Cinco siniestros laborales de media al día en la provincia

J.Benito Iglesias

11 de agosto de 2023

En el primer semestre se registraron un total de 916 accidentes, sin víctimas mortales, y subió la cifra de los leves con baja y los producidos in itinere.

La siniestralidad laboral repuntó el primer semestre en la provincia con nueve accidentes más producidos en el puesto de trabajo respecto al mismo período de 2022, lo que  representa un incremento porcentual de un uno por ciento y la cifra total de enero a junio se situó en 916, lo que refleja una media de cinco diarios.

La subida en la accidentabilidad laboral se centró en el ámbito de los casos leves con baja, al registrase 16 más que en el primer semestre del pasado año hasta totalizar 913. Además, se produjeron tres accidentes  graves, tres menos, y ninguno con víctimas mortales frente a las cuatro que hubo en los seis primeros meses de 2022.

En el apartado de los siniestros  laboralesin itinere, los registrados en el desplazamiento o regreso al centro de trabajo, hubo tres más en el primer semestre para alcanzar la cifra total de 97.

Cinco siniestros laborales de medía al día en la provincia

En lo que se refiere a la Comunidad, en conjunto, durante el período de estudio se registraron 13.347 siniestros laborales, con un crecimiento del 1,21%, según el informe de siniestralidad laboral que elabora la Junta.

 Por provincias, los accidentes laborales aumentaron en Segovia (1.075 en total), un 9,8%; en Burgos (2.686), un 6,7%; en Salamanca (1.681), un 4,2% y en Palencia (916), un uno por ciento. En el extremo opuesto, se redujeron en Valladolid (2.932) un 4,56; en Zamora y Ávila, un 2,2%, con 837 y 606 siniestros, respectivamente; un 0,8% en Soria, con 691; y un ligero 0,2%en León, con 1.923 accidentes.

Igualmente, las enfermedades profesionales han disminuido en Segovia, mantienen la misma cifra en León, Soria y Zamora y aumentan en el resto de las provincias. Mientras, los accidentes in itinere con baja bajaron en Ávila y aumentaron en el resto de las provincias.

ACCIDENTES MORTALES. Por lo demás, Castilla y León sufrió un total de 18 accidentes laborales mortales en el primer semestre de 2023, lo que supone ocho menos que en el mismo período del ejercicio anterior, con una merma porcentual del 30,7%, una cifra que, a pesar de esta reducción, marca siempre un drama en la sociedad regional. Tres de ellos corresponden a siniestros de tráfico, nueve a lesiones no traumáticas, dos aplastamientos, y uno, en cada caso, por un corte, por atrapamiento, por el golpe de un objeto y por una caída de altura.

Asimismo, los siniestros que dejaron heridos graves sumaron 92, nueve por debajo del dato de 2022, un 8,9% menos; mientras que sí se incrementaron los accidentes con baja en el trabajo, de carácter leve, que ascendieron a 13.237, un 1,3 % por encima de los anotados el pasado año entre enero y mayo.

Los accidentes mortales se concentraron en los servicios. En concreto de registraron diez, junto a  los cinco fallecidos en la industria, dos en la construcción y uno en el primario. 

Por su parte, León fue la provincia más castigada, con seis muertes, tres más que en el mismo periodo de 2022. Le siguieron Valladolid y Burgos, con cuatro; Salamanca, con dos; y Ávila y Soria, con un fallecido.

Los accidentes graves también se produjeron sobre todo en el terciario, 42, seguido por la construcción, con 20; así como la industria y el agrario, con una quincena en cada caso.

por sectores productivos. En el global de la siniestralidad laboral, los accidentes aumentaron en la industria un 5,1%, con 172 más que el año pasado, hasta totalizar 3.503 sucesos; y en los servicios, un 0,74%, con 7.093 en total y 52 más que entre enero y junio de 2022. En el extremo opuesto, descendieron en la agricultura un 2,8 %, con 24 menos (828 en global); y en la construcción, un 2,04%, con 40 sucesos menos (1.923).

Los accidentes in itinere ascendieron a 1.375, con un aumento del 11,1%. Estos siniestros causaron en este primer semestre cinco víctimas morales, una más que hace un año; y provocaron 16 heridos de gravedad, los mismos que se produjeron en 2022.

Por su parte, las enfermedades profesionales declaradas con baja ascendieron entre enero y junio a 259, lo que representa un aumento del 2,37%. En concreto, se reconocieron 127 en la industria (ocho más que el año pasado); 112 en los servicios (cuatro menos); 18 en la construcción (siete por debajo) y dos en el agrario (cinco menos).

«La mayoría de accidentes son evitables, se producen en micropymes y la ley de prevención de riesgos debe cumplirse»

El secretario provincial de UGT, Gorka López, señaló que el repunte de la siniestralidad laboral siempre es preocupante y se suele centrar en las micropymes, en lasque, al contar con menos de seis trabajadores, no es obligatoria la figura del delegado de salud laboral. «La mayoría de los accidentes leves con baja se produce en pequeños centros de  trabajo y debe cumplir escrupulosamente la Ley de Prevención de Riesgos Laborales», expuso.

En su opinión, aunque se hayan dado menos accidentes graves y sin víctimas mortales, la dinámica de los leves es la misma del pasado año y siguen creciendo. «Ya el pasado año fue considerado malo y hubo una media de seis diarios. Es fundamental crear la figura del delegado territorial de prevención de riesgos, con lo que se ayudaría a bajar la siniestralidad, especialmente en pequeñas y medianas empresas», dijo.

Por otro lado, Gorka López señaló que deberían recuperarse las partidas económicas pactadas a través del Diálogo Social para las políticas de prevención. «Con ellas antes había técnicos con los que podían contar los sindicatos para asesorar no solo a afiliados y delegados, sino al conjunto de la ciudadanía para evitar accidentes en el trabajo. Lamentablemente se han tenido que suprimir y, con ello, estamos siendo incapaces de poder revertir la subida de siniestros laborales», arguyó.

A su vez, el incremento de la accidentabilidad tiene que ver con la mayor ocupación productiva después de la pandemia. «Cuantas más personas trabajen evidentemente hay más riesgos, pero si no se trata de cumplir las medidas de seguridad la situación tiende a empeorar como está ocurriendo. Es preciso que en las pequeñas y medianas empresas de la capital y provincia, donde se registra la mayor actividad y servicios, actúe la Inspección de Trabajo, que necesita más medios humanos y técnicos», indicó.

«A raíz de concluir la pandemia se dejó un poco de lado en las empresas la inversión en seguridad para evitar siniestros»

El responsable de salud laboral de CCOO, Juan Carlos González, destacó que un dato fiable de la estadística de siniestros laborales que elabora la Junta se saca del número de ellos con baja en base al volumen de trabajo existente. «Así, la incidencia ponderada anual por cada 1.000 trabajadores en julio de 2022 fue de un 30,4% y un año después de un 30,6%, lo que supone que siga casi igual, cuando el objetivo es que baje considerablemente», señaló el dirigente sindical.

«Y eso se produce sin tener en cuenta el volumen de horas trabajadas no computadas», agregó, al tiempo que consideró que el hecho de que haya menos accidentes graves ni víctimas mortales respecto al primer semestre de 2022 no es óbice para seguir ahondando en la prevención para tratar de aminorar la cifra.

«A raíz de concluir la pandemia se ha dejado un poco de lado lo que era la inversión en materia de prevención de riesgos laborales. Ha habido otras prioridades en las empresas, primando el que se mantuviera la actividad productiva al  margen de la tendencia de tratar de evitar accidentes», dijo.

Además, puso de manifiesto algo que le llama la atención, ya que en  muchos de los accidentes que se producen en el trabajo se trata de no computarlos como tales en la estadística y se derivan como una enfermedad común a los centros de salud. «Se da la circunstancia de que el jefe es testigo de que has sufrido un siniestro laboral  o no se hace el parte y la mutua te deriva directamente al sistema público de salud», concretó.

Precisó que no se trata de accidentes leves sino también de algunos que resultan graves y limitan la capacidad del trabajador para desempeñar su puesto. «Cada vez nos llegan al sindicatos más casos de siniestros laborales reales que se quedan en una enfermedad común. Hemos llegado a un extremo donde la presunción de veracidad de que has sufrido realmente de trabajo no existe  ya en las empresas», concluyó.

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