me quedaba al cuidado de mis abuelos. Me pasaba el día por la calle o los caminos, deambulaba por los trigales, me bañaba en el arroyo, etc.
¿Qué supone para usted dar el pregón en las fiestas del pueblo?
Para mí es un por fin. Se había intentado más veces, pero no me cuadraba por cuestiones de agenda. Dar el pregón supone un reencuentro con la gente que marcó mi infancia, los amigos que no veo desde hace 40 años.
Como periodista de guerra, ¿cuál ha sido el momento más complicado que le ha tocado vivir?
Cuando vas a un conflicto bélico cualquier momento es complicado, ya que la suerte y el destino pueden cambiar en cualquier momento. No es como ir a una rueda de prensa antes de que se dispute un partido de fútbol. Todas las guerras tienen momentos malos. El más fuerte fue cuando mataron a un compañero delante de mí.
¿En qué momento de su trayectoria pasó más miedo?
Tengo miedo en todos los conflictos. El miedo es un compañero fundamental para volver vivo.
Cuando se retire, ¿le gustaría vivir en Vertavillo?
A mis 55 años me he dado cuenta que Vertavillo está a una distancia muy cómoda de Madrid, que es donde vivo, y del País Vasco, que es donde vive mi familia.
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