Enfermería proyecta su titulación

J. Olano

6 de mayo de 2022

Enfermería proyecta su titulación, que goza de elevada demanda y empleabilidad «plena». La escuela tiene 417 alumnos, un centenar nuevo cada año por el ‘numerus clausus’, de los que el 40% vienen de otras comunidades.

Con crudas imágenes de la guerra en Ucrania y la asistencia humanitaria que conlleva resuena en el Centro Cultural Provincial ‘Allí estaré’, el nuevo himno de la enfermera, para abrir de forma presencial y ante dos centenares de estudiantes la jornada ‘Creando enfermería’. Más cerca, fuera del edificio, alumnos de Infantil del colegio Jorge Manrique y de sexto de Primaria de Maristas conocen prácticas de educación sanitaria y cuidados que otro grupo de estudiantes les enseñan en un intento de formar cantera para una profesión para la que ellos se forman con mucho orgullo.

Orgullo también el que rezumaba en el ambiente para recordar el trabajo desarrollado por las enfermeras durante los dos largos años de pandemia, «que os ha hecho más necesarios y más visibles que nunca», subrayó la presidenta de la Diputación, Ángeles Armisén, en la apertura de una jornada que pretende motivar a los alumnos a colaborar de forma activa en su proceso de aprendizaje, fomentar el desarrollo científico y humano en el cuidado de la salud, «y también vincular a la Escuela de Enfermería y a los 400 estudiantes que acoge con la sociedad palentina», añadió la presidenta de la Diputación.

Como objetivo de futuro, el nuevo centro universitario al que también Ángeles Armisén aludió, el que con un presupuesto de 4,3 millones de euros se construirá en la zona de San Telmo, donde se ubica la actual Escuela de Enfermería, gracias al acuerdo alcanzado finalmente el pasado mes de marzo entre la Diputación y el Ayuntamiento como contrapartida por el pago de la calle Jardines. Los tribunales ordenaron que el Consistorio debe abonar a la Diputación 26,8 millones de euros, de los que 17,4 corresponden al justiprecio fijado en 2007 por la Comisión Territorial de Valoración para que el Ayuntamiento asumiese la titularidad del terreno necesario para construir la calle Jardines, así como una serie de parcelas anejas, en las que se construirán viviendas de protección pública y una nueva calle detrás de las instalaciones deportivas.

La Escuela de Enfermería es un edificio que data de 1971 que ha contado con algunas reformas importantes a lo largo de estos años, como la mejora de la cubierta en el año 2017 por valor de 246.250 euros, pero que está obsoleta. La Diputación ha previsto modificar la edificación con la reforma de la distribución interior para dar paso a una nueva entrada lateral desde el ala norte y mejorar la comunicación vertical del edificio.

El edificio que alberga ahora la escuela fue concebido en 1948 como un proyecto de beneficencia, para posteriormente transformarse en un hogar infantil, por lo que su antigüedad hace necesaria también la mejora de la fontanería, el sistema eléctrico, la seguridad, la eficiencia energética, los sistemas de telecomunicaciones e informática, y se plantea una nueva biblioteca, un espacio para el estudio o la investigación.

Al margen de las carencias que puedan presentar las instalaciones, lo que sí quedó claro en la jornada de este jueves es que el centro registra año tras año una elevada demanda, que las cien plazas que oferta cada curso para alumnos de nuevo ingreso son insuficientes para atender toda la demanda, y que «la empleabilidad es plena», destacó el director de la Escuela de Enfermería, José Antonio Iglesias. No en vano es el cuarto centro universitario más demandado de la Universidad de Valladolid, que este curso cuenta con 417 alumnos y una plantilla de 28 profesores, de los que 13 son fijos. «En mes y medio saldrá al mercado laboral otra promoción de 103 alumnos después de un curso en el que la actividad académica también se ha podido desarrollar con éxito con todas las prácticas en centros asistenciales y sanitarios», apuntó el director. Aunque en estos dos últimos años se ha introducido el aprendizaje telemático, la presencialidad se hace necesaria. «La transversalidad y humanización en la docencia a la par de la atención individualizada se trasladan después en el hacer del profesional. Mantener las habilidades en cuanto a comunicación y empatía en una profesión tan relacionada con el cuidado es una de nuestras premisas», argumentaba José Antonio Iglesias.

«Es un momento fundamental para que seáis lo que todos necesitamos en la sociedad. No olvidéis nunca la empatía, la atención y la amabilidad que os caracterizan», les dijo la presidenta de la Diputación. El centro cuenta con un alumnado con una amplia mayoría de mujeres en una profesión que lleva años incorporando hombres pero que ha sido eminentemente femenina. Entre el centenar de nuevos alumnos cada año, el 40% viene de otras comunidades, sobre todo del País Vasco y Navarra.

Por su parte, el sindicato Satse donó 34 libros a los estudiantes que presentaron proyectos de investigación, entregó unos premios y asesoró a los alumnos sobre su futuro profesional.

Los protagonistas

Irene Carrera, cuarto curso

«Poder estudiar lo que quieres en tu ciudad es maravilloso»

Irene Carrera.

La pasión por la que dentro de un mes será su profesión unida al amor por su ciudad, han hecho que estudiar en Palencia sea para Irene Carrera, una experiencia maravillosa. «Tener una Escuela de Enfermería al lado de casa y poder quedarte aquí es algo genial», apunta. Además, se siente doblemente afortunada por la oferta formativa de la que disponen. «Tenemos suerte de tener dos hospitales, centros de salud y centros sociosanitarios como Hermanas Hospitalarias o San Juan de Dios que nos permiten hacer prácticas muy completas y tocar muchos aspectos de la enfermería».

Nerea Martín, cuarto curso

«Se esfuerzan por darnos una buena formación»

Nerea Martín.

Venida desde el País Vasco e impulsada por una nota de corte más accesible, encontró en Palencia una ciudad que ahora considera suya. «Se considera una desconocida, pero su gente es increíble y me alegro de haber venido aquí a estudiar», asegura. A cuatro semanas para acabar las prácticas, presentar el trabajo de fin de grado y al fin titular, se siente preparada para afrontar su futuro laboral. «Es una escuela pequeña, pero se esfuerzan por que tengamos una buena formación y sí creo que contemos con conocimientos para empezar a trabajar», asegura.

Cristina Quiles, ha terminado los estudios

«Durante la pandemia había mucho miedo a la hora de ir a trabajar»

Cristina Quiles.

A la hora de elegir el tema del trabajo de fin de grado, lo tuvo claro. Analizar cómo se han sentido las enfermeras durante los peores meses de la pandemia consideró que era necesario. «Aunque yo no estaba trabajando, mi tía sí y me tocaba muy de cerca», asegura. Las conclusiones de ese estudio son claves para que su discurso se centre en la necesidad de invertir más en la sanidad pública. «Había muy pocos medios, muy poca información y sobre todo muy poco apoyo psicológico. Sentían mucho miedo a la hora de ir a trabajar y eso suponía un desgaste mental».

David Camacho, tercer curso

«Lo mejor es que los profesores te conocen, es muy familiar»

David Camacho.

Después de tres años formándose en la Escuela de Enfermería, desvela el punto fuerte del centro. «Conozco centros donde no se conoce a los alumnos, aquí los profesores saben mi nombre y apellido, es muy familiar». Una personalización que considera esencial, y que pretende trasladar a su profesión. «Me gusta estar en contacto con el paciente y poder conocerle», añade David Camacho. Precisamente ese acompañamiento tan singular de la enfermería le ha enseñado que «muchas veces no se necesita hacer ninguna técnica sofisticada, el mero hecho de escuchar basta».

Pablo González, cuarto curso

«Elegí la carrera por pura vocación y estoy muy contento»

Pablo González.

Desde pequeño se fijaba en las ambulancias, y con tan solo 16 años se postuló como voluntario. Hoy, cuatro más tarde, tiene claro que continuará su formación en el máster de urgencias. «Decidí estudiar enfermería por pura vocación y estoy muy contento de la decisión que he tomado», asegura. Cambió su residencia en San Sebastián por una plaza en la Escuela de Enfermería y ya se siente preparado. «Estoy deseándolo», asegura. Aunque asegura que volverá a Palencia, ahora su futuro está en Madrid donde compaginará su pasión por la música con su profesión.

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