La vida en convento pierde atractivo en Palencia

El Norte de Castilla

8 de mayo de 2022

Trece cenobios de clausura se mantienen habitados tras la marcha de las religiosas de Ampudia a Madrid, todos femeninos salvo el de los trapenses de Dueñas.

La marcha forzada el pasado mes de marzo de la orden cisterciense que desde hace más de dos décadas habitaba el monasterio de Nuestra Señora de la Alconada en Ampudia ha supuesto la última evidencia de la pérdida paulatina y continuada de la vocación religiosa en la provincia de Palencia. El traslado de las dos religiosas que quedaban en el antiguo santuario mariano se precipitó tras el fallecimiento de Sor Anuncia el pasado mes de diciembre. Fue entonces cuando se decidió que Sor Rosario y Sor Mónica se trasladaran a otro convento de la misma orden en Madrid. Solo dos hermanas no son consideradas comunidad y esta fue la causa de una marcha que sumió en la tristeza no solo a las dos religiosas, sino también a toda una comarca de Campos que había afianzado una estrecha relación con la comunidad religiosa.

Tras su marcha, son trece los monasterios habitados actualmente en Palencia, doce femeninos y uno masculino. De estos trece, cinco se encuentran dentro de la capital y otros ocho en la provincia, repartidos en los municipios de Paredes de Nava, Carrión de los Condes, Santibáñez de Ecla, Aguilar de Campoo, Astudillo y Calabazanos.

La pérdida sostenida de estas vocaciones unida a la avanzada edad de la gran mayoría de religiosos y religiosas en la provincia pone en jaque la continuidad a corto y medio plazo de los conventos y monasterios de Palencia como ha ocurrido en Ampudia.

Según los últimos datos facilitados por la Diócesis de Palencia, en 2019 antes de la pandemia, había en la provincia un total de 212 monjas y monjes de clausura, una cifra que se vio mermada en el año 2020, cuando descendió a un total de 192 y que a falta de cerrar la memoria del año pasado, apunta a una progresiva caída.

El descenso solo se ha podido frenar en los últimos años con la llegada de religiosos y religiosas de otras nacionalidades a las diferentes órdenes de la provincia de Palencia, en su gran mayoría, provenientes de países como México, Colombia o Perú. Unas vocaciones que, además, también han supuesto una bajada en la media de la edad de conventos y monasterios.

Actividades cotidianas

Tras los grandes muros de estos conventos y monasterios, conviven religiosos y religiosas que más allá del ‘Ora et labora’ –rezan durante una media de siete horas diarias–, también se dedican a otras labores cotidianas, las del hogar, que suelen estar repartidas entre sus diferentes miembros.

Además, para asegurar un estilo de vida monástico sostenible en el tiempo y teniendo en cuenta su voto de pobreza, la mayoría de ellos cuentan con algún tipo de taller artesano u obrador con el que les garantice poder vivir del trabajo realizado con sus propias manos y poder sufragar de esta forma los gastos que tienen.

Estos dos años de pandemia han supuesto un duro golpe para estas comunidades religiosas debido al aislamiento, como consecuencia de las diferentes restricciones adoptadas, que han paralizado su actividad productiva y también la venta de sus productos debido a la falta de visitas durante este tiempo. Es el caso de las Dominicas de Palencia, cuyo obrador, inaugurado en 1986, ya ha vuelto a trabajar a pleno rendimiento. Actualmente, se ha convertido en una actividad esencial para estas religiosas y ya vuelve a registrar en su tienda las esperas habituales para adquirir cualquier de sus dulces productos.

Desde que se pusiera en marcha hace más de treinta y cinco años, las hermanas solo han buscado la máxima calidad de las materias primas y de la elaboración de todos sus productos para que «brillen por la calidad y la perfección» de sus trabajos.

Religiosas nazarenas de Palencia.

Clausura del Jubileo en el centenario de las nazarenas

La capilla de las Misioneras Eucarísticas de Nazaret (ubicadas en la calle Santo Domingo de Guzmán, 9) ha acogido recientemente la clausura del tiempo jubilar que se les concedió con ocasión del I Centenario de su fundación. Bajo el lema ‘Nacidas para eucaristizar’, han lanzado una invitación a unirse a la acción de gracias con el deseo de hacer resonar la invitación de san Manuel González. La Congregación religiosa de Misioneras Eucarísticas de Nazaret nació en Málaga el 3 de mayo de 1921 y recibió la aprobación pontificia en 1960. Fue fundada por san Manuel González, en ese momento obispo de dicha diócesis, con la colaboración de su hermana María Antonia. Para lucrar la indulgencia plenaria, inicialmente designó cuatro templos jubilares. En la Catedral de Palencia se encuentra su sepulcro.

Como ellas explican, la clave está en el trabajo en equipo, aportando cada hermana todos y cada uno de sus recursos y dones, así como su organización, teniendo siempre presente la prioridad del Oficio divino y de la oración. Además del esmero en la elaboración, la honestidad y la confianza que quieren transmitir a todos sus clientes.

Una actividad «comercial» que también siguen en la única orden de carácter masculino que queda en Palencia, la de la Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia de los Trapenses situada en la Abadía Cisterciense de San Isidro de Dueñas. En su caso, estos monjes llevan años dedicados a la producción de leche fresca. La granja inició su actividad en el año 1953, durante años estuvo trabajada únicamente por monjes, pero actualmente ya no es así. Ahora la gestión sigue siendo de los hermanos, pero cuenta con trabajadores externos que sacan adelante diariamente la explotación.

Vacas para el ordeño

Una producción fruto de todo un proceso realizado en su propia granja, desde la alimentación de las vacas hasta su ordeño y la transformación de esta leche para después venderla tanto en diferentes puntos de Palencia como también de Valladolid. Esta rentabilidad asegura el éxito de este modelo de economía circular puesto en marcha por estos monjes más conocidos como de la Orden de la Trapa.

En el caso de las Clarisas, cuya orden cuenta con presencia no solo en la capital palentina sino también en diferentes puntos de la provincia, han mantenido durante años un taller propio en el que trabajan no solo en la decoración de diferentes piezas de porcelana sino también en el bordado y la confección de cordones de Semana Santa. También realizan otros trabajos como el de arreglo de collares.

Las clarisas tienen presencia en cinco puntos

Entre los trece cenobios de clausura de la Diócesis de Palencia, el masculino es el perteneciente a la Orden Cisterciense de la Estrecha Observancia de los Trapenses, situado en la Abadía Cisterciense de San Isidro de Dueñas. Los femeninos son mayoritarios y estos están divididos entre la capital y la provincia. En Palencia están establecidas las Agustinas Canónigas regulares de San Agustín, las Agustinas Recoletas, las Carmelitas Descalzas de San José y Nuestra Señora de la Calle, las Dominicas de Nuestra Señora de la Piedad y las Clarisas en el Monasterio de Santa Clara. Estas últimas son las que más presencia tienen, ya que están establecidas también en el Monasterio de Santa Clara de Aguilar de Campoo, el Real Convento de Santa Clara de Astudillo, el Monasterio de Nuestra Señora de la consolación en Calabazanos y el Monasterio de Santa Clara de Carrión de los Condes. Además de las Clarisas, en Paredes de Nava se encuentra la Orden del Santísimo Salvador y Santa Brígida, en Carrión de los Condes el Convento las Carmelitas Descalzas de la Santísima Trinidad y en San Andrés del Arroyo el Monasterio Cisterciense de Santa María y San Andrés de Arroyo.

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