El Castillo de Fuentes de Valdepero, fortaleza de ensueño

Rubén Abad

14 de marzo de 2022

La Diputación mantiene abierto al público este atractivo edificio histórico, cuyo origen arquitectónico se remonta al siglo XV.

El castillo de los Sarmiento, en Fuentes de Valdepero, constituye uno de los recursos turísticos y culturales más atractivos de la provincia, una fortaleza que bien merece una visita que resulta interesante y amena para el viajero de cualquier edad, idóneo para acudir en familia o con allegados y amigos.

Ubicado a tan solo diez kilómetros de la capital, reabrió sus puertas al público el pasado 1 de marzo tras permanecer cerrado, las siete semanas centrales del invierno después de las navidades. Junto a ese recorrido a disposición del público, acoge el Archivo de la institución provincial, administración propietaria y gestora del inmueble.

Conocer las claves arquitectónicas de uno de los castillos más imponentes de su tiempo, cuya construcción se remonta a mediados del siglo XV, o disfrutar de la magnífica panorámica de Tierra de Campos que se disfruta desde su torre del homenaje son solo dos de los alicientes de esta fortaleza, que también acoge una simpática y curiosa exposición -a base de figuras de plastilina- sobre algunos de los principales hitos del pasado de la provincia.

Se trata, en suma, de una fortaleza cargada de historia, y asociada también con alguna leyenda, episodios que los visitantes pueden conocer mediante las visitas guiadas al castillo, que actualmente abre sus puertas al público los festivos y los fines de semana (viernes, sábados y domingos), en horario de 10,30 a 14 y de 16 a 18 horas. Este régimen se amplía a partir del 1 de mayo, cuando abrirá todos los días de la semana (excepto los lunes), con idéntico horario matinal, pero ampliado para las visitas vespertinas de 17 a 20 horas.

En todo caso, debido a la actual situación de pandemia, la visita se canaliza en grupos reducidos, por lo que se aconseja la reserva telefónica (979 767 732  o 687 930 738) para evitar esperas innecesarias y prolongadas.

El precio de entrada, que incluye la visita guiada, es de 3 euros, si bien se establece una tarifa reducida de 1,50 para grupos de diez personas o más, estudiantes, poseedores del carné joven o de Amigos del Patrimonio, jubilados, pensionistas y familias numerosas.

Pueden acceder gratis el personal adscrito a instituciones museísticas, los profesores, los guías de turismo, los asistentes de visitantes con discapacidad, los periodistas para el ejercicio de su actividad profesional, que acrediten debidamente su respectiva condición.

LINAJE DE LOS SARMIENTO

Su historia se encuentra íntimamente ligada al linaje de los Sarmiento, familia que ya en el siglo XIII aparece como rica hacendada vinculada con Villarramiel, Lomas y el valle de La Cueza, cuyo apellido pudiera derivar de su especial dedicación a la viticultura. El linaje asentó su poder en torno a dos grandes áreas: el Cerrato y el sur del reino de Galicia, donde ejercieron como adelantados mayores desde el siglo XIV.

En 1428 era señor de la villa don Diego Pérez Sarmiento, tercero de la estirpe en llevar este nombre, a su vez adelantado y justicia mayor de Galicia. El rey Juan II de Castilla (1405-1454) le nombró primer conde de Santa Marta de Ortigueira el 15 de noviembre de 1442.

En 1465, renunció al adelantamiento de Galicia en favor de su hijo don Bernardino. Precisamente entre estas dos fechas -1442 y 1465- cabe situar las obras de edificación del castillo en su etapa inicial, cronología que han corroborado las prospecciones arqueológicas efectuadas durante las obras de rehabilitación, que sitúan en el siglo XV los primeros indicios de ocupación del solar. Esa datación concuerda con dos inscripciones que portan sendos escudos con las armas de la familia Sarmiento en el cubo sudeste: «Don Diego Pérez Sarmiento conde de Santa Marta, adelantado mayor de Galisia».

El reparto de los bienes que hizo a su muerte motivó que Fuentes  dejara de pertenecer a la heredad del adelantado mayor de Galicia, para pasar a una rama colateral de los Sarmiento: en concreto, a Andrés de Ribera, casado con una nieta del conde, doña Constanza. Por entonces, se realizó una estimación del coste que supuso la construcción de la fortaleza, cifrado en más de dos millones de maravedíes.

Su descendiente, Andrés de Ribera II, señor de Fuentes, es trágico protagonista de uno de los hechos más relevantes en la historia del castillo: en enero de 1521 sufrió el asedio de los Comuneros a las órdenes del obispo Antonio de Acuña, a quien permitió la entrada en la fortaleza tras negociar una capitulación honrosa. Sin embargo, el prelado no respetó el acuerdo, apresó a toda su familia y saqueó cuanto había de valor en el castillo.

El ataque comunero y los sucesos posteriores debieron causar tal impresión en Andrés de Ribera II que, al acometer las obras de reparación de los desperfectos causados en la fortaleza, la remodeló probablemente con el objeto de hacerla inexpugnable, al punto de que se engrosaron sus muros de forma notable y se achicaron puertas y ventanas. En 1531 vendió el señorío de Fuentes y el castillo a don Diego de Acevedo.

PRIMERA CONDESA

La siguiente transmisión de la propiedad corresponde a su hija, doña Juana de Acevedo y Fonseca, a quien Felipe II nombró -siendo señora de Fuentes- primera condesa del lugar. Tras sucesivas transmisiones, en 1739 el castillo y el título condal pertenecían a doña María Teresa Álvarez de Toledo, con quien entroncó la Casa de Alba. La propiedad de la fortaleza, sin embargo, se desvinculó en 1874 de esta casa, que sigue detentando el título condal.

La Diputación adquirió el inmueble, muy deteriorado, en 1995, gracias al impulso y las gestiones de la Asociación de Amigos del Castillo y Monumentos de Fuentes de Valdepero. La institución acometió importantes obras de rehabilitación y acondicionamiento, así como la construcción de un edificio inserto en el patio de armas, donde se ubica el Archivo desde 2006.

Construido en piedra de grandes sillares, presentaba un recinto cuadrado con cubos en las esquinas y una gran torre del homenaje en el lienzo norte, posiblemente almenado. Fue en su tiempo, desde un punto de vista arquitectónico, la más importante fortaleza de Castilla, cuya torre del homenaje no tuvo rival en anchura y longitud, ni probablemente en altura.
El grosor de sus muros es el mayor en España de todos los castillos del siglo XV, con once metros de espesor en algunos puntos. Mide aproximadamente 60 metros de largo por 37 de ancho, por lo que ocupa una superficie de algo más de 2.000 m2, con un perímetro de 170 metros. La torre actual tiene una altura de 22 metros.

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