Los de Pedro Rivero, con un partido muy serio, desarbolan desde el inicio a los extremeños y se desquitan de la derrota ante el Lleida (70-87)
El EasyCharger Palencia se ha desquitado este domingo de la última amarga derrota in extremis ante el Força Lleida con un triunfo solvente ante un Cáceres en racha y que se presentaba a la cita aupado en la tercera plaza después de una serie de tres victorias seguidas. Los de Pedro Rivero, con un partido muy serio, desarbolaron desde el inicio al equipo de Roberto Blanco, que completó un partido muy discreto, casi siempre a remolque de una escuadra palentina muy sólida, más inspirada en ataque, segura en el rebote y en la que cinco de sus jugadores alcanzaron los dobles dígitos en anotación.
El choque comenzó con un Easycharger Palencia desatado y que replicó a la canasta inicial de Schmidt con un acierto descomunal empezando por Rubio, que sumó ocho puntos seguidos y obligó a Roberto Blanco a pedir un tiempo muerto con solo tres minutos jugados para espabilar a sus pupilos (2-10). De poco sirvió, porque un Ortega letal, liderando al conjunto palentino, casi infalible, masacró a triples (seis de siete en sus primeros intentos) a un Cáceres desconcertado ante el vendaval que le zarandeaba en la pista. Dos triples de un Speight muy entonado hicieron saltar las alarmas en el Multiusos porque la ventaja se iba a los 19 puntos (6-25, minuto 7) y no parecía haber remedio para la hemorragia provocada por los palentinos.
Sin perder la compostura y con paciencia para ir limando diferencias a la espera de que amainara el caudal ofensivo del Easycharger, el Cáceres ajustó mejor atrás y comenzó a encontrar el acierto ofensivo. Lo reavivó Jorge Sanz y se fueron uniendo Olaizola, Díaz y, especialmente, un Manu Rodríguez decisivo para el renacer de su equipo, que firmó un parcial de 7-0 y obligó a Rivero a parar el encuentro porque la renta era ya solo de diez puntos (15-25).
Manu Rodríguez, inspirado en la media distancia, lideró el parcial de 13-2 con el que el Palencia Baloncesto vio como se iba evaporando su botín en un segundo cuarto que fue el único de claro color casero. Una docena de puntos aportó el escolta granadino del Cáceres en una primera mitad en la que fue el revulsivo de un equipo que fue centrándose después de un arranque a la deriva. Se sumaron a la causa Mateo Díaz y Schmidt, encargado de devolver el equilibrio al marcador (35-35).
Una antideportiva de Lobo frenó al Cáceres en su remontada, aunque la de Rubio en el bando palentino precedió al ‘sorpasso’ del equipo de Blanco: una canasta de Mbala devolvió efímeramente el mando al cuadro verdinegro (40-39).
Ya con el partido parejo y las defensas más intensas, la producción ofensiva se fue atascando y los buenos porcentajes pasaron a ser más discretos. La buena defensa de los de Rivero cerrando mejor el rebote, dejó tres minutos y medio en blanco al equipo verdinegro en el arranque de un tercer cuarto en el que se volvió a abrir una brecha que ya sería definitiva. Dukan hizo su primer enceste antes de que Rubio volviera a hacer acto de presencia con un triple que estiró la renta del cuadro palentino, con Prince Ali también tirando del carro (45-54), lo que obligó a Roberto Blanco a volver a detener el partido.
Pero el Easycharger siguió picoteando puntos y ampliando su ventaja. Allen volvió a elevar la distancia por encima de los 10 puntos (47-58) y el técnico del cuadro anfitrión volvió a pedir otro tiempo muerto.
El equipo palentino afrontó el último cuarto con un colchón de 13 puntos (49-62) que subieron a 15 después de otro tiro en suspensión de un Prince Ali muy resolutivo. Recurrió Blanco a una zona 3-2 para tratar de cambiar el panorama y Rivero, tras situar a Dani Rodríguez en la dirección del equipo, devolvió a Speight a la pista tras un pequeño receso. Regresó con un triple que volvió a disparar el marcador (53-69).
Cinco puntos seguidos de Mbala reactivaron a la escuadra verdinegra, pero no se dejó impresionar el Easycharger Palencia, que siguió acumulando puntos, tanto en tiros libres como en la pintura y en el triple, faceta en la que Speight se mostró infalible y pareció dar la puntilla al conjunto cacereño superado el ecuador del último cuarto (58-74).
No bajó los brazos un anfitrión que buscó soluciones sin encontrarlas ante un Palencia Baloncesto que elevó la renta hasta los 18 puntos tras sendos tiros libres anotados por un imparable Micah Speight. Belemene y Jorge Sanz posibilitaron un 5-0 que reavivó la llama local, a la que puso coto Pedro Rivero con un tiempo muerto. El partido no lo podía ganar Cáceres, solo perderlo el Easycharger, y el técnico, con pasado como jugador verdinegro, se encargó de impedirlo.
0 comentarios