El periodista y escritor visitará este miércoles el Casino de Palencia para hablar de su última novela histórica, ‘La Española’. Lo hará a partir de las 20,15 horas y estará acompañado por Carlos Martín Santoyo.
El periodista y escritor Antonio Pérez Henares (Bujalaro, Guadalajara, 1953) visitará este miércoles el Casino de Palencia para hablar de su última novela histórica, La Española (editorial HarperCollins, 2023). Lo hará a partir de las 20,15 horas y estará acompañado por el presidente del consejo editorial de Promecal en Palencia, Carlos Martín Santoyo, que presentará al prolífico literato, autor de títulos como La Tierra de Álvar Fáñez, El rey pequeño, Tierra vieja, La canción del bisonte y Cabeza de Vaca.
El castellanomanchego comenzó su andadura profesional en el desaparecido periódico Pueblo. Posteriormente pasó por diferentes redacciones, entre ellas las de Cadena Ser y La Razón. Además, fue director de publicaciones de Grupo Promecal y tertuliano en televisión.Actualmente es columnista en diversos medios de comunicación, entre ellos, el decano de la prensa provincial palentina. La entrada al acto será libre hasta completar el aforo, si bien las personas que no sean socias deberán recoger la invitación en el Casino.
¿Qué razones le llevaron a escribir La Española?
Era una vieja idea que tenía desde hace muchos años, desde mis expediciones con Miguel de la Quadra Salcedo de la Ruta Quetzal por América. Además, considero que el descubrimiento del nuevo continente fue el momento que más ha influido en la historia de la humanidad y me parece inaudito el desprecio con el que se le trata.
¿Siente predilección por este período de la historia de España?
Llegué a entender que no se es hispano del todo hasta que se ama, se quiere y se entiende Hispanoamérica como algo propio. Me lo inculcó De laQuadra y lo he seguido manteniendo. Y creo que eso está en el espíritu de La Española y de Cabeza de Vaca. Por otro lado, soy un apasionado de Hispanoamérica, pero también de la Edad Media y de la Prehistoria. Mis novelas casi son recurrentes en estas tres épocas.
¿De qué fuentes bebe esta novela?
En esto tenemos una ventaja. Los españoles, como buenos romanos que somos, lo que hicimos en América fue replicar a España de la misma manera que Roma hizo aquí. Y lo apuntamos todo, porque somos unos burócratas. Están anotados hasta los nombres de las personas que iban en los barcos. Además, la gente que partió a tierras americanas escribió mucho. Ahí están las hazañas, pero también las tragedias y las atrocidades. Está todo escrito para quien lo quiera encontrar.
Desde las primeras páginas deja claro que La Española es una novela coral en la que aparecen numerosísimos hombres que cruzaron el Atlántico. Algunos muy conocidos, como Cristóbal Colón o los hermanos Pinzón, y otros que se han olvidado con el paso del tiempo
Me impactaba que, aparte de Colón, los Pinzón y los Niño, haya una serie de gente, como Juan de la Cosa, Alonso de Ojeda, Juan Ponce de León oVasco Núñez de Balboa, que estuvieron a la vez en la actual Santo Domingo y que hoy son historia de la humanidad. Incluso estaban ya Hernán Cortés y Francisco Pizarro. Me parecía novelesco y muy atrayente y, por esa razón, escribí esta novela coral.
¿Ha pretendido rescatar a algún protagonista del olvido?
Sí, y se nota. He querido rescatar a un personaje que siempre me ha fascinado, que es Alonso de Ojeda, y a su gran amigo, Juan de la Cosa, y a Ponce de León. También he recordado la juventud de Cortés, que es muy desconocida. No había combatido nunca cuando fue a México. Era inteligentísimo y riquísimo. Fue el primer comerciante import-export con éxito. Los barcos con los que iba eran, en la mayoría de los casos, suyos. Pero el que luego fue el grandísimo estratega y genio militar aún no había combatido. A todos esos personajes los quería rescatar cuando estaban en la isla de La Española, que es el principio de todo.
También trae al presente a perros, como Becerrillo
Becerrillo fue muy famoso y le tenían terror. Cobraba por dos ballesteros, porque era, realmente, un soldado tremendo. Los perros ya se utilizaron anteriormente en la Guerra de Navarra e, incluso, por parte de los romanos.
Presenta el libro en una ciudad que dedica una estatua y una avenida a uno de los personajes de los que ha hablado, Ponce de León. ¿Qué importancia tiene en esta historia?
Es un personaje muy desconocido. Fue el que conquistó y pobló Puerto Rico y el descubridor de la Florida, pero muy poca gente sabe que, junto con Ojeda, fue el que mostró la clave de lo que hizo España en América: el mestizaje.
Se casaron con dos indígenas y esos matrimonios estaban bendecidos y apoyados, mientras que enEstados Unidos no se autorizó el matrimonio interracial hasta 1967. Pero hay una demostración empírica de que no existió ningún genocidio español en América. Al norte, el porcentaje de población indígena o mestiza es del 1,1%.En el mundo hispano alcanza el 97% en Honduras. Solo hay una excepción,Argentina, y el exterminio de los indios patagónicos fue en 1870.
Eso sí, tampoco se pueden ocultar las atrocidades, porque las hubo.Y fueron denunciadas. No hubo ningún imperio que hiciera unas leyes como España. Que me digan qué leyes de protección de nativos aprobaron Inglaterra, Francia u Holanda.
También figura en el libro Bartolomé de las Casas, uno de los autores relacionados con la Leyenda Negra. De hecho, recuerda su papel de encomendero. ¿Por qué es más conocida su otra faceta?
Fue muy utilizada por los imperios enemigos de España para atacarla.Y hay un elemento definitivo. En el siglo XIX, ellos sabían que la América Hispana era la región más emergente del mundo por sus grandes urbes, sus comunicaciones y su comercio.
Al sur del río Grande llegó a haber 25 universidades; al norte, ninguna.Eso es lo que dejó España. ¿Me quieren decir esos que tanto gritan lo que han hecho en los 200 últimos años? Antes de insultar a sus antepasados podían decir cuál ha sido su ejecutoria desde entonces y si ahora es la región con más futuro del mundo.
¿Con este libro quiere contribuir a la lucha contra la Leyenda Negra?
Sí, pero no poniendo enfrente una leyenda rosa. Las atrocidades sucedieron, al igual que las matanzas. Hay que hacerlo desde el rigor histórico, los hechos y los datos. Y eso significa no ocultar la historia, sino ponerla en su contexto y no juzgarla con modas presentistas con las que no se salvaría nadie desde el Homo habilis hasta ayer.
Pone en boca de Michele da Cuneo que «no tienen peor enemigo los españoles que ellos mismos». Con esta frase queda claro que en el libro hay muchas intrigas entre los que marcharon a América
Desde el primer día.
¿Eso evitó que la empresa fuera más grande?
Fue inmensa, a pesar de ello. Ninguna otra nación puede presumir de haber protagonizado el cambio más trascendental de la historia del mundo. Y solo tienen que mirar una cosa: lo que van a comer o cenar. Verán, si quitamos América, qué comen o qué cenan.
¿Qué ideas le gustaría que quedaran grabadas en la memoria de los lectores?
La historia de esas gentes absolutamente apasionadas y apasionantes que cambiaron la historia del mundo.
¿A quién recomendaría leer este libro?
A todo español e hispanoamericano (tampoco me importa que lo lean anglófilos y estadounidenses) que quieran saber un poco más de la verdadera historia y no lo que son tergiversaciones y propaganda.
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