La tradición, que se remonta a tiempos inmemoriales, consiste en salir a las eras a «correr la tortilla» pues así es como se denomina a esta merienda, donde los huevos y las patatas son las grandes estrellas de la función acompañados de naranjas, manzanas y cómo no de los sabrosos chorizos y longanizas -recientes de la última matanza- a la brasa del improvisado fuego.

Son tantos los años a los que se remonta esta tradición que une amigos y familias en torno a una buena tortilla, que los más viejos del lugar recuerdan haber celebrado siempre ese día.

Recuerdo emocionado todos aquellos años cuando en la escuela de los chicos de D. Manuel y en la de las chicas de Dña Jose se suspendían las clases todos los 1 de marzo.

Por la mañana se salía en pandilla a pedir el huevo por las casas de familiares, amigos y vecinos; por la tarde se iba a las eras a «correr la tortilla».

Siento nostalgia al recordar aquellos días gloriosos en los que habiendo dejado atrás ya la niñez organizábamos guateques en toda regla: con música, platos y vasos de plástico y, por supuesto, tortillas -de patatas, francesas, de queso, de chorizo…- que nuestras madres preparaban felices en su afán por colaborar.

A las 5 de la tarde, todos aparecíamos armados con nuestra fiambrera, en la que no podía faltar la tortilla de patatas, dispuestos a celebrar una alegre merendola.

En el baúl de mis recuerdos están todavía muy vivas las imágenes y recuerdos de aquellas grandes celebraciones.

Este año se ha vuelto a querer rememorar aquellos tiempos con una gran celebración en el Sindicato donde junto con las sabrosas tortillas se ha acabado de consumir los restos de la matanza que sobraron el día de San Antón. Como en todas las fiestas donde la comida y la bebida son gratis no ha faltado gente de todos los alrededores.