María Merino, coordinadora provincial de Cruz Roja, destaca que la entidad ha creado quince plazas de emergencia para acoger a ucranianos.
El Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones ha atendido en los Centros de Recepción, Atención y Derivación (CREADE) desplegados en Madrid, Barcelona, Valencia y Alicante a más de 6.000 personas. Desde el centro de Barcelona derivaron a los quince refugiados ucranianos (diez adultos y cinco menores) hasta Palencia en la madrugada del martes a través de Cruz Roja. La coordinadora provincial de la organización, María Merino, explica que su trabajo consiste en cubrir sus necesidades básicas y fortalecer su bienestar emocional.
–Ya han llegado los primeros refugiados a través de las plazas de emergencia de Cruz Roja…
–Sí, atendemos las necesidades que nos plantean desde el Ministerio, que es quien nos ha pedido crear estas plazas de emergencia porque los recursos están muy saturados. La tendencia es al crecimiento, pero aún no sabemos lo que podemos crecer. Nosotros ahora hemos puesto 15 plazas de acogida de urgencia, que son las que se han ocupado. Desde Palencia llevamos el proyecto ‘Refugiados acogida temporal’, con el que llevábamos varios años y ahí también hemos ampliado plazas desde 21 hasta 26, cinco más.
–¿Qué necesitan los refugiados que acaban de llegar?
–Descansar. El viaje hasta aquí han sido semanas de tránsito, por eso les damos ese espacio y momento de descanso para que también sepan dónde quieren ir, si se quieren quedar aquí o es un tránsito. También demandan contacto con las personas que han dejado allí o han conocido en el camino. Ellos traen sus teléfonos y para ellos Internet es algo muy valioso para seguir manteniendo el contacto.
–¿Y cómo trabaja Cruz Roja con estas personas?
–Trabajamos todos los aspectos de su vida personal y familiar. Estamos haciendo cobertura de necesidades básicas, de fortalecer su bienestar emocional. También estamos con el trabajo jurídico para que sus situación quede aclarada en Comisaría y soliciten la protección temporal, para tener el permiso de residencia y de trabajo. Además hacemos un trabajo transversal para prevenir posibles casos de trata y promover la protección internacional.
–¿Existe un listado para los que desean acoger o ceder casas?
–Sí, hemos creado un listado donde recogemos a todas las personas que han hecho un ofrecimiento, que puede ser una casa, acoger una familia, un menor o donar cualquier cosa. Hay empresas que han ofrecido puestos de trabajo o crear un convenio para plazas del aprendizaje del idioma. La población se ha volcado, pero esto es una carrera de fondo y dentro de unos meses vamos a seguir necesitando tanta solidaridad.
–¿Y también se recoge material?
–No, hemos hecho captación de fondos a través de donaciones económicas. Ahí tuvimos un posicionamiento muy claro porque no queríamos hacer determinadas recogidas, cuando las necesidades que nos plasmaban desde Cruz Roja en Ucrania, Polonia o Hungría eran otras. Entendimos que el traspaso de fondos era algo más factible para que consiguiesen lo que necesitaban en cada momento.
–¿Y en qué consiste el restablecimiento del contacto familiar?
–Ofrecemos apoyo a las personas que han perdido el contacto, es un proyecto que se lleva a cabo con la Federación Internacional de Cruz Roja, tanto si alguien necesita buscar a algún familiar en Ucrania o en España se ponen en marcha estos mecanismos. Para poder llevar a cabo todo nuestro trabajo es necesaria la labor nacional e internacional.
–La información sobre cómo proceder es necesaria…
–Sin duda. Informamos y asesoramos a las personas que necesitan saber cómo. Hemos tenido personas ucranianas u otras que representaban a grupos y también palentinos que han acogido a otras personas o ayuntamientos que han tenido iniciativas. Es fundamental el asesoramiento también a las instituciones públicas para la aclaración, regulación y explicar todos los pasos que hay que dar. Trabajamos de forma cercana a las administraciones y hemos estado en contacto directo con protección a la infancia, hemos trabajado con todos.
–¿Se ha tenido que crear un departamento especial para atender la crisis de Ucrania?
–Ya teníamos un programa de refugiados con proyectos específicos, pero se ha puesto en marcha dentro de este programa ‘Crisis Ucrania’ para encuadrar todas las acciones con estas personas. Es un proyecto que nos afecta a todos, ya que todos los proyectos que Cruz Roja tiene en marcha siguen una metodología de atención centrada a la persona y todos tienen que ver y lo enfocamos desde todas las áreas. A nivel central se ha creado un equipo que funciona los siete días de la semana.
–¿Han aumentado los voluntarios desde el inicio de la guerra?
–Hay un voluntariado activado para que en cuanto lo necesitemos por el tema de traducción, muy importante, de acompañamiento, actividades con los niños o temas jurídicos esté. Tenemos un amplio perfil de voluntariado, la gente se ha volcado mucho, hemos notado un aumento de voluntarios y también algunos que estaban en otros proyectos también quieren colaborar.
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