Raúl González y Paula Alonso reinan en la Travesía a nado del Carrión

Esther Bengoechea

3 de septiembre de 2022

La decimoquinta edición de la prueba de San Antolín contó con más de cien nadadores que desafiaron las frías aguas del río palentino.La prueba, que reunió a mucho público en el Puentecillas, contó por primera vez con nadadores con discapacidad.

La estampa es ya un clásico de las fiestas de San Antolín, con razón se disputó este sábado la decimoquinta edición. Los gorros de colores de los nadadores destacaban en las aguas del río Carrión, mientras decenas de personas animaban desde el Puentecillas, la mejor grada posible, y se escuchaba desde lejos cómo se narraba la prueba. Este sábado se celebró la Travesía a nado por el río Carrión, con más de 100 participantes –había 111 inscritos– y un ambiente digno de los sanantolines de siempre.

La popular cita deportiva, organizada por el club Oca SOS y el Patronato Municipal del Ayuntamiento de Palencia, que marca los últimos días de las fiestas contaba ayer con tres distancias distintas: 100 metros para los menores de 10 años; 500 metros para los menores de 18 años y 1.100 metros para el resto de categorías. «Recordad que la meta es por la rampa», advertía, a voz en grito y con silbato en mano, Eliseo Martínez, presidente del Oca SOS. Y añadía, antes de dar la salida: «Juego limpio. Hay personas con discapacidad, gente que quiere ir tranquila… Que no se convierta esto en otra cosa». Minutos antes de que comenzara la prueba, los nadadores entraban en el agua, con sus bañadores, sus gorros y sus gafas de natación, para aclimatarse a los 19 grados del río Carrión. También, instantes antes de comenzar la prueba, los propios nadadores desde el agua comenzaban a entonar una canción muy conocida entre los palentinos. Risas, aplausos y varios del público que se unieron a corear «Por el río Carrión, pasaba un submarino…».

El vallisoletano Raúl González salía el primero de las aguas del Carrión y volvía a proclamarse vencedor de una prueba a la que le tiene cogida la medida. Nadaba desde el Puentecillas hasta el Puente Mayor, vuelta al Puentecillas hasta el embarcadero y retornar a la salida en 15:24 y lograba el aplauso más caluroso del público, distribuido entre el puente de origen romano y la orilla del río, donde esperaban familiares, amigos, personal de Cruz Roja y de la organización. En segunda posición salió del Carrión Esaú González, hermano del ganador, con un tiempo de 16:11, y Raúl Merino en tercera posición, con una marca de 16:43.

Agua fría

«He notado que había algo menos de corriente, pero también que estaba el agua un poco más fría que otras veces. Se notaba al entrar, pero luego se entraba pronto en calor», afirmaba Raúl González. «Siempre que puedo, me acerco a disputar esta prueba, es el final de temporada y es la última que se nada», agregaba, nada más salir del Carrión.

La vallisoletana Paula Alonso fue la ganadora de la decimoquinta edición de la Travesía a nado en categoría femenina, llegando a la rampa de meta en quinta posición de la general con un tiempo de 17:14. «Había venido una vez hace tres o cuatro años y tenía ganas de repetir», admitía Paula Alonso, quien también señalaba que el agua estaba «un poco fresca al principio y costaba entrar». A pesar de que dejó los entrenamientos de natación hacer cuatro años, sigue manteniendo la forma. «No venía con ninguna expectativa, en verano sí que nado en alguna travesía y decidí apuntarme», agregaba, contenta por su podio.

Raúl González, a la derecha, junto a los dos nadadores que completan el podio tras nadar los 1.100 metros.

La nadadora paralímpica palentina Ester Rodríguez se acercó ayer a ver la prueba, aunque en esta ocasión sin bañador ni gorro. «Creo que solo he faltado a dos ediciones, la de este año y la del año de la pandemia», reconocía. «He dejado de nadar en marzo por temas laborales, volveré a mi ritmo poco a poco», aseguraba, después de ver el ambiente, la competición y sentir ese gusanillo que lleva sintiendo tantos años.

La prueba más multitudinaria fue la de categoría adulta, la que superaba el kilómetro de recorrido a nado y tuvo casi 80 participantes. A las cinco comenzaron los más pequeños a meterse como valientes en el río, seguidos de los jóvenes de hasta 18 años, participando una treintena de deportistas entre ambas categorías.

Como novedad de esta decimoquinta edición, se ha introducido una categoría para personas con discapacidad «para que participen en la prueba igual que el resto», resaltaba Eliseo Martínez. «El principal problema es la accesibilidad», añadía, señalando la goma que hacía de rampa para llegar al agua y la cuesta para llegar a la zona de salida.

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