Las cofradías de Palencia reclaman que las obras de la Casa Consistorial no perjudiquen la Semana Santa
Las vallas instaladas alrededor del Ayuntamiento impiden el desarrollo de numerosas procesiones.
Se cumple este año el décimo aniversario de la declaración de la Semana Santa de Palencia como fiesta de interés turístico internacional y puede que sea precisamente el que peor imagen ofrezca a los visitantes. Nada tiene que ver esta circunstancia con la pandemia de la covid, que ha impedido durante los dos últimos años el desarrollo normal de la Pasión palentina, suprimiéndose por completo la celebración de las procesiones.
Hace dos años, el confinamiento domiciliario limitó las actividades a la retransmisión por Internet y redes sociales de unos pocos actos organizados por la cofradías, y el año pasado las celebraciones prácticamente se redujeron a dos actos celebrados en la plaza de San Francisco, con los accesos vallados y el aforo restringido y que se desarrollaron las jornadas del Viernes y el Sábado Santo.
Pero el próximo mes de abril el reto al que se enfrentan las cofradías palentinas es ajeno por completo a las circunstancias sanitarias provocadas por la covid. En esta ocasión, los problemas derivan de las obras de restauración de la Casa Consistorial, que han comenzado hace tan solo unas pocas semanas y que conllevan la instalación de un andamio en la fachada trasera que permite llegar hasta la cubierta y de un enorme vallado, recubierto de tela verde, que rodea prácticamente todo el perímetro del principal edificio del Ayuntamiento, en el que se va a reformar todo el tejado, además de mejorarse todos las entradas, de tal forma que queden eliminadas de forma definitiva las barreras arquitectónicas y no haya problemas de accesibilidad.
Tal y como se encuentran colocadas en estos momentos las vallas, los cofrades tendrían que buscar itinerarios alternativos en diferentes procesiones, como la de las Cinco Llagas del Lunes Santo; la de la Quinta Angustia, en la madrugada del Jueves Santo, o el desfile de la Soledad, del Sábado Santo, entre otras, puesto que la plaza de San Francisco es origen, despedido o punto de paso de un notable número de cortejos procesionales.
De hecho, las vallas y las dos grandes casetas de obra que se encuentran instaladas en la plaza de San Francisco podrían llegar a impedir por completo la salida de algunas de las imágenes más importantes de la Semana Santa, dado que en estos momentos están casi bloqueadas las dos entradas a esta plaza. Esto supone que tanto la talla de Jesús Crucificado (Alejo de Vahía, en torno a 1500) como la carroza de la Virgen de la Soledad (anónima del siglo XVII) no podrían sumarse a las procesiones, puesto que la salida de ambas capillas se encuentra en la plaza de San Francisco.
Ante esta situación, representantes de la Hermandad de Cofradías mantuvieron ayer una reunión con el alcalde de Palencia, Mario Simón, y el concejal de Obras, Facundo Pelayo, para solicitar al Ayuntamiento que retire las vallas colocadas en torno a la Casa Consistorial durante la celebración de la Semana Santa , con el fin de que no su imagen no se vea perjudicada.
Los cofrades entienden que Palencia no puede permitirse deteriorar la imagen de una de las celebraciones de mayor arraigo en la ciudad, que a la vez es la que mayor número de visitantes atrae a lo largo de todo el año.
Las cofradías señalan que tiene sentido que el Ayuntamiento se esfuerce en divulgar la Semana Santa en ferias turísticas tan importantes como Fitur e Intur o que firme un convenio de promoción y apoyo, como el que se cerró en la última Comisión Informativa de Cultura, si después se niega a retirar un vallado que va a perjudicar el desarrollo de las procesiones y va a afear la imagen de una de las zonas de mayor confluencia turística de la capital palentina, como son los entornos del propio Ayuntamiento.
Asimismo, durante la reunión las cofradías plantearon también la conveniencia de que sean retirados, como ha venido haciéndose hasta ahora, los toldos y paravientos de las terrazas de hostelería ubicadas en la Plaza Mayor y la plazuela de la Sal, dado que también interfieren en los recorridos de algunas de las procesiones.
El equipo de gobierno no quiso en la reunión de ayer asumir ningún compromiso y se limitó a manifestar que se estudiará la petición. «En estos días vamos a estudiar qué podemos hacer, porque no tiene una solución fácil. Retirar las vallas es más sencillo, pero hay que ver qué pasa con las casetas de obras. Lo vamos a estudiar y la próxima semana tendremos que dar una solución a las demandas de las cofradías», explicó ayer el concejal de Obras, Facundo Pelayo, quien sí dejó claro que la parte que con toda seguridad no será retirada será la del andamio que se ubica en la fachada posterior del Ayuntamiento.
«Desmontar el andamio es muy complicado y tiene un coste elevado, pero lo bueno es que está en una zona que puede afectar visualmente, pero no supone impedimento para el desarrollo de las procesiones», manifestó Pelayo.
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