ARPA ayuda a 400 usuarios, la mitad de ellos son alcohólicos y el resto, familiares. La asociación palentina subraya que el perfil se ha rejuvenecido diez años en la última década y es de 45 a 55 años
La abstinencia es difícil, pero no imposible. Así lo afirmó este lunes Francisco Blasco, presidente de la asociación ARPA (Alcohólicos Rehabilitados de Palencia), durante la presentación de la octava carrera sin alcohol en la capital. Siete de cada diez jóvenes de 14 a 18 años ya ha probado el alcohol, señaló, por su parte, Orlando Castro, concejal de Actividad Físico-Deportiva y Salud. El problema del alcoholismo no mejora año tras año, al contrario, cada vez afecta a gente más joven. «Los bares antes estaban enfrente de las fábricas y ahora, de los colegios», añadió Blasco.
La asociación cuenta con unos 400 usuarios, la mitad son enfermos que tienen problemas con el alcohol y el resto, familiares. Se celebran tres sesiones terapéuticas por semana: una solo con los alcohólicos, otra con los familiares y la tercera, los jueves, con los dos grupos unidos. Además, se realizan talleres, actividades lúdicas, senderismo… «Se hacen actividades de todos los tipos para organizar el tiempo libre, para que disfruten y sepan que hay otras cosas donde participar con la familia y que se pueden divertir sin alcohol. Intentamos que sean lo más completas posible», argumentó, por su parte, la trabajadora social de ARPA, Angélica Pastor.
A lo largo de este año han llegado más de noventa nuevos usuarios a la entidad. La buena noticia, dentro de las abultadas cifras, es que hay mayor continuidad en el programa, es decir que la adherencia al tratamiento cada vez es mayor. «Ha habido un tiempo en el que era más flojilla. Dejar de beber es algo que hay que tener muy meditado y muy trabajado», explicó Pastor.
Aunque cada persona tiene sus plazos y necesita sus tiempos, en principio el programa tiene una duración de dos años. «En realidad existen dos fases, una donde necesitan el apoyo continuado y otra donde los usuarios se quedan para ser referente de quienes empiezan, que suelen ser los más mayores», señaló.
El perfil del usuario ha ido variando a lo largo de los años, rejuveneciéndose en diez años en la última década. Actualmente son varones de 45 a 55 años, mientras que antes solían ser de 55 a 65. «Se va notando el rejuvenecimiento de año en año. Influye mucho si tienen pareja o hijos, que son los que tiran de la cuerda, porque si son solteros muchas veces comienzan y no terminan», analizó la trabajadora social de la asociación.
Desde ARPA subrayan que, con el alcoholismo, comienzan a acumularse los problemas físicos, psíquicos y también económicos. «El sistema de vida de una persona que va a trabajar a rastras, que no come, que está desnutrido, que no es capaz de llevar horarios…», señalaron e insistieron en que son personas que evitan ir al médico, ya que saben que lo primero que les va a decir es que abandonen el alcohol.
Además de rejuvenecerse el perfil de los usuarios, también han aumentado las mujeres y los jóvenes. «Tenemos algún joven, porque sí que vienen pero muchos abandonan pronto. Esa es la gran dificultad que tenemos con los jóvenes», afirmó Angélica Pastor, quien añadió que mujeres cada vez hay más, ya que parece que la barrera de la vergüenza se va superando, aunque con menor afluencia que los hombres.
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