La fundación del organista francés en Abarca de Campos emprende una campaña para recaudar 10.000 euros con el fin de comprar y reparar un piano de 1904.
Rescatar un gran cola Erard –primer fabricante francés de pianos a gran escala–, construido con maderas nobles en París en 1904 y que pide a gritos una cirugía integral, es la urgencia que ha marcado en su agenda la Fundación Francis Chapelet. Una institución propulsada en 2010 en Abarca de Campos por el organista francés que le da nombre, presidente de esta entidad privada y que se ha embarcado en esta empresa para engrosar el catálogo de instrumentos con que cuenta el auditorio que puso en marcha en julio de 2012 en la citada localidad palentina.
Ejecutar este proyecto no es tarea fácil para este colectivo enclavado en la comarca de Tierra de Campos, ya que sus actividades –programación de conciertos, principalmente– son sufragadas en exclusiva por las cuotas de sus socios (1.600 euros al año) y por las aportaciones de los patronos. «Carecemos de otras fuentes de financiación, ya que no percibimos subvenciones de ninguna administración. Tan solo recibimos 4.000 euros anuales de la Diputación de Palencia para el mantenimiento de las instalaciones del auditorio, aunque el coste global de este trabajo supera los 8.000 euros», apuntan sus responsables. De ahí que hayan decidido emprender una campaña de ‘crowdfunding’ para comprar y poner a punto el Erard de principios del siglo XX, cuya reparación ha sido encargada al taller salmantino de Gonzalo Palenzuela.
Los promotores de esta petición popular de fondos, que estará operativa hasta el 24 de este mes, se han fijado como objetivo mínimo llegar a los 6.000 euros para la adquisición –ya apalabrada– de este piano que mide 2,40 metros de longitud. No obstante, su restauración, ya iniciada, costaría 4.000 euros más, por lo que el importe global de esta operación sumaría 10.000 euros. En el supuesto de que la recaudación sobrepasase esta última cifra, el remanente se destinaría a la puesta a punto del resto de los instrumentos que posee el auditorio de este pequeño pueblo de menos de 40 habitantes que en 1995 recibió tres diplomas Europa Nostra por la ejecución de distintas rehabilitaciones dentro del municipio.
Las personas interesadas en colaborar en este ‘crowdfunding’ pueden realizar sus aportaciones económicas vía ‘on-line’ en el enlace https://crowdfunding.hispanianostra.org/pianoparaabarca/3719 o mediante una transferencia bancaria. Asimismo, la organización pide a los participantes enviar el justificante de pago con los datos fiscales al email micromecenazgo@hispanianostra.org con el fin de emitirles el certificado de donación para que puedan solicitar la correspondiente desgravación fiscal.
La campaña ‘Un piano para Abarca’ está colgada en la web de la Fundación Francis Chapelet y en la de Hispania Nostra, así como en los perfiles de Facebook de la entidad terracampina y de la Asociación Amigos de los Clásicos de Palencia, colectivo que colabora con la institución de Abarca en la organización de ciclos y festivales musicales.
«Aunque no tenemos experiencia en este sistema, creemos que la respuesta del público será favorable», comenta el ingeniero urbanista madrileño Luis Arranz, vicepresidente de esta entidad privada. El éxito de esta iniciativa sería, sin duda, el mejor regalo de cumpleaños que pudiera recibir el mayor embajador y protector del órgano ibérico de Tierra de Campos, el maestro Chapelet, quien cumplió 89 años el pasado 3 de marzo.
Desde su apertura, el Auditorio de Abarca, que arrancó en 2012 de la mano de la Fundación Francis Chapelet con un aforo de 100 personas, viene programando, junto a ‘Amigos de los Clásicos’, más de 30 conciertos al año a los que asisten entre 60 y 80 espectadores por recital.
La sala atesora un gran órgano que fue construido expresamente para este espacio, un órgano italiano fechado en 1711 y restaurado en 1993 por Bartolomeo Formerntelli y un clave flamenco reparado en 1990. Con la incorporación del piano Erard a su inventario instrumental, cuya presentación oficial se prevé realizar a principios de julio, esta institución volcada en el estudio, conservación y difusión del órgano ibérico y su música en la provincia de Palencia, y más concretamente en la comarca de Tierra de Campos, diversificará y ampliará su oferta musical e inyectará una dosis extra de calidad a su cartelera anual.
«Esta nueva adquisición nos brinda la oportunidad de celebrar otro tipo de conciertos y de contratar a concertistas de mayor nivel», apostilla Luis Arranz.
A lo largo de su trayectoria, esta fundación ha logrado revitalizar un pequeño pueblo de una de las comarcas de la provincia de Palencia más despoblada, levantar el citado auditorio en Abarca y diseñar una ejemplar y heterogénea cartelera musical durante todos los meses del año. Pero, además, ha puesto en marcha un servicio de videoguías de los órganos de Palencia y ha colaborado en la rehabilitación y mantenimiento de diversos órganos de la zona: Fuentes de Nava, Abarca de Campos, Frechilla, Meneses de Campos…
Con respecto a los proyectos a corto, medio y largo plazo de la entidad, Luis Arraz aclara: «Todo dependerá de las ayudas que puedan dispensarnos las distintas entidades públicas para la financiación de los mismos, pero de lo que estamos seguros es que proseguiremos con nuestra programación anual de conciertos y nos esforzaremos por el mantenimiento de los instrumentos y edificios de la fundación». Precisamente, esa falta de financiación truncó la continuidad del programa de formación de organeros y organistas, que tan solo tuvo una vigencia de tres ediciones.
A la pregunta de si Chapelet ha conseguido sacar al órgano ibérico del olvido popular e institucional, Arranz responde: «Cuando Francis Chapelet llegó en 1978 a Castilla y León, esta región era un desierto a nivel organístico. Casi todos los órganos se encontraban en muy malas condiciones mecánicas y llevaban sin sonar decenas de años. Actualmente, solo en la provincia de Palencia hay más de 40 órganos en funcionamiento, cuya rehabilitación comenzó Chapelet con su propio dinero. Una labor en la que después se han involucrado diversas administraciones».
«Francis Chapelet ha sido providencial para la recuperación de los órganos en Castilla y León. Además de haber sido el primero en hacerlo, ha sido el germen y el testigo para que ahora otros profesionales del órgano estén realizando estos trabajos», sentencia Arranz.
El organista francés, con 89 años, se encuentra con una salud más que aceptable para su edad «aunque ya no puede desplazarse en coche como lo hacía hace tan solo tres años y ahora tiene que depender de otra persona que conduzca, de ahí que sus visitas no sean tan frecuentes como lo eran antes», concreta el segundo de a bordo de la Fundación Francis Chapelet, que aterrizó en Abarca en 1988 atraído por la música de órgano y adquirió en 1992, una vivienda en la localidad cuya rehabilitación fue una de las tres obras que se acometieron en el pueblo y que en 1995 recibieron un Premio Europa Nostra.
La música de órgano fue, por tanto, la causa directa de que el madrileño Luis Arranz se afincara en Abarca. Pero, ¿qué sensaciones le produce ese sonido? «Nostalgia, tranquilidad, a veces euforia, visiones de otros tiempos…», destaca.
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