El Ayuntamiento aprueba la prórroga del contrato y acuerda que se borren las líneas de vías con un único carril por sentido. Una actuación que ha estado salpicada de polémica por las muchas quejas ciudadanas.
La empresa Construcciones y Obras Llorente (Collosa) dispondrá de tres semanas más, hasta el día 22, para terminar el despliegue del Plan de Movilidad Ciclista en la ciudad, una actuación en la que se van a invertir 634.548 euros (IVA incluido) financiados con fondos europeos de la Estrategia para el Desarrollo Urbano Sostenible Integrado (Edusi).
La constructora solicitó hace un par de semanas una ampliación del plazo de ejecución, que era de tres meses y echó a andar el pasado 2 de junio con el objetivo de desarrollar las obras durante el verano, dado que al afectar a casi un centenar de calles iba a alterar el tráfico rodado. El argumento esgrimido por Collosa y que ha aceptado el Ayuntamiento para ampliar hasta el 22 de septiembre es que el ritmo de ejecución de las obras se ha ralentizado por «el retraso en el suministro de materiales debido a la escasa falta de stock en almacenes» y por la «escasa mano de obra» en el sector, lo cual ha impedido el suministro y la entrega de la totalidad de la señalización vertical y de los 120 aparcabicletas de acero inoxidable a instalar en la ciudad.
Señalización vial. La parte principal de esta actuación ha consistido en señalizar 61 kilómetros de carriles-bici y reponer 16.750 metros cuadrados de pavimentos actuales, por lo que las actuaciones se han extendido a 94 calles o espacios públicos de la capital para que la red de carriles-bici de la ciudad quede unificada y consolidada.
Una actuación que ha estado salpicada de polémica por las muchas quejas ciudadanas por cómo se han pintado en la calzada los carriles para ciclistas y vehículos de movilidad personal. De hecho, a mediados de agosto el concejal de Obras, Álvaro Bilbao, dio orden de paralizar la señalización con pintura blanca de esos nuevos carriles bici criticando las «muchas sombras» que tiene esta actuación diseñada y aprobada por la anterior Corporación.
El acuerdo al que se ha llegado con la empresa es que en las calles de un único carril para cada sentido de la circulación y en las calles estrechas del centro con un carril y un solo sentido se borrarán las líneas y se dejará solo el pictograma.
Álvaro Bilbao confirmó ayer a este periódico que no será posible pintar de rojo la líneas de carril-bici en la calzada como aconsejaban los servicios técnicos municipales porque en el pliego consta que deben ir en blanco y cambiarlo supondría una alteración sustancial del contrato.
No obstante, la mejora de las pavimentaciones, el repintado y la nueva señalización horizontal ha sido la primera de las tres partes en las que consiste esta actuación. La segunda ha sido la instalación de una nueva señalización vertical para «definir los recorridos y favorecer la seguridad de los ciclistas frente a los vehículos de motor».
Y la tercera y última parte de este proyecto del Plan de Movilidad Ciclista, que es la que acumula mayor retraso, consiste en la instalación de 120 aparcabicicletas en las proximidades de los centros de estudio y sociales, bibliotecas y zonas de ocio, entre otros.
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