Miles de jóvenes inauguran el verano con las celebraciones del barrio de San Juanillo con bailes y carreras alrededor de la hoguera.
Fuego y música. Los palentinos enterraron simbólicamente los sufrimientos provocados por la pandemia entre las cenizas de la hoguera de San Juan, que dos años después volvió a elevar sus llamas al cielo en el aparcamiento ubicado junto a la Plaza de Toros.
Miles de personas se acercaron durante la madrugada al popular barrio de San Juanillo para disfrutar, primero de la hoguera y posteriormente de una verbena en la plaza de Los Abetos, repleta de jóvenes que querían inaugurar la temporada de verano, aunque la temperatura fuera más baja de lo habitual para estas fechas del año.
Una gran pira de madera se levantaba durante toda la jornada del jueves en el aparcamiento del coso taurino, que, a medianoche, comenzó a ser pasto de unas llamas que iniciaron los propios bomberos de Palencia. Los vecinos de San Juanillo colocaron además un pelele, con forma de sardina, como la que cierra los Carnavales, para quemar simbólicamente todo lo malo que ha sufrido Palencia durante los dos últimos años.
Los jóvenes corrieron alrededor de las llamas, las fotografías se multiplicaron por miles y los saltos sobre las brasas sirvieron para que los palentinos se reconciliasen con la festividad de San Juan, patrón de la ciudad, cuyas reliquias se conservan en el despacho de la Alcaldía y que pudieron ser veneradas unas horas antes en la Plaza Mayor durante el reparto del tomillo.
0 comentarios