632 estudiantes de segundo de Bachillerato afrontan hoy la segunda jornada de las pruebas en la Escuela de Idiomas y La Yutera. «Estaba muy nerviosa, hemos estudiado mucho estas semanas y todo el curso», dice Marina Herrezuelo. «La frase de sintaxis era muy sencilla, me gusta más la Lengua que la Literatura» comenta Lucía Sáez
Mochilas, apuntes, carpetas y cuadernos. Y nervios, muchos nervios. ‘Como pregunten algo del levantamiento del 2 de mayo, muero’, decía una alumna de segundo de Bachillerato a su amiga, quien cruzaba los dedos para que no cayera nada de la dictadura de Primo de Rivera. Aprovechaban los últimos minutos para repasar, para buscar esa fecha que se les había olvidado de repente o ese nombre que eran incapaces de recordar. Y llegó el momento de entrar, de cerrar los cuadernos y guardar los folios subrayados con varios fluorescentes. El pasillo se llenó de ajetreo, de estudiantes que buscaban el aula que les correspondía (por orden alfabético) y se sentaban a esperar las siguientes preguntas, el próximo examen.
Este miércoles comenzó la EBAU, la penúltima que se va a realizar en el actual formato, y congregó a 10.797 alumnos de Castilla y León, de los que 632 son de Palencia. Dos sedes se acondicionaron para albergar las pruebas que duran tres días, desde el miércoles hasta el viernes, la Escuela Oficial de Idiomas y La Yutera. El pistoletazo de salida comenzó con una asignatura común, Lengua y Literatura. «Lo que más me ha gustado es la frase de sintaxis, era muy sencilla. Y, además, me gusta más la Lengua que la Literatura», reconocía Lucía Sáez, de Maristas, que quiere estudiar Enfermería (en Palencia si le da la nota) tras la primera prueba de la EBAU. Para esta estudiante, el peor examen de todos era al que se iba a enfrentar justo después (que al final le salió bien), el de Historia de España «porque es el más pesado y con más materia de todos».
Todo el curso
Por su parte, Juan Fernández, alumno del IES Condes de Saldaña, reconocía no haber estado nervioso ni alterado por las pruebas de acceso a la universidad a las que se enfrentaba desde reste miércoles. Destellaba tranquilidad, sin apuntes ni libros abiertos a su alrededor, esperando la siguiente cita. «He dormido perfectamente y venía muy seguro, la verdad. He estado una semana estudiando y llevamos todo el curso preparándonos», reconocía con calma.
«Siempre está tranquilo», afirmaba un amigo, sentado a su lado dentro del recinto de la Escuela Oficial de Idiomas. «Ha sido muy fácil el de Lengua y Literatura, sobre todo la parte de sintaxis. Ya veremos ahora el de Historia», añadía Juan Fernández, que quiere cursar el grado de Estudios Clásicos en Valladolid.
Veintidós aulas estaban habilitadas para las pruebas de acceso a la universidad en la Escuela de Idiomas, veintiuna para estudiantes y una para los alumnos que asistiesen a la EBAU contagiados por la covid-19. Más allá de habilitar un espacio para los positivos, las medidas de seguridad contra la pandemia durante los exámenes se limitaron a recomendar el uso de la mascarilla en las aulas –algunos alumnos sí que la portaron– y a ventilar las clases, de no más de 16 personas durante los exámenes. Los vigilantes se redujeron a uno por clase, al ser más pequeñas, mientras que dos vigilantes volantes paseaban por la planta sin cesar durante la hora y media que duró cada prueba.
No cayó Primo de Rivera, ni el levantamiento del 2 de mayo en el examen de Historia de España de este miércoles por la mañana. Cinco bloques distribuyeron el examen, desde la monarquía visigoda hasta las alternativas políticas tras la muerte de Franco. Ya en la jornada de la tarde fue el turno de Lengua Extranjera II y, concluida esa prueba, a descansar para afrontar este jueves el segundo día de las pruebas de acceso a la universidad. Los alumnos podrán conocer sus calificaciones el próximo 17 de junio, a partir de las 10 horas.
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