A pesar de las cancelaciones de última hora que resultan imposibles de vender, los hoteleros cifran la ocupación en el 90%, más baja en las mesas de los restaurantes, sobre todo en las cenas.
«Podría haber sido una Semana Santa redonda», asegura el director del hotel Castilla Vieja, Eduardo Relea. Al menos así pintaba la cosa un par de semanas antes, cuando casi todos los hoteles de Palencia habían colgado el cartel de completo en los días centrales de la Semana Santa, de jueves a sábado. Sin embargo, las inclemencias meteorológicas, la lluvia y el viento que han marcado todos y cada uno de los días de la Semana Santa, han lastrado las expectativas de hoteleros y hosteleros. «Ha hecho malo todos los días, no recuerdo una Semana Santa tan mala como esta», asegura Relea.
Esto ha hecho que se hayan producido cancelaciones de última hora que después son muy difíciles de vender, porque las vacaciones de Semana Santa se planifican con más margen y no se suelen improvisar destinos de último momento, aun menos cuando la meteorología es adversa.
Aun así, los hoteles han registrado una ocupación del 90%. «Ha sido una buena Semana Santa pero podría haber sido redonda, incluso de récord», insiste Relea. Podría haber sido mejor incluso que la de 2023, en la que se disfrutó de un tiempo estupendo pero los primeros días fueron más flojos. Sin embargo, este año se ha notado más tirón a lo largo de toda la semana. Además, este año se contaba con el empuje de Televisión Española, que emitía varias procesiones y actos, pero es indudable que el mal tiempo ha lastrado la proyección y la repercusión turística que se esperaba.
Igualmente los hosteleros han tenido que conformarse con una Semana Santa más floja que la de 2023. «El tiempo no ha ayudado nada», asegura Jaime Antolín, de la asociación de Hostelería de la CEOE. Se ha notado que había ganas de salir a la calle, pero la lluvia y el frío ha podido con el entusiasmo de muchos palentinos y visitantes. Porque, como señala Jaime Antolín, «el frío y el agua en Semana Santa es lo peor que hay para la hostelería». Y además ha hecho malo todos los días, por eso, como incide el presidente de la CEOE, «mucha gente se ha echado para atrás a la hora de venir a Palencia». Tampoco el tiempo animaba mucho a sentarse en una terraza y aunque los bares han estado a rebosar en las horas punta, porque la gente ha entrado en los interiores, es evidente que la hostelería ha trabajado peor que otros años a causa del mal tiempo.
Alberto del Burgo, presidente de la otra asociación hostelera, Hostelería Palencia, cuantifica la ocupación de comensales en el 72% de lunes a jueves, un índice que subió hasta el 86% en Viernes Santo, bajó un poquito, al 78% el sábado, y cerró el domingo con el 52%, con una cifra de cancelaciones de última hora del 15%, y con una proporción de cenas mucho más floja que de comidas.
La noche tampoco ha sido ajena al mal tiempo, aunque, como señala el hostelero Guillermo Flores, esto de la hostelería «va por barrios y tipos de bares» y en general se ha trabajado muy bien durante el día, desde el fin de semana anterior, pero la noche ha estado muy floja. «La gente sale a comer, a cenar, a picotear, incluso a desayunar con familia y amigos», asegura este hostelero. Pero la noche es otra cosa, las calles se han visto un poco desangeladas porque la lluvia y el frío no invitaban ni a salir ni a quedarse. Y aunque es cierto que estos días llega a Palencia mucha gente que vive fuera, porque es una semana de encuentro, muchos han optado por salir a las procesiones y después de picar algo irse para casa. Incluidos los turistas, que también los ha habido, pero estos tampoco suelen trasnochar mucho, explica Flores. Por eso, en general se puede decir que a los bares que tocan la noche les ha ido peor que al resto estos días de Semana Santa.
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