Las dos últimas monjas ponen a la venta todos los bienes de Alconada y dejarán el monasterio en marzo. La reordenación de las pequeñas congregaciones cistercienses repartidas por el país acelera el traslado forzoso a Madrid
El monasterio de Nuestra Señora de Alconada, en Ampudia, no levanta cabeza. Tras los incendios que afectaron a su cubierta y después del reciente fallecimiento de su madre priora emérita y madre fundadora, Sor Anunciación, las dos últimas hermanas que allí residen tendrán que dejar la que ha sido su casa durante los últimos años antes del 19 de marzo, fecha límite que se les ha impuesto para abandonar el cenobio ampudiano e instalarse en el monasterio de La Piedad Bernarda, en pleno corazón de Madrid. De la tranquilidad del medio rural al bullicioso asfalto.
No es una decisión que ninguna de las dos hayan adoptado por voluntad propia, aunque tampoco les ha cogido por sorpresa. Y es que, según del Derecho Canónico, no puede haber comunidades menores de tres hermanas. Es más, esta reordenación en las congregaciones cistercienses no solo afecta a Ampudia, a ellas se sumarán otras hermanas llegadas de Brihuega y de Segovia, que también se mudarán a la capital de España, donde se reunirán unas 15 monjas en una casa asistencial en la que se atiende a las hermanas más ancianas.
La madre Mónica, priora de Alconada, vive con «profundo pesar» esta mudanza forzosa. «Es descorazonador. Es muy duro, pero somos conscientes de que tiene que ser así», afirma la hermana, que ha subido un vídeo a sus redes sociales explicando la situación a la que se enfrentan ella, de 42 años, y su compañera Sor Rosario, de 76 años.
«Nos vamos a fusionar, como las cajas de ahorros. Es una comparación odiosa, pero la más cercana a la realidad», bromea la madre Mónica, quien reconoce que esto es una muestra más de la falta de relevo generacional en la Iglesia.
VENTA DE ENSERES
Entre tanto, las monjas se están desprendiendo de bienes que no necesitarán en su nuevo destino o que ya tienen duplicados como sillas por 20 euros o bancos por 90. No solo eso, también han puesto a disposición de coleccionistas e interesados (de 17 a 19 horas) su extensa colección de belenes, cerámicas, mesas, arcas, un pupitre antiguo, relojes y hasta instrumentos como un organillo, una bandurria o un fliscorno. Por otro lado, se llevarán consigo el obrador y la maquinaria que utilizan para la encuadernación de libros.
«Agradecemos mucho los años que las monjas han estado en Alconada. Todo el pueblo está consternado con su marcha», apunta el alcalde, José Luis Gil.
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