Guillermo Hermoso, que se llevó cuatro orejas y un rabo, salió acompañado por la Puerta Grande por Lea Vicenes y Joao Ribeiro Telles. La elegancia y la doma preciosista llegaron de la mano de Lea Vincens.
Una gran feria merece un gran final y así lo han disfrutado los aficionados palentinos en el último festejo de San Antolín. Ante el aplauso de los tendidos más jóvenes y que mejor entrada han registrado de la feria, la terna ha salido a hombros, después de repartirse nueve trofeos de un gran encierro de David Ribeiro Telles. El ganadero acompañó a Hermoso de Mendoza en la vuelta al ruedo del que cerraba plaza.
Detalles de gran calidad y frescura resolutiva para salvar los momentos más complicados es lo que puso Guillermo Hermoso de Mendoza en sus dos intervenciones. En el sexto dejó destellos de clase y buen manejo de los recursos en los momentos más bajos, ante un muy buen toro con el que armó el revuelo a lomos de Basajaun. Rejonazo certero y clamor en los tendidos que le valió el rabo. Lo pasó mal en los primeros compases de la lidia de su primero, pero remontó el comienzo accidentado en una faena que fue a más a base de garra y caló en los tendidos. Un rejonazo efectivo para culminar la intervención premiada con dos orejas.
Telles firmó los mejores momentos de rejoneo de la tarde. Ante el primero de su lote, un muy buen astado del hierro de su abuelo, Telles derrochó clase, aunque el fallo con el rejón de muerte le privó de trofeos. Brilló también ante el cuarto, en una faena de categoría. Estuvo acertado en la muerte y paseó dos orejas.
La elegancia y la doma preciosista llegaron de la mano de Lea Vincens. Tras un susto con Fermín en su primero y tener de descabalgar para descabellar a su enemigo, cortó su primera oreja. El quinto también fue un buen toro al que la francesa toreo con temple y lució la calidad de la doma de su cuadra, con la que se ganó a los tendidos. Tuvo que descabellar y cortó la segunda.
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