Puente Agudín celebra medio siglo de enaltecimiento de la Montaña Palentina

El Norte de Castilla

17 de julio de 2022

El Centro de Iniciativas Turísticas reparte en la fiesta, que cumplía sus bodas de oro, 26 ollas del guiso del pastor entre los asistentes a la campa

La fiesta de Puente Agudín vivió ha vivido este domingo una doble celebración: por un lado el día de Fuentes Carrionas y la Montaña Palentina, y por otro, las bodas de oro de esta cita que arrancó el 25 de julio de 1972 con la reunión de 22 vecinos de los pueblos del municipio. Una celebración que, según el presidente del CIT, Pedro Vargas, «se ha presentado bien, con mucho más público del que pensábamos, pero con impedimentos por parte de la Junta de Castilla y León, que ha prohibido la realización de la hoguera para el guiso de la caldereta».

Un total de 26 ollas para cocer 480 kilos de carne (diez más que el año pasado) junto al agua, ajo, laurel, pimienta, guindilla, sal, aceite, vino blanco y laurel que el cocinero mayor, Ángel Martínez, elaboró desde primera hora de la mañana con la leña de roble, «que le da otro sabor», según explicaba. «La Junta nos ha obligado a hacerlo aquí por el riesgo de incendios, cuando todos los años lo hacemos arriba y nunca ha pasado nada. Tenemos un camión contra incendios y nos mandan hasta aquí», comentaba Martínez en la plaza de Cardaño de Abajo, donde se elaboró el guiso para ser posteriormente trasladado hasta la campa en un camión municipal.

Llegado el momento del pregón, este corrió a cargo de una de las fundadoras, Matutina Piélagos. «Me hace mucha ilusión, porque era la única mujer y me tenían en palmitas. A pesar de estar mala, me he venido hasta aquí, porque estaré a tope con la Montaña hasta que me muera. Muchos años no me quedarán, pero los que me queden, los aprovecharé», aseguraba.

«22 personas hicieron falta para fundar este CIT. Quedan con vida cinco y tres de ellas no pueden estar por motivos de salud», apuntaba Pedro Vargas. «De aquellos todos eran hombres aunque había alguna mujer fundadora, solo que, en aquellos tiempos, poner una mujer en el acta era pecado mortal. Esa mujer era Matutina Piélagos», apostillaba.

«Hace 50 años, un grupo de locos maravillosos de Alba de los Cardaños, los dos Cardaños, Camporredondo, Otero y Velilla fueron capaces de fundar un CIT para que esta fiesta pudiera celebrarse», señalaba Matutina. «Celebraron una reunión formal para llevar a cabo los trámites necesarios para una asociación que ordenase los alrededores de la montaña. Se hizo con mucha ilusión, muchas ganas de trabajar y de dar a conocer este paisaje», recordaba.

«Todos los sábados venían a trabajar. Veníamos Paula Payo, Isabel Heras y yo a hacerles la comida, que calentábamos en unas piedras con una hoguera. El primer año hicimos 42 tortillas», proseguía. «El primer año se repartieron sopas de picatuesta y tortilla. Repartimos la comida en los autobuses porque llovía y granizaba», rememoraba.

«Estos señores merecen un aplauso tremendo, para que sigamos su ejemplo, porque todos tenemos amigos y familiares que lo han hecho desinteresadamente», pidió a los asistentes Matutina Piélagos, que demandó que «allá donde vayamos, llevemos con orgullo que somos de la Montaña, donde las mujeres somos sabias y hacendosas y nadie las puede rebajar».

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