El equipo alevín del Club Filipenses Baloncesto, representando a los New York Knicks, gana el torneo júnior autonómico que organizan la Federación Española y la famosa liga norteamericana
Los New York Knicks del Carrión o, lo que es lo mismo, el Filipenses alevín, se llevaba en la mañana del domingo el torneo júnior de la NBA disputado en el Pabellón Pisuerga de Valladolid tras cerca de cuatro semanas de competición. Durante las tres jornadas anteriores, los 15 jugadores que participaron en la competición pusieron todos su granito de arena para conseguir un pleno de victorias en la fase regular de la JR NBA (14-0), siendo constantes en el esfuerzo, ilusión y compañerismo en todos y cada uno de los partidos disputados en esas tres semanas, lo cual permitió a los New York Knicks clasificarse como primeros de grupo para la fase final.
Cuatro grupos de cuatro equipos buscaron desde primera hora de la mañana a los cuatro magníficos que accederían a las codiciadas semifinales. Pese a que entre los 16 contendientes en la fase final había hasta seis equipos de Valladolid (Real Valladolid Baloncesto, San Agustín, San José A y B, CB La Flecha y Apostolado), el protagonismo se lo llevó con todo merecimiento el baloncesto palentino al hacer pleno metiendo a tres semifinalistas (Filipenses, a la postre campeón; CB Palencia y CD Maristas), dejando la cuarta plaza para luchar por el título al Colegio Leonés, que dejaba en la cuneta en su grupo al Real Valladolid Baloncesto.
Los quince integrantes del equipo, con su entrenador, tras los partidos disputados en León.
Filipenses, representando a los New York Knicks, no dejó lugar a la duda imponiéndose de manera autoritaria a los Memphis Grizzlies (Colegio Leonés) en las semifinales y a Houston Rockets (CB Palencia) en la final.
Como si de Patrick Ewing o Carmelo Anthony se trataran, los pequeños del Filipenses emularon a sus ídolos del baloncesto mundial y no solo se colgaron la medalla al final del encuentro, sino que cada uno de ellos recibió una réplica del famoso anillo de campeón del torneo, que alguno no se quitó ni siquiera para dormir. «Todos hemos soñado alguna vez cuando éramos pequeños con jugar en la NBA y cuando te dan la equipación oficial en un evento oficial de la Federación, pues a los niños se les cae la baba», explica el entrenador del equipo palentino, Jorge Rodríguez López.
La final fue un partido que el equipo colegial tenía controlado a un minuto para el final, con diez puntos de ventaja sobre el CB Palencia, que representaba a los Houston Rockets, pero que al final costó ganar. «Quizá nos pudo la presión y empezamos a cometer fallos y pérdidas de balón para que el partido se quedase a solo un punto de ventaja con tres segundos en el marcador», recuerda el técnico, aunque la posesión final les correspondía.
«El entrenador del equipo rival decidió pedir tiempo muerto y nuestros niños estaban llorando de la emoción. Ellos solo querían poner la bola en juego para llevarse el título», añade.
Día de nervios
Pero la suerte se puso del lado de los Knicks palentinos para que estos se llevaran el campeonato. «Fue un día de muchos nervios. Hemos jugado la fase regular en Valladolid, Olmedo y León. No perdimos ninguno, pasamos con 14-0 a favor. Este domingo fue el evento final con una fase de grupos», recalca el técnico para reivindicar los méritos de su equipo.
Un torneo donde el baloncesto palentino ha dado un puñetazo encima de la mesa para reivindicarse en toda la comunidad. «Tres equipos palentinos llegamos a la fase final del campeonato, el CB Palencia, Maristas y Filipenses, y eso habla muy bien del nivel de Palencia en esta generación de alevines. Hacer algo así en unas semifinales de Castilla y León creo que no se ha hecho nunca», afirma Jorge. «Espero que sea un toque de atención para empezar a pensar que hay mimbres de sobra con lo que tenemos en casa», añade.
Con el final del torneo, los jugadores y el técnico recogieron sus medallas y los anillos que les acreditaban como vencedores del torneo de la mano de uno de los grandes de la NBA, el checo Jiri Welsch, drafteado por los Philadelphia 76ers con el número 16 y que militó en la máxima competición profesional americana durante cuatro temporadas (2002-2006) en las filas de Golden State Warriors, Boston Celtics, Cleveland Cavaliers y Milwaukee Bucks, antes de recalar en la ACB en el Unicaja y el Estudiantes.
«Es una pasada porque tuve la fortuna de verle jugar en la tele cuando fue finalista de la Copa del Rey. Que alguien como él sea el encargado de dar los trofeos, le da mucha más importancia. Además, el primer día vimos a Fernando Romay, que también fue un grande del baloncesto y es una gran persona», apunta el entrenador del Filipenses. «Con eventos como este, hasta los padres se han divertido y han quedado sorprendidos por todo lo que hay detrás. A mí me hubiese encantado disputar algo así con un sello de la NBA a la edad que tienen ellos», comenta el entrenador palentino.
De hecho, ya son varios los niños, dentro del equipo, que empiezan a seguir la mejor competición de baloncesto del mundo. «Ya hay muchos jugadores que siguen la NBA y el hecho de tener una réplica del anillo es un gran aliciente para que sigan pendientes de lo que ocurre. Esta es una experiencia única», afirma Jorge, que ya planea, junto a sus compañeros del primer equipo de Liga EBA, un pequeño y merecido homenaje a los pequeños en un partido de esta temporada.
«Soy el preparador físico del primer equipo y queremos hacerles un pequeño homenaje cuando puedan estar todos, con un pasillo porque se lo merecen», explica el entrenador del equipo alevín que esta temporada aún tiene competiciones importantes que disputar, como la Liga Autonómica, que es «más competitiva si cabe que este último torneo, porque hay equipos con verdadero nivel, como los de Valladolid», concluye el técnico, que asegura haber vivido un sueño junto a sus pupilos.
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