La modificación urbanística permite ampliar la plaza, al trasladar a la calle Méjico, junto al Vial, un bloque de pisos. Lo que se abre ahora es un amplio proceso de participación ciudadana para determinar el uso definitivo que se le dará al inmueble. «Lo debemos decidir entre todos», manifestó ayer el primer teniente de alcalde, Alfonso Polanco.
El Ayuntamiento de Palencia tiene ya plena libertad para retomar el proyecto de la Alcoholera. Toda la tramitación urbanística se ha completado, y desde el pasado 23 de enero, el edificio de la antigua fábrica de la avenida de Cuba forma parte del patrimonio municipal, con lo que no hay ningún obstáculo para que pueda volver a ponerse sobre la mesa el debate sobre el uso final que debe darse a este inmueble. De momento, el único consenso que hay es que debe tratarse de un edificio público al servicio de los vecinos de la zona, pero todavía no se ha concretado ninguno de los servicios con los que contará.
El edificio ha pasado ya a considerarse un bien de titularidad municipal, destinado a la creación de un equipamiento público, con lo que queda totalmente descartado el destino de la parcela para la construcción de viviendas.
Por ello, uno de los primeros pasos que dará el Ayuntamiento, en las próximas semanas, será retirar el gran cartel que está colocado en la fachada de la Alcoholera anunciado una promoción de viviendas que ya nunca podría hacerse. Ese cartel es antiguo, antes de que el edificio pasara a titularidad municipal y se hubiese cambiado la calificación urbanística. La idea es cambiar el cartel por uno que indique la previsión del Ayuntamiento de impulsar la creación de un centro cívico y cultural en el inmueble, con el fin de despejar dudas, puesto que el anuncio de la construcción de viviendas lleva ya puesto varios años.
«Hasta ahora nunca había existido una parcela reservada para el centro de salud»
Uno de los grandes problemas con los que se ha enfrentado el proyecto de ordenación del barrio de Pan y Guindas ha sido la ubicación de un posible centro de salud en el barrio. Se trata de una dotación históricamente demandada por los vecinos, que incluso hace décadas fue reclamada por el Ayuntamiento, pero que siempre fue rechazada por la Junta de Castilla y León, al no contar con los suficientes habitantes en la zona para cumplir con los ratios de cartillas sanitarias. Pero aun con el rechazo de la Consejería de Sanidad, desde del Ayuntamiento de Palencia nunca ha querido perderse la esperanza de que un día se pudiese construir un centro de salud en Pan y Guindas, por lo que reservar un terreno era crucial en el proyecto de ordenación y reparcelación del barrio.
Finalmente, el documento aprobado establece el emplazamiento del hipotético centro de salud en una parcela ubicada en pleno centro del barrio, junto a la calle Padilla. Así, aunque de momento quedará como una zona verde, la reserva de suelo está hecha ante una posible decisión de la Junta para la construcción de un centro de salud.
Los problemas en este sentido han surgido por las dudas expuestas desde el PSOE con respecto a las dimensiones de la parcela elegida, al entender que no tenía capacidad suficiente para albergar un centro sanitario.
Sin embargo, desde el equipo de gobierno se insiste en que se trata de un espacio totalmente adecuado, con la misma capacidad que los principales centros de salud que están construidos en la ciudad.
En la cédula urbanística de la parcela, según figura en los planos que se adjuntan al proyecto, se recoge que el terreno reservado cuenta con 875 metros cuadrados de superficie, sobre la que puede levantarse un edificio de tres plantas, con una edificabilidad máxima de 2.600 metros cuadrados. En el informe redactado por el equipo de arquitectos que elaboró el proyecto se indica también que el ambulatorio de la Puebla tiene en su conjunto 3.060 metros cuadrados sobre rasante, el de Pintor Oliva tiene 2.587 metros cuadrados sobre rasante y el centro de salud de Eras del Bosque tiene 2.275 metros cuadrados.
Otro problema hacía referencia también al emplazamiento elegido, puesto que entre los vecinos de la zona se entendía que el lugar más adecuado para el centro de salud era el solar en el que se ha dispuesto el futuro bloque de viviendas. «El problema ha venido por que en el barrio se tenía la idea errónea de que la parcela de la calle Méjico ya estaba reservada para centro de salud y no es cierto. En ningún documento se había reservado un terreno para centro de salud, hasta ahora que al fin ya se cuenta con ello», explica José Antonio Villahoz, miembro del equipo redactor del proyecto.
El pasado 23 de enero entró en vigor la modificación urbanística que permite llevar a cabo los planes del equipo de gobierno municipal. Fue en diciembre cuando la Junta de Gobierno Local aprobó de forma inicial de forma inicial el proyecto de normalización y reparcelación necesaria para la gestión urbanística de los terrenos afectados por la operación para el desarrollo del barrio de Pan y Guindas. Estos cambios ya son una realidad, con lo que queda blindada la titularidad municipal del edificio de la Alcoholera.
Lo que se abre ahora es un amplio proceso de participación ciudadana para determinar el uso definitivo que se le dará al inmueble. «Lo debemos decidir entre todos», manifestó ayer el primer teniente de alcalde, Alfonso Polanco, quien reconoció que no hay sobre la mesa ningún proyecto concreto de rehabilitación del inmueble, aunque insistió en que no se tomará ninguna decisión sin una amplia consulta ciudadana, así como a los grupos políticos que formen parte de la corporación municipal.
Se da la circunstancia de que el próximo mes de mayo habrá elecciones locales con lo que se conformarán los nuevos ayuntamientos y previsiblemente será la nueva corporación la que cierre el proyecto de la Alcoholera. Hasta el momento, el planteamiento que han defendido los diferentes equipos municipales ha sido el de destinar el inmueble a la creación de un centro cívico y cultural que dé servicio a los barrios de Pan y Guindas, San Juanillo y el más recientemente creado de Nueva Balastera.
Una de las demandas generalizadas de los vecinos y también de los grupos políticos es la apertura de una nueva biblioteca municipal con salas de estudio, una infraestructura especialmente demandada por los jóvenes.
Pero conseguir la propiedad del edificio de la Alcoholera no le ha resultado especialmente fácil al Ayuntamiento. No solo ha tenido que superar el rechazo político de los grupos de la oposición al modelo elegido para lograr la titularidad, sino que ha tenido también que superar el escrutinio de los tribunales, después de que Ecologistas en Acción planteara un recurso contencioso administrativo contra el proyecto municipal.
Finalmente, el TSJ dio la razón al Consistorio y le impuso las costas a los demandantes, con lo que el Ayuntamiento se vio con las manos libres para seguir adelante con el proceso. El fallo judicial se publicó en los últimos días de diciembre de 2021, con lo que el equipo de gobierno municipal ha pasado el último año preparando el proyecto de reparcelación urbanística con el que compensar a los propietarios del edificio de la Alcoholera con otros terrenos y al tiempo ordenar algunos espacios del barrio con el fin de reservar una parcela para un posible centro de salud.
Cambios de usos
La anterior ordenación urbanística de Pan y Guindas establecía el uso residencial y comercial (terciario) del edificio de la Alcoholera, así como de otra parcela ubicada en la plaza que existe detrás.
El proyecto de reordenación que se ha aprobado establece una permuta de terrenos y aprovechamientos urbanísticos, de tal forma que la antigua fábrica y la parcela de la plaza quedan en manos del Consistorio, el inmueble para fines vecinales y culturales, mientras que la parcela, para ampliar la plaza, como zona verde.
A los propietarios se les compensa con un edificio en forma de L, con una de las vistas hacia la plaza de la Alcoholera y la otra hacia la calle Méjico. De esta forma, el edificio de siete alturas que iba a constreñir esa zona se reordena de tal manera que pasará a estar en un nuevo solar con un volumen de dos bloques lineales de 6 alturas unidos por su planta baja, en una configuración muy similar a la que se utiliza de forma habitual en el barrio.
La edificabilidad de este nuevo solar es el resultado de sumar la que disponía el bloque originario de vivienda colectiva (5.608,76 metros cuadrados), más la edificabilidad de uso terciario de la alcoholera (605 metros cuadrados). Además, el proyecto configura un nuevo viario en esta zona que permitirá el acceso para vehículos desde la calle Méjico hasta la avenida de Brasilia, para dar mayor fluidez al tráfico.
0 comentarios