El norteamericano lidera ante el Cáceres, su ex-equipo, a un Zunder que sufrió para ganar en un duelo durísimo. El equipo de Pedro Rivero saborea su cuarta victoria consecutiva, lo que le permite mantener el pulso con el Andorra.
Triunfo este miércoles de equipo grande el del Zunder Palencia en un partido durísimo en Cáceres que estuvo muy cerca de perder, pero que consiguió llevarse con autoridad al final con los galones que le otorgan ser el colíder de la LEBOro. Pesaron la confianza del grupo y la exhibición anotadora descomunal de Devin Schmidt en la vuelta a la que fuera su casa, ante las dudas finales del único equipo que aún no ha ganado como local. El conjunto de Pedro Rivero estuvo más tiempo a remolque que por delante en el marcador pero saborea la cuarta victoria consecutiva, que le permite mantener el pulso con el Andorra además de hundir a un Cáceres muy digno que se desinfló en la recta final.
El conjunto local, sediento de victorias ante su gente, saltó al coqueto parqué del Pabellón Multiusos Ciudad de Cáceres con un aura diferente al de otros encuentros. Los jugadores de Roberto Blanco quisieron mandar desde el salto inicial y, de hecho, solo soltaron en dos ocasiones, por segundos y por un solo punto, la ventaja en el marcador antes del descanso. El tercer peor equipo en ataque y en rebote defensivo de la Liga hizo daño al Zunder Palencia, líder en defensa y en rebotes ofensivos, precisamente en esos dos aspectos. Los 42 puntos al descanso (proyectados, 84) eran muchos más de los 67,2 que encaja de media el equipo de Pedro Rivero, pero también bastantes más de los 69,9 que anota el Cáceres por partido. Algo fallaba.
Festival de Dani Rodríguez
El primer cuarto fue un festival de triples con Dani Rodríguez, leyenda del club palentino que estuvo gran parte del partido con 100% en el tiro, y Schmidt, exestrella del conjunto cacereño, como grandes protagonistas. La famosa ley del ex en su máxima expresión. El jugador norteamericano no estuvo fino en las entregas, pero su inspiración en el tiro lejano y en la penetración lo compensaron con creces. Cuatro triples en cinco intentos en apenas dos minutos. Fue la gran baza de la escuadra palentina ante las tentativas locales de marcharse en el marcador.
Y es que ningún otro jugador del Zunder estuvo a la altura en los primeros veinte minutos. Solo Wintering, con un canastón sobre la bocina, y Chumi Ortega desde el tiro libre, se acercaron al rendimiento mínimamente exigible en ataque. En el rebote destacaron Olaizola y Bercy ante los interiores del conjunto palentino, que apenas aparecieron. Con todo, el Zunder Palencia logró llegar con empate (42-42) al descanso.
Tras la reanudación, el conjunto dirigido por Pedro Rivero logró una tímida máxima renta de dos puntos (44-46). El acierto en el triple, que ya había descendido en el segundo cuarto, terminó por desaparecer después del descanso, el tanteador rebajó un par de marchas de velocidad y el juego interior pasó a tener bastante más peso.
También las transiciones, donde Wintering supo guiar mejor a los suyos para provocar canastas rápidas o faltas constantes. Así, logró ponerse 53-57 a falta de un minuto para el final del tercer periodo, tras un buen robo y pase inteligente del base norteamericano a McGrew, que provocó la falta y anotó los tiros libres. Fue como sumó puntos el ’15’, puesto que el 1 de 8 en tiros de campo en 30 minutos era demoledor e ilustrativo de un partido incómodo para uno de los pilares del equipo.
Con Kamba y Chema González la defensa mejoró una barbaridad y permitió al Zunder Palencia llegar al último asalto con ventaja. Y con Schmidt descansado. Precisamente Kamba fue el encargado de hacer saltar las alarmas del Cáceres con un triplazo en el arranque del último cuarto, que suponía extender la renta (máxima) hasta los ocho puntos (54-62).
No se rindió el equipo de Roberto Blanco, que apretó al máximo al colíder de la LEB Oro, pero los galones de un equipo rodado aparecieron. De un posible 2+1 de Toledo se pasó a falta en ataque de Cepukaitis, posterior triple lejano antológico, en suspensión, de Schmidt, y triple, por fin, de McGrew. Fue un mazazo psicológico y de realidad para el Cáceres, que ya no pudo remontar la desventaja.
El entrenador del Zunder Palencia, Pedro Rivero, confesaba al término del partido que el nivel fue muy elevado durante todo el choque y que los once puntos de la diferencia final no fueron «reales, porque el partido se ha decidido en dos o tres acciones, han tenido mucha intensidad».
«Tengo que felicitar a nuestros jugadores porque hemos sido capaces de mantener el partido en los dos primeros cuartos, luego en el tercero y cuarto hemos conseguido que no nos rebotearan tanto en ofensivo y hemos controlado las pérdidas en contraataque y en primera línea», agregó el técnico del Zunder.
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