Casi 10.000 estudiantes procedentes de todos los puntos de la región se concentran en Ribera Sur atraídos por la música y el botellón al aire libre.
El Parque Ribera Sur fue un año más el epicentro de la capital palentina por un día. La fiesta de la ITA se ha convertido en los últimos años en un ritual para la comunidad universitaria de toda la región. Cientos de desplazamientos desde toda Castilla y León –además de otros puntos de la geografía española- han situado una edición más a la ITA como una de las fiestas de referencia de toda la comunidad. Alrededor de 9.500 jóvenes han dado cita en la capital palentina para celebrar la festividad San Isidro, patrón de la Escuela de Ingenierías Agrarias. Una edición algo menos concurrida en cuanto al aforo, al reducirse de 12.000 a 10.000 en este 2024. El intenso calor durante todo el día fue el principal enemigo de todos los asistentes, con los espacios con sombra como los más concurridos y demandados. Así, la fiesta palentina pasó del negro de la anterior edición, deslucida por la recurrente lluvia, a un intenso blanco, provocado por un atosigante calor desde su comienzo.
La crema solar y sobre todo, los hielos, pasaron a ser los bienes más preciados del mundo. La barra de la organización ubicada en la zona comercial vendió más de 150 kilos de hielos para combatir al intenso calor. El personal dispuso de un camión frigorífico lleno de bolsas de hielos, que fueron pasando poco a poco rumbo a los vasos de los asistentes. Una localización que continúa creciendo cada año dentro del evento y que contó como principal novedad con un puesto de vapeadores o cigarrillos electrónicos.
El ambiente desde primera hora en esta edición fue algo menos poblado de lo esperado, con unas colas inferiores a las de pasadas ediciones. Los autobuses llegados desde otras provincias contaron con un punto diferente de destino, más alejados del acceso del recinto. Más de 50 autobuses fueron llegando con el paso de los minutos, dejando a decenas de jóvenes sobre las 11:30 horas. Un retraso en este aspecto respecto a otros años, en los que su hora de llegada rondaba sobre las 10:00 horas. Las puertas del recinto abrieron a las 11:15 horas y durante la mañana el 90% de los 9.500 asistentes cruzaron el punto de acceso para disfrutar de la fiesta de la ITA. A ellos se fueron sumando los más rezagados por trabajo o estudios.
Alrededor de las 15:00 horas continuaban llegando asistentes al parque Ribera Sur, aunque ya a cuentagotas. Llegó el turno de acompañar las bebidas con el tradicional bocadillo ya fuese sentados o de pie al ritmo de la música. En torno a las las 20:00 horas, llegó el momento de ponerle punto y final a todo un día de celebración. El DJ palentino Héctor Calderón repitió como maestro de ceremonias y advirtió desde el escenario con respecto al lanzamiento de botellas y objetos. Por suerte, estos altercados no se repitieron como sí ocurrió el año pasado y poco a poco fueron desfilando los jóvenes tras el cese de la música. Los autobuses partieron uno a unom con rumbo a sus respectivas provincias y muchos de los jóvenes continuaron la fiesta en la misma capital palentina.
La Policía Nacional veló por la seguridad de todos los asistentes durante las horas que duró el evento. Los agentes montaron un puesto de mando en la parte trasera del recinto, a modo de paso intermedio, para solventar cualquier altercado. La Policía Nacional estuvo muy atenta además al desarrollo de la fiesta con dos drones, para evitar peleas o el posible lanzamiento de objetos. Fue tercera edición consecutiva en la que se contó con esta tecnología. Junto al puesto de la Policía estaban situados el Punto Violeta, como ayuda a posibles víctimas de cualquier tipo de agresión sexista, y el habitual puesto de Cruz Roja. La organización contó con una ambulancia más para socorrer a cualquiera de los asistentes y con despliegue similar al de años anteriores.
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