La ministra Maroto pidió el ‘sí’ para el acuerdo, cuya aceptación habilita 80 millones para pagar a proveedores y 50 más para nóminas y tesorería.
Siro se asomó al abismo de la liquidación y, después incluso de que sonara la campana, una segunda oportunidad le abre la puerta a recuperar la estabilidad. Una mayoría de trabajadores se había opuesto a devaluar sus salarios y los de los futuros trabajadores, pese a la advertencia de la empresa de que el rechazo era sinónimo de cierre. Entonces los fondos de inversión que van a hacerse con el control de la empresa mejoraron sus condiciones por intercesión de la ministra de Industria y por fin, este sábado, la plantilla dijo ‘si’ y el gigante alimentario palentino con fábricas en Venta de Baños, Toro y Aguilar de Campoo ve despejarse los nubarrones.
El plan de competitividad obtuvo el apoyo de casi el 90% de los trabajadores de Cerealto Siro –767 de los 872 que votaron, con 93 noes y 11 en blanco–, una vez concluyeron las asambleas celebradas en Toro y Venta de Baños. La de Aguilar de Campoo fue solo informativa, ya que esa planta ya había aprobado el plan no mejorado.
Esa hoja de ruta contempla una inversión de 80 millones de euros para saldar la deuda bancaria; 50 millones para abonar las nóminas y a los proveedores y una inversión de 100 millones en un plazo de dos años para modernizar las plantas.
La ministra de Industria, Comercio y Turismo, que propició el acercamiento de posturas entre los fondos de inversión y los trabajadores, se involucró este sábado para conseguir el apoyo de las asambleas al preacuerdo suscrito por los comités. Reyes Maroto no se anduvo con paños calientes y minutos antes de participar en la asamblea de Cerealto Siro Foods en la planta C2VB, el centro especial de empleo de Venta de Baños, comentaba que iba a decirles a los trabajadores «que la empresa está en quiebra y, por lo tanto. no hay plan B».
«O conseguimos dar viabilidad a esta empresa y que los trabajadores sean parte de esta solución, o mañana estos trabajadores estarán en el Fogasa cobrando el paro», advertía. La ministra vallisoletana ‘hizo un tour’ por las plantas de la empresa en Palencia y Zamora en una jornada clave para el futuro de las fábricas en la que asumió la responsabilidad de explicarlo «bien» a los trabajadores.
Recordó la ministra que «el sí al plan de viabilidad de Siro garantiza el futuro no solo de las familias de sus 1.700 trabajadores, sino de un amplio abanico de empleos relacionados con la actividad de la galletera que se extienden por toda Castilla y León.
Congelación y recuperación
El preacuerdo votado este sábado contempla la recuperación del poder adquisitivo para hacer frente a cuatro años de congelación salarial, una política de bajas incentivadas y una mejora del plan industrial por valor de 100 millones de euros. «Nos va a permitir, no solo garantizar la viabilidad de la empresa, que es fundamental, sino invertir en las plantas que están en peligro», señaló Maroto.
Los trabajadores de Siro no han cobrado la nómina del mes de mayo y este plan inversor supone que habrá dinero en la tesorería para hacer frente a ese retraso y también a la de junio».
Los sindicatos y los comités de empresa mostraron su satisfacción por la resolución de las votaciones y expresaron su confianza en que el nuevo inversor ofrezca «un futuro tranquilo» para las fábricas. María José de la Iglesia, presidenta del comité de Toro, agradeció a Maroto, su «implicación» en la negociación de las condiciones con el nuevo inversor y su «transparencia», según declaró a Europa Press.
La representante de los trabajadores desvela un detalle subyacente durante el desarrollo de la crisis empresarial: los trabajadores votaron que no en anteriores ocasiones «por la desconfianza que transmitía Siro» y ha sido solo hace unos días cuando se han enterado de que Grupo Siro cerró el pasado año con 47 millones de euros de pérdidas, tal y como les transmitió la propia ministra Maroto.
Desde el comité de Venta de Baños, María Mar Rodríguez reconocía su alegría por el mayoritario respaldo de los trabajadores y admitía que tras la decisión de la empresa de cerrar la planta galletera de la localidad, «haber logrado un acuerdo que permitirá que la planta, aunque sea sujeta a unos compromisos, mantenga su actividad es un éxito».
Papel del Gobierno y de la Junta
Las instalaciones de VB1 se cerrarán en cuatro años en lugar de en dos y se deja abierta la puerta a la entrada de otro inversor que la reflote. Los cerca de 200 empleos afectados serán trasladados o despedidos, pero la producción se quedará en Castilla y León en contra del planteamiento inicial, que derivaba el 40% a Portugal.
El viernes, el inversor turco Afendis Capital, que conforma grupo con Davidson Kempner, confirmaba a Ical que su «última oferta revisada» supone una inversión financiera adicional de más de 12 millones de euros, «muy atractiva para todos los empleados de Cerealto Siro y que ofrece la oportunidad de un futuro industrial y laboral sostenible para la empresa».
UGT FICA celebró el desenlace de los acontecimientos y destacó que el acuerdo permite la viabilidad del empleo en Siro y, a la vez, asegura un futuro económico y de fijación de la población en los municipios de Castilla y León. La responsable agroalimentaria, Sandra Vega, puso en valor la decisiva aportación de la ministra de Industria para desatascar una negociación que se prolongaba desde hace siete meses.
Para el líder de CC OO en la comunidad, Vicente Andrés, «la Junta y la extrema derecha han vuelto a hacer el ridículo» al poner por delante de los intereses del empleo «su estrategia obsesiva» de acabar con el sindicalismo». Andrés acusa al gobierno autonómico de «haber destruido su capacidad de resolver estas crisis empresariales tras el ahogamiento de la Fundación Anclaje».
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