La festividad del patrono protector de los animales se celebró en la capital palentina, en San Miguel, con un masivo respaldo popular • Los perros fueron los grandes protagonistas.
Un 17 de enero más tuvieron lugar en la Iglesia de San Miguel de la capital palentina, organizados por la Cofradía de San Antonio Abad, los tradicionales actos ligados a la festividad de San Antón, patrono protector de los animales. A mediodía se celebró la misa patronal, con asistencia de los cofrades y devotos. Tras la eucaristía, se procedió, en el pórtico del templo, a la tradicional bendición de animales.
Nuevamente, hubo una mayoritaria presencia de perros, aparte de la gran respuesta popular a una convocatoria que con el transcurso de los años se ha ido transformando, no tanto en su doctrina como en su imaginería. Al tiempo que en un templo prácticamente abarrotado, al que no se permitió la entrada de animales, se celebraba la eucaristía, en el pórtico se concentraban ciudadanos, con y sin mascotas, que permitían aventurar que este año la festividad de San Antón iba a ser diferente. Y es que los curiosos en la búsqueda y captura de los especímenes más curiosos no tardaron en verse defraudados. Miraran en la dirección que miraran sus ojos sólo se topaban con muchos perros de distintas razas.
Los protagonistas de la jornada fueron sin duda las mascotas caninas, que estuvieron acompañadas en este día por otras especies como cuatro caballos, loros, pájaros, gatos, un hámster o una boa, el animal más curiosos que acudió a la cita. Todos ellos, a partir de ayer, ya pueden disfrutar de un año de vida más. La Cofradía de San Antonio Abad (popularmente de San Antón) es la encargada de organizar todos los actos en torno a esta fiesta y también, como reza la tradición, es la que se ocupa de repartir panecillos para los animales entre sus propietarios.
Los actos programados por la Cofradía de San Antonio Abad comenzaron a las 12 horas, en la que se celebró la misa. Una hora después comenzó a celebrarse la tradicional bendición de los animales, que se daban cita a las puertas de la iglesia de San Miguel desde primera hora. Durante este acto los miembros de la cofradía repartieron panecillos entre los asistentes al acto. Para finalizar se invitó a todos, en los locales de la Cofradía, a tomar un vino español para celebrar una fiesta que poco a poco va recuperando toda su esplendor, de ahí la afluencia de mucha gente alo tras año.
CASTROMOCHO. Uno, dos y tres…y al galope. Así en varias ocasiones. La cuesta junto a la iglesia de Castromocho recuperó en la mañana de ayer una aneja estampa que los más viejos del lugar recordaban nítidamente.
En apenas unos minutos esta localidad terracampina ofreció una amalgama de imágenes que inexorablemente hacían retroceder en el tiempo a los allí presentes.
La cofradía de su mismo nombre, que durante muchos siglos honró con gran pompa y solemnidad a su santo patrono todos los 17 de enero, hubiera estado orgullosa ayer de que su legado siga vivo gracias al interés demostrado por el Consistorio, los vecinos e hijos del pueblo que no dudan en tratar de mantener viva una ilusión, la de ver subir a los caballos a todo galope por la cuesta de la iglesia en esa fecha.
Tiempo atrás,San Antón fue una fiesta muy popular y entrañable para todos los vecinos. Varios elementos convertían la cita en especial, aunque lo principal era su originalidad. Una originalidad marcada por los ingeniosos refranes que se recitan.
El gran momento del día fue la subida de la cuesta. En su día, los Quintos del año corrían por la mañana a caballo la cuesta del lado sur de la iglesia de Santa María popularmente conocida por todos los vecinos de Castromocho como la cuesta de San Antón. Ahora no son ellos, y sí algún vecino que no duda en montar a lomos de su caballo para demostrar su destreza.
Al igual que Castromocho, la localidad de Astudillo también quiso honrar al patrono de los animales con la celebración de la tradicional bendición a la que acudió un buen número de vecinos.
Diario Palentino Digital, 18 enero 2009.
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