Medio centenar de arquitectos y aficionados al patrimonio y la etnografía visitan el conjunto de bodegas y casas cueva de Dueñas y conocen algunas de las intervenciones que se están realizando para proteger el patrimonio subterráneo
La quinta reunión Terra Ibérica concitó ayer el interés de medio centenar de arquitectos, especialistas en construcción con tierra y aficionados al patrimonio, la etnografía y el arte en una ruta guiada por diversos municipios del Cerrato palentino. Este actividad cerraba el programa de actividades de la quinta edición del certamen, que ha vuelto a convertir Palencia en un foro de encuentro en torno a los retos que enfrenta la conservación del patrimonio tradicional y las posibilidades que ofrece la tierra en la búsqueda de una arquitectura contemporánea más sostenible y próxima al territorio.
Durante su visita, los profesionales inscritos en las jornadas pudieron conocer algunos ejemplos de la arquitectura vernácula de Dueñas. Lo hicieron de la mano de Valentín Rincón Blas, presidente de la Asociación de Bodegas y Cuevas de Dueñas (ABCD), quién les detalló los trabajos de restauración y preservación que están llevando a cabo en el patrimonio subterráneo del municipio para conseguir que el conjunto que forman las 188 bodegas y 94 casas cueva documentadas la localidad sean declaradas Bien de Interés Cultural.
Los asistentes también tuvieron la oportunidad de ver algunos de los palomares emplazados en el área sur de la provincia. Miembros del equipo Palomares de Palencia explicaron a los participantes el proceso de documentación y caracterización que vienen realizando desde hace meses en el marco del convenio suscrito entre la delegación en Palencia del Colegio de Arquitectos de León y la Diputación. La ruta concluyó en Castrillo de Onielo, donde los inscritos pudieron recorrer el casco de la localidad y ver un antiguo molino de agua.
Para Pilar Díez, coordinadora del meeting, «el encuentro ha sido un éxito de convocatoria y demuestra que la arquitectura en tierra va ganando un mayor número de adeptos. Las ponencias han sido inspiradoras. Los ponentes invitado han compartido experiencias que demuestran que la bioconstrucción tiene un gran potencial de futuro, y no solo en lo relativo a la recuperación de muchas antiguas viviendas de nuestro medio rural, sino en el diseño de nuevas edificaciones más sostenibles y respetuosas con los objetivos de desarrollo sostenible. Pero aún hay un amplio camino por recorrer en el ámbito de la formación y la divulgación».
Por su parte, Marco Sideri y Walter Secci, presidente y secretario de la organización italiana Città della terra cruda, han subrayado «la sorprendente arquitectura de estos pequeños pueblos del Cerrato y las semejantes características y técnicas constructivas que comparten con algunos municipios de Cerdeña». Asimismo, han destacado la similitud de los problemas que afectan tanto al patrimonio en tierra del medio rural castellano y leonés como al que atesoran algunas regiones italianas: «padecemos los problemas y consecuencias de una normativa que no tiene en cuenta las singularidades de esta arquitectura tan sensible, vivimos en territorios despoblados, donde no existe una cultura que defienda esa identidad patrimonial y el valor de esos materiales con los fueron levantadas muchas viviendas hace siglos». En ese sentido, han apostado por impulsar «iniciativas comunes, junto a asociaciones españolas como el Colegio de Arquitectos de León, en el ámbito de la investigación y la divulgación, buscando fórmulas para que se habiliten fondos europeos que estimulen e incentiven a los propietarios a recuperar y poner en valor esta arquitectura».
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