El Zunder está enchufado y ojalá podamos repetir otro día histórico

El Norte de Castilla

31 de enero de 2023

El exjugador morado rememora el título conseguido hace justo siete años en el Pabellón de Deportes tras dos prórrogas ante el Melilla y añade,  «La Copa Princesa es un premio al gran trabajo del equipo durante la primera vuelta». «Jugar la final en casa te genera un poco más de presión al querer ganarla por ti y por la afición».

 

Siete años desde que el Palencia Baloncesto levantase su segunda Copa Princesa. Hace tan solo dos días, el pasado domingo, se cumplieron siete años de la gesta morada firmada en 2016. Con este nuevo título, el club se convirtió en el único que había logrado ganar esta competición dos años consecutivos, aunque en 2015, cuando se impuso al Breogán Lugo, aún se denominase Copa Príncipe.

Siete años después aún se recuerda esa noche mágica en el Pabellón Municipal, en la que el equipo (Quesos Cerrato) entonces dirigido por Sergio García se proclamó campeón en casa tras imponerse por 87-85 al Melilla Baloncesto, tras una doble prórroga de infarto y con un Dani Rodríguez como MVP del partido, que terminó con una gran fiesta en Palencia.

Esa final, esa pelea por la Copa Princesa, fue, sin duda alguna, una de las más emocionantes de la historia, que se decidió finalmente por tan solo dos puntos de diferencia y tras dos prórrogas. El calor de la afición palentina llevó en volandas a los suyos para conseguir hacer historia, con dos grandes protagonistas en el Palencia Baloncesto: Dani Rodríguez y Urko Otegui. El primero anotó 30 puntos y firmó un encuentro sensacional y el segundo marcó 16, además de realizar el tapón en la última jugada de la segunda prórroga para certificar la victoria del cuadro palentino.

Urko Otegui celebra emocionado el título copero de 2016.

El Quesos Cerrato Palencia no solamente logró coronarse como campeón de la Copa Princesa por segundo año consecutivo aquella temporada, sino que se proclamó campeón de Liga con un balance de 23 victorias frente a tan solo siete derrotas. Los de Sergio García lideraron la clasificación desde la quinta jornada, aunque desgraciadamente no se pudo materializar el ascenso ganado en la pista al no poder hacer frente a las exigencias de acceso impuestas entonces por la Liga ACB.

Una de las grandes figuras tanto como jugador, capitán y líder del Palencia Baloncesto que logró hacer historia al levantar la Copa Princesa de Asturias dos veces consecutivas fue Urko Otegui, que actualmente es el director deportivo del Palencia Baloncesto. Recuerda esa final ante el Melilla como una de las noches más felices de su carrera. «Lo recuerdo con mucha alegría. Fue un día espectacular con el pabellón lleno y una final igualada. Por suerte, se decantó para nuestro lado y poder celebrarlo con nuestra gente fue algo histórico», reconoce Urko Otegui.

Exigencia física

El partido contó con muchas alternativas en el marcador y no se desequilibró hasta una segunda prórroga, por lo que la exigencia física para los jugadores fue máxima. El propio Urko Otegui asegura que el público empujó durante todo el encuentro, siendo un jugador más sobre la pista y clave para terminar revalidando el título. «El partido fue muy disputado, muy duro y con muchas alternativas en el marcador. El poder ganarlo delante de nuestra gente y celebrarlo con ellos fue especial», analiza, siete años después.

Esa final que recuerda con tanto cariño se volvió a celebrar en Palencia un año después de la primera Copa lograda en 2015. La posibilidad de hacer historia como el único equipo que lograra ganar este trofeo dos años seguidos y defender la corona ante la afición palentina fue también un factor importante para el Quesos Cerrato ante el Melilla. «El jugar la final en casa te genera un poco más de presión al querer ganarla por ti y por la afición. Veníamos de ganar la Copa el año anterior, aunque creo que fue una presión bonita ya que haberla jugado justo el año pasado nos ayudó a encarar ese partido», recuerda.

Esta situación puede tener similitudes con la final de la Copa Princesa de este año que disputará el Zunder Palencia frente al MoraBanc Andorra el próximo 11 de febrero. Buen juego sobre la pista y una muy buena racha en LEB Oro durante toda la temporada vuelven a ser seña de identidad del equipo palentino, al igual que lo fueron en 2016 cuando el Quesos Cerrato Palencia se llevó la Copa, además ser campeón de la fase regular de la Liga.

«La Copa es un premio al gran trabajo del equipo en la primera vuelta. Este año jugamos contra un gran rival, pero siempre que se juega en casa y estás arropado por tu gente, hay un plus. El equipo está enchufado y ojalá entre todos podamos volver a repetir ese día histórico», asegura con confianza y emoción un Urko Otegui, que en esta ocasión no podrá saltar a la pista para ayudar a los suyos a lograr el objetivo y tendrá que hacerlo animando como uno más desde la grada.

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