Consejos para evitar una intoxicación por consumo de setas silvestres

El Norte de Castilla

2 de octubre de 2022

No hay que fiarse de creencias populares ni de personas que no sean expertas en la materia. Es necesario revisar una a una las setas antes de consumirlas para asegurarse de que no haya ningún ejemplar tóxico y volver a limpiarlas, al menos con un paño húmedo.

Acaba de arrancar la temporada de recolección de setas, una actividad que cada vez cuenta con más aficionados. Sin embargo, es necesario conocer muy bien los tipos de setas existentes y seguir una serie de normas para evitar cualquier peligro. En primer lugar hay, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Alimentación (Aesan) insiste en que no se recojan setas si no se tiene la total certeza de que son comestibles. También es aconsejable evitar las zonas que puedan estar contaminadas como cunetas de carreteras, áreas industriales o agrícolas, jardines o zonas próximas a vertederos, ya que las setas podrían acumular sustancias tóxicas o haber sido tratadas con productos peligrosos.

Otros consejos a tener en cuenta son guardar las setas en una cesta de mimbre (siempre con la parte superior del sombrero hacia arriba, como se encuentran en su medio natural) u otros contenedores con agujeros (nunca en una bolsa de plástico) para facilitar la dispersión de las esporas que permite su reproducción, limpiarlas bien con un cepillo o paño antes de meterlas en la cesta, no recolectar después de abundantes lluvias o heladas y no escoger setas jóvenes ni demasiado maduras. Tampoco los ejemplares rotos, deteriorados o parasitados.

«Siempre que conozcas bien la especie, es conveniente cortar el ejemplar por su base con un cuchillo o navaja. Si tienes dudas para reconocerlo, sácalo entero metiendo la navaja en el suelo paralela al pie de la seta y haciendo palanca, ya que la parte que se encuentra enterrada puede ser necesaria para su identificación. Puedes llevar papel de aluminio para envolver aquellas setas que necesites identificar y así mantenerlas separadas del resto hasta que puedas llevárselas a un experto», aconseja la Aesan.

Para no dañar el medio natural, es muy importante no dejar huellas a nuestro paso. En este sentido, no se debe utilizar rastrillos u otros objetos para remover el suelo ni destruir ejemplares que desconozcas o no sean comestibles. Es recomendable no recolectar más de lo que vayas a consumir y dejar siempre algunas para que completen su ciclo. En cualquier caso, siempre se aconseja consultar la normativa autonómica para conocer qué cantidad máxima se pued recolectar y solicitar los permisos necesarios.

Creencias falsas

Para evitar las especies tóxicas, nunca hay que fiarse de creencias populares, personas inexpertas ni fotografías. Es mejor recurrir a expertos o a una asociación micológica. Además, es vital desterrar mitos falsos, como que las setas venenosas pierden su toxicidad al hervirlas o cocinarlas o que si las cocinamos con un objeto de plata o con ajo o con cebolla y estos se ennegrecen, son tóxicas. Tampoco es verdad que todas las que crecen sobre la madera soncomestibles ni que si cambian de color al tocarlas o cortarlas son venenosas. Otras afirmaciones erróneas son que las consumidas por caracoles o por otrosanimales no son venenosas, que las que tienen buen olor o sabor soncomestibles, que las que tienen anillo y volva son siempretóxicas y que las que crecen en prados, zonas soleadas y arenosas son comestibles y las que crecen en zonas sombrías o fangosas son tóxicas. Nada de esto es verdad, por lo que fiarse de ello puede conllevar consecuencias fatales.

Qué hacer antes de consumirlas

Es necesario revisar una a una las setas antes de consumirlas para asegurarse de que no haya ningún ejemplar tóxico y volver a limpiarlas, al menos con un paño húmedo. Pueden tener restos de tierra y, al estar al aire libre, han podido estar expuestas al contacto con animales o insectos. Si tienes que lavarlas con agua por un exceso de suciedad, se aconseja hacerlo bajo el grifo (chorro suave de agua fría), mejor que sumergiéndolas para que absorban menos agua. Seguidamente escúrrelas, déjalas unos minutos sobre papel de cocina para absorber el agua sobrante y consúmelas después cuanto antes. El exceso de humedad puede hacer que se deterioren más rápido y pierdan su aroma y sabor. Es conveniente guardar algún ejemplar de cada especie sin cocinar para que, en caso de intoxicación, la pueda identificar un experto.

Nunca comas las setas crudas, ya que pueden ser indigestas. Algunos ejemplares comestibles son tóxicos en crudo y tienen que someterse a un tratamiento adecuado por calor para inactivar las toxinas que contienen. Siempre que vayas a probar por primera vez una especie, come solo una pequeña cantidad. Puede haber riesgo de que te provoque una reacción alérgica o intolerancia alimentaria. Como cualquier otro alimento, a algunas personas les sientan mal ciertas especies de setas, sin que por ello sean tóxicas. Es mejor no consumir mezclas de varias especies, pues si te sienta mal, no sabrás de cual se trata, sobre todo si alguna de ellas la consumes por primera vez. La Aesan también asconseja consumirlas con moderación, ya que si se ingieren en gran cantidad, debido a su alto contenido en fibra, pueden ser indigestas.

Cómo actuar ante una intoxicación por setas

La Aesan explica que los síntomas de una intoxicación varían según la especie causante. Suelen aparecer a los pocos minutos de su ingesta o transcurridas varias horas y, en ocasiones, incluso días después de su ingestión. La mayoría de las intoxicaciones producen cuadros gastrointestinales, relativamente leves (vómitos, diarrea, dolor abdominal). Puede aparecer también sudoración, mareo, vértigo, agitación, alucinaciones, lagrimeo o enrojecimiento de la piel, entre otros síntomas. Vale la pena recordar que todas las setas comestibles pueden confundirse con otras más peligrosas, las cuales pueden llegar a producir la muerte. En caso de malestar debe de acudirse a un centro médico, incluso aunque haya mejoría al día siguiente, ya que en algunas intoxicaciones este hecho suele retrasar el inicio del tratamiento y aumenta el riesgo de complicaciones. En caso de que se sospeche haber haber sufrido una intoxicación hay que llamar inmediatamente al 112 o al Instituto Nacional de Toxicología (91 562 04 20), o acudir a urgencias con una muestra de las setas ingeridas, a ser posibles crudas o, en caso de no haberlas conservado, con restos que se encuentren cocinados, ya en la basura o incluso en los vómitos. El diagnóstico y el tratamiento rápido son fundamentales para la recuperación.

Setas en conserva

Las setas se estropean rápidamente, por lo que deben consumirse o conservarse lo antes posible, preferiblemente en un lugar fresco o en la nevera. Hay otros métodos para conservarlas y que permiten saborearlas fuera de temporada como la desecación, la congelación o la conservación en aceite, en vinagre o en salmuera. La utilización de un método u otro depende del tipo de seta. Siempre respetando que estén limpias, frescas y sanas antes de conservarlas. En el caso de que se vayan a preparar en conservas caseras, ten en cuenta que además hay que tomar otra serie de precauciones para evitar el botulismo. Es una enfermedad poco frecuente, pero que es grave. Para evitar problemas, infórmate bien y sigue siempre las recomendaciones de manipulación y de tratamiento térmico.

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