«¿Este año no es en la cripta lo del agua bendita?»

Esther Bengoechea

2 de septiembre de 2022

Las filtraciones obligan a trasladar la tradición al claustro de la seo palentina, habilitado con mesas, garrafas de plástico y vasos de papel. Hubo un poco de decepción entre los palentinos que acudieron a las primeras misas, con idea de llevarse el agua bendita, que partió del grifo.

Volvió el agua de San Antolín a la Catedral y al día de su patrón, después de dos años de pandemia sin poder ofrecerse. Pero no lo hizo en su escenario, en la cripta, sino en el claustro tardogótico de la seo palentina. La cripta permanece abierta para la exposición de Renacer, pero con una plataforma metálica para que los visitantes puedan pasearla un pequeño tramo, a pesar de las humedades y filtraciones. ‘¿Este año no es en la cripta?’, preguntaban este viernes en el exterior de la catedral desde la fila de fieles que esperaba su vaso de papel con agua bendecida por el obispo de Palencia, Manuel Herrero.

Hubo un poco de decepción entre los palentinos que acudieron a las primeras misas, con idea de llevarse el agua bendita, que partió del grifo, y no poder hacerlo porque el obispo lo bendijo durante la misa de las 11:30 horas. Las autoridades fueron las primeras en penetrar en el luminoso claustro, lleno de mesas, de garrafas gigantes y de filas de vasos y recibirlos de manos del propio obispo al grito de ‘Viva San Antolín’.

Poco a poco fueron entrando los fieles que habían podido disfrutar de la misa mayor dentro de la Catedral. Algunos cogían un vaso, otros dos, otros se acercaban con botellas de plástico para rellenarlas en las garrafas. «San Antolín es el patrón de Palencia y Palencia nos lo ha dado todo», afirmaba Jesús Infante, que acudió con su hija. «Para mí es visita obligada, llevo viniendo cincuenta años», añadía.

«Me gusta mucho venir a la misa y cumplir con la tradición del agua para que el santo nos proteja», señalaba, por su parte, Verónica Illar. «A ver si se cumple algo de todo lo que le he pedido», añadía con una sonrisa. Mientras, al fondo, un niño pequeño bebía el agua y le decía a su abuela: «A mí me sabe igual este agua». Sobre las 13 horas también pudieron comenzar a recoger el recipiente reciclable de agua bendita los cientos de fieles palentinos que hacían cola al sol en la plaza de la Inmaculada, ya que se habilitó la entrada por el claustro. Todos querían cumplir con la tradición.

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