En el medievo Castromocho, como la mayoría de los pueblos castellanos, estuvo amurallado como medida de prevención contra los ataques de los pueblos invasores.
Las murallas de Castromocho estaban construidas de fuertes muros de tierra con baluartes y torreones espaciados, en la parte oriental, cada ocho metros.
El torreón principal y más grandioso, por ser la entrada principal al pueblo, fue el llamado de COLAÑA. Estaba localizado hacia la margen del río y se accedía a él a través del Puente Viejo. Tenía tres metros de espesor por diez de alto.
Se accedía al interior del recinto amurallado a través de cuatro entradas:
- La de COLAÑA: era la entrada principal y estaba situada -como hemos dicho- hacia el margen del río a la altura del Puente Viejo. En 1581 se cayeron las puertas de esta entrada y esto hace suponer que ya por entonces las murallas debían encontrarse en condiciones ruinosas.
- La de PORTILLO, al oriente, para dar salida a Baquerín.
- La del REOYO, al norte, y como salida hacia Fuentes de Nava.
- La del MERCADO, al occidente, enfrente del Puente Nuevo, y que se abrió cuando se ideó construir dicho puente con el fin de dar salida para Villarramiel.
El documento más fidedigno a favor de la existencia de unas murallas en Castromocho es la Escritura de Vasallaje por parte de los vecinos de este pueblo al Conde de Benavente el 28 de Diciembre de 1468. En este documento se dice que el Señor Conde mando salir a los vecinos de la villa, cerró el portón del Mercado con llave y luego abriéndolo les dejo entrar. Todo esto para demostrar que la villa era suya. Ahora bien, de no haber habido murallas ¿qué sentido tendría que hubiera un portón de entrada al pueblo y de cerrar la puerta?