La celebración en la plaza de conciertos en San Antolín es «incongruente» y genera «molestias» en los vecinos. La solución en el barrio pasa por una vigilancia policial efectiva, algo que no ha habido hasta ahora.
Los vecinos del barrio de San Miguel, en pleno centro de la ciudad, están cansados de que el equipo de gobierno del Ayuntamiento no escuche sus peticiones y quejas. «Cuando tenemos problemas no contestan a un solo escrito nuestro ni nos reciben. Una sola vez en toda la legislatura hemos conseguido que nos reciba el alcalde, después de numerosos escritos y llamadas», lamenta el presidente de la asociación de vecinos, Jesús María Calvo.
Una de las principales reclamaciones de la asociación vecinal es la que concierne a la celebración de eventos en la plaza de San Miguel, como los conciertos de San Antolín. «No es que estemos en contra de los conciertos, de lo que estamos en contra es de que se celebren en un sitio totalmente inadecuado tanto desde un punto de vista acústico como desde la perspectiva de la serie de molestias e impedimentos que provoca a los vecinos, como la accesibilidad a sus propias casas», afirma.
Calvo considera que «es irracional que un escenario esté pegando a un edificio de viviendas habitadas», a la vez que sostiene que Palencia dispone de cantidad de sitios adecuados con más que suficiente amplitud, que no una plaza catalogada de carácter histórico y que no reúne las condiciones. «Se pueden celebrar conciertos de la banda de música, una exhibición de bailes tradicionales que es para lo que se presta la plaza», señala.
Otra queja destacada por la asociación vecinal es la situación «penosísima» que se vive en los dos corrales. «La gente los utiliza como urinario público de todo tipo con independencia de que con bastante frecuencia vienen a hacer botellón o drogarse», comenta Calvo. La zona está muy castigada en fiestas, de manera particular, aunque se extiende a todo el año durante las noches de los fines de semana. «Hemos visto producirse peleas, incluso con arma blanca», admite.
solución. Para Calvo, la solución en el barrio pasa por una vigilancia policial efectiva, algo que no ha habido hasta ahora. «Necesitamos que actúen, pidan identificación y abran expedientes», destaca. Otra solución, ya solicitada al Ayuntamiento, «sería hacer algún tipo de cerramiento a la entrada del corral para evitar el acceso a todo el mundo». Además, Calvo hace referencia a las cámaras de vigilancia que hay en la plaza y que podrían ser una buena herramienta para ayudar a actuar en consecuencia, pero «están inactivas, algo que nos parece incongruente».
Respecto a otras reclamaciones de la asociación de vecinos está la relacionada con la pavimentación. «Las baldosas que se levantan no se arreglan y llevan así desde hace ya muchísimo tiempo», comenta. El tráfico en la plaza también genera malestar en los vecinos. «Es una plaza con altísimo valor histórico y monumental y no hay forma de que muchos vehículos respeten la prohibición de acceso», explica Jesús María Calvo. Por último, pide una rotación de horarios de limpieza y recogida de basuras entre los diferentes puntos de la ciudad.
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