Junto a las buenas temperaturas, han influido las nuevas formas de compra ‘on-line’ y la situación económica de muchas familias. El pequeño comercio busca «transformarse» con la digitalización para mantenerse a flote.
Un febrero casi primaveral con temperaturas atípicas ha lastrado las ventas de productos textiles de invierno. Así lo asegura la Confederación de Comercio de Castilla y León, que señala que ha habido vaivenes en las compras por la irregular meteorología. «Se ha roto la estacionalidad y el textil y el calzado están experimentado estos cambios en el clima», asegura el presidente de la entidad, Adolfo Sainz, quien teme por el inicio de la temporada de primavera.
«No estamos vendiendo la mercancía, a diferencia de temporadas anteriores. Los cambios de tiempo se suman a los problemas que venimos acumulando: subida de alquileres, costes de personal, aumento del precio de las materias primas…», explica Sainz. «Estamos presenciando el fin de una forma de vida, que era la que giraba en torno al comercio de barrio», asegura, en referencia a los cierres que agudizan la situación del comercio.
Desde Palencia Abierta, Sergio Domínguez también señala al tiempo, a los cambios de temperatura que está habiendo este invierno, como una de las razones por las que las rebajas no han sido tan satisfactorias como se esperaba. Pero no es el único factor, ya que también influye «las nuevas formas de compra y que la situación económica ahora mismo no es buena».
A pesar de todo, «las rebajas han sido parecidas al año anterior o un poco peores. Comenzaron muy bien en enero y luego fueron a menos», afirma Sergio Domínguez, aunque asegura que no hay una respuesta universal, ya que cada comerciante las ha apreciado de una forma concreta.
Destacó que el pequeño comercio reclama volver a la situación de antes, con unas rebajas marcadas en el calendario y sin poder ofrecer descuentos durante todo el año. «No podemos competir con las grandes empresas, que están todo el tiempo con promociones o productos con descuento», subraya Domínguez.
«El cambio de tiempo sí que se ha notado, pero no han ido mal las rebajas», argumenta, por su parte, Aroa Miguel de la tienda de ropa Milé, situada en la Calle Mayor. No puede comparar con las del año anterior, ya que abrió sus puertas a mediados de julio, pero reconoce que «nos hemos mantenido a un buen nivel».
En muchos comercios las rebajas ya han llegado a su fin, aunque algunos aún muestran carteles de descuentos para transformar en ventas la vuelta de las bajas temperaturas. «El frío ha comenzado tarde y se ha vendido mucho menos de los productos de invierno», reconoce Ruth Villamuza, de la zapatería Piequeño. «Ha sido un final del mes de febrero extraño, y las rebajas pues no han sido para tirar cohetes ni mucho menos. Parecidas a otros años», añade. Para ella, el cambio en el modelo de ventas, con la proliferación de las compras por Internet, junto con la cercanía a Valladolid, donde van muchos clientes locales, dañan al comercio de proximidad palentino.
Fernando Herrero, de Ana Piel, valora positivamente las rebajas, que comenzaron en el local de los Cuatro Cantones el 7 de enero y concluyeron este mismo jueves. «Han sido buenas. El tiempo no ha acompañado, pero lo que pretendíamos hacer en rebajas lo hemos hecho», concluye.
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