Compañías asentadas en la comarca de Guardo aseguran que la reindustrialización del noroeste «es muy compleja»
El cierre de la central térmica de Velilla del Río Carrión ha afectado de lleno, como cabría esperar, a la economía del noroeste de la provincia. Y es que los ingresos de muchas empresas asentadas la comarca de Guardo, y también los de un buen número de autónomos de esta parte de la Montaña Palentina, dependían de la actividad de la planta velillense, bien sea en labores de suministro, como proveedores de la compañía o en tareas de mantenimiento.
Como muestra, y según ha podido saber Diario Palentino de fuentes consultadas en la zona cien días después de la voladura de la torre de refrigeración, la facturación de las empresas auxiliares ha descendido, de media, un 50 por ciento. Es decir, ha caído desde que la planta echara el cerrojo el 30 junio de 2020 (fecha oficial, pues llevaba sin funcionamiento desde finales de 2017), una vez que la multinacional energética recibió la pertinente autorización por parte del Gobierno.
Los empresarios guardenses, habituados a remar contra corriente, como ya les ocurriera años atrás con el fin de la minería del carbón o el cierre de la industria electroquímica ligada a la factoría de Explosivos, suplen este desplome en su facturación con otros proyectos, tanto dentro como fuera de la Montaña Palentina. De ahí que califiquen a 2021 y 2022 como «años de tránsito» ante un panorama insólito para ellos del que confían en irse recuperando «poco a poco».
La nota «positiva» en todo este proceso de reindustrialización es que Iberdrola también ha contado para el desmantelamiento con empresas asentadas en la comarca norteña. Bien es cierto que, para determinados trabajos, se ha tenido que recurrir a compañías ajenas a la zona, ya sea por la especialización que requerían las tareas a realizar o por la maquinaria necesaria, pero sí se ha contratado a firmas de la tierra para el resto de trabajos dentro de un proceso que se prolongará durante un período de cuatro años.
«El cierre ha afectado mucho a todas las comarcas mineras del país, no solo a la palentina, también a la leonesa y a la asturiana, a pesar de que Iberdrola está haciendo esfuerzos importantes para que haya una transición más o menos normalizada en estas comarcas», afirma uno de los empresarios de la zona que tenía conexión directa con la central velillense consultados por este periódico.
CIERRE POR SORPRESA
El cierre de la térmica cogió por sorpresa al tejido empresarial de la comarca de Guardo, a pesar de que el complejo fabril ya no consumía desde hace años carbón autóctono y la piedra que se quemaba en sus gigantescas calderas llegaba desde países lejanos en grandes barcos hasta Los puertos de la Cordillera Cantábrica, el Principado de Asturias y Cantabria, principalmente.
«Nadie esperaba que una empresa de esta magnitud [con presencia internacional] cerrase de la noche a la mañana. Primero se escucharon rumores, estos cada vez se hicieron más fuertes y, finalmente, llegó la noticia que nadie queríamos oír, recuerda el empresariado local, muy tocado por esta decisión que también afectó a otros territorios de Castilla y León.
Asimismo, los empresarios asentados en la comarca son conscientes de que la reindustrialización de la zona «es muy compleja». Entre los motivos, echan en falta una mejor planificación de los ciclos de Formación Profesional, a la que califican como el «núcleo de la industria». A este problema se suman otros como la «excesiva» burocracia en cuestiones como los permisos o las autorizaciones a la hora de iniciar una actividad. «La administración tarda mucho. Cuando alguien quiere emprender o iniciar un nuevo proyecto, desde luego que fácil no se lo ponen», reprochan.
EMPLEO Y FUTURO
Al igual que lo ha hecho en la facturación de las industrias, el empleo también se ha resentido con el cierre de la central térmica. «Prácticamente, no quedan grandes empresas, lo que hay, salvo contadas excepciones, son pequeños núcleos de autónomos con uno, dos o cinco empleados», subrayan los empresarios guardenses vinculados a la planta consultados por este rotativo. Una situación que ha obligado a muchos jóvenes a emigrar y probar suerte en otros territorios.
En cuanto a la reindustrialización, el empresariado considera que la falta de una autovía que conecta el oeste de Palencia de norte a sur es, tan solo, «una disculpa». «Toda la vida ha existido industria en Guardo con la misma carretera que hay ahora a Palencia, Valladolid o León», manifiestan. A renglón seguido, añaden que unas buenas comunicaciones «son importantes, pero no fundamentales para asentar empresas», a la vez que consideran de gran transcendencia las mejoras en la conexión con Burgos.
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